Por el Rev. Jose Eugenio Hoyos
Recientemente fui invitado a dar un retiro sobre crecimiento espiritual en la hermosa ciudad de Aguada en Puerto Rico. Inmediatamente se contagia uno de la gran fe, y devoción en la figura de Jesucristo, sanador y liberador. Con una gran asistencia de fieles carismáticos se llevó a cabo este encuentro anual de espiritualidad titulado este año: “¿A quién iremos Señor, si solo Tu tienes palabras de vida eterna?” (Juan 6, 68).
Con este mensaje tan claro a la comunidad le quedo bien claro de que se está con Cristo que nos da la vida eterna, o se elige el alimento perecedero y desechable del mundo y las cosas materiales que nos esclavizan. Porque lo más importante en nuestra vida es Jesús. Elegir a Cristo significa dejar atrás un estilo de vida que nos llenaba de obstáculos para seguirle y amarlo. Es un llamado para encauzarnos en la senda del “Espíritu y Vida”. “El Espíritu es el que da la vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son espíritu y vida”.
Y esto lo pudimos constatar una vez más en Puerto Rico, Dios está obrando grandemente en el pueblo que cree, que se une en un mismo Dios y que deja los problemas y las diferencias a un lado, trabajando en Equipo se logran manifestaciones del Espíritu maravillosas y sorprendentes.
Los testimonios de Sanación en Aguada nos dejaron con las respiración corta. Se sentía el poder del Espíritu Santo, sanaciones de depresión, de dolores en espalda y rodillas, nauseas, problemas estomacales, migrañas y conflictos familiares, etc.
Pero algo que me llamo la atención fue el testimonio de sanación de un niño de solo 9 años de edad que dentro de la multitud se paró y pidió que le escucháramos su testimonio, nos explicó que por muchos años había estado sufriendo con problemas en el corazón y que casi en toda su niñez había estado en tratamientos quirúrgicos y en medicinas. Pero que hacía unos días el cirujano le había dicho que le iban a colocar un marcapasos como solución a sus dolencias. Pidió oración a su mamá y al grupo de oración carismático de su parroquia, después de la oración, se ha sentido súper bien, juega futbol, va a la natación y el doctor hace 2 días le dijo que no necesitaba la operación, ni el marcapasos y todo por la gloria y el amor de Dios. Amen, Amen, Amen! El Tiempo de los Milagros continúa.
Recientemente fui invitado a dar un retiro sobre crecimiento espiritual en la hermosa ciudad de Aguada en Puerto Rico. Inmediatamente se contagia uno de la gran fe, y devoción en la figura de Jesucristo, sanador y liberador. Con una gran asistencia de fieles carismáticos se llevó a cabo este encuentro anual de espiritualidad titulado este año: “¿A quién iremos Señor, si solo Tu tienes palabras de vida eterna?” (Juan 6, 68).
Con este mensaje tan claro a la comunidad le quedo bien claro de que se está con Cristo que nos da la vida eterna, o se elige el alimento perecedero y desechable del mundo y las cosas materiales que nos esclavizan. Porque lo más importante en nuestra vida es Jesús. Elegir a Cristo significa dejar atrás un estilo de vida que nos llenaba de obstáculos para seguirle y amarlo. Es un llamado para encauzarnos en la senda del “Espíritu y Vida”. “El Espíritu es el que da la vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son espíritu y vida”.
Y esto lo pudimos constatar una vez más en Puerto Rico, Dios está obrando grandemente en el pueblo que cree, que se une en un mismo Dios y que deja los problemas y las diferencias a un lado, trabajando en Equipo se logran manifestaciones del Espíritu maravillosas y sorprendentes.
Los testimonios de Sanación en Aguada nos dejaron con las respiración corta. Se sentía el poder del Espíritu Santo, sanaciones de depresión, de dolores en espalda y rodillas, nauseas, problemas estomacales, migrañas y conflictos familiares, etc.
Pero algo que me llamo la atención fue el testimonio de sanación de un niño de solo 9 años de edad que dentro de la multitud se paró y pidió que le escucháramos su testimonio, nos explicó que por muchos años había estado sufriendo con problemas en el corazón y que casi en toda su niñez había estado en tratamientos quirúrgicos y en medicinas. Pero que hacía unos días el cirujano le había dicho que le iban a colocar un marcapasos como solución a sus dolencias. Pidió oración a su mamá y al grupo de oración carismático de su parroquia, después de la oración, se ha sentido súper bien, juega futbol, va a la natación y el doctor hace 2 días le dijo que no necesitaba la operación, ni el marcapasos y todo por la gloria y el amor de Dios. Amen, Amen, Amen! El Tiempo de los Milagros continúa.
1 comentario:
Definitivamente el tiempo de los milagros continúa...creo que debemos estar muy expectantes y receptivos ante la fé en jesucristo...su intermediación Padre nos acerca cada día más a Dios...los testimonios nos afirman en la fé...Dios lo Bendiga Padre...Amen
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