El día de ayer escuche una expresión maravillosa y cargada de bellos sentimientos de un amigo que había tenido una desilusión y un gran disgusto con su novia, después de discutir de encenderse y de enojarse tomaron la decisión más inteligente de dialogar, de ponerse en calma y de reflexionar sobre lo ocurrido la frase era sencilla pero con palabras que indicaban que detrás de cada disgusto hay manantiales de nobles y bellos sentimientos ese es el verdadero amor y el decía: “Amanecimos disgustados, Peleamos, nos decepcionamos y convertimos la mañana en una borrasca oscura y tormentosa pero después recapacitamos, dialogamos y tomamos tiempo para pensar y al llegar el atardecer salió el sol y al reconciliarnos llego la alegría y como signo de paz y amor salió el arco iris” (A.A.R.H).
Asi con respeto, con un buen escuchar y entender es apreciar y querer a las personas no solo con sus cualidades sino crecer con sus defectos es que se llega a la felicidad. Pues verdaderamente la felicidad este en el cotidiano vivir, en las cosas aparentemente insignificantes que pocos aprecian, en lo más simple. La felicidad es ver el cielo en el suelo a pesar de los sinsabores las penalidades y la imperfección. Nace de la aceptación serena y el perdón generoso, del desapego y de una constante comunión con Dios.
No tienes que viajar al edén Bíblico para encontrar tranquilidad; por eso decía San Alfonso que necesitas cinco cosas para vivir feliz; un vaso de ciencia, una botella de sabiduría, un barril de prudencia, un lago de conciencia y un océano de paciencia. Asómbrate con todo lo hermoso; “Las mejores cosas están muy cerca; el aire en la nariz, la luz en los ojos, las flores a los pies, las tareas en las manos, la senda de lo correcto delante de ti.
“No intentes coger las estrellas y haz el trabajo sencillo y común de la vida tal como viene A veces embrujado por lo material olvidamos que la vida es simple y que la felicidad está a la mano para los que en realidad sienten el amor verdadero dentro de sus corazones”. Existe una voz misteriosa que los guía los invita a amar para siempre.
Asi con respeto, con un buen escuchar y entender es apreciar y querer a las personas no solo con sus cualidades sino crecer con sus defectos es que se llega a la felicidad. Pues verdaderamente la felicidad este en el cotidiano vivir, en las cosas aparentemente insignificantes que pocos aprecian, en lo más simple. La felicidad es ver el cielo en el suelo a pesar de los sinsabores las penalidades y la imperfección. Nace de la aceptación serena y el perdón generoso, del desapego y de una constante comunión con Dios.
No tienes que viajar al edén Bíblico para encontrar tranquilidad; por eso decía San Alfonso que necesitas cinco cosas para vivir feliz; un vaso de ciencia, una botella de sabiduría, un barril de prudencia, un lago de conciencia y un océano de paciencia. Asómbrate con todo lo hermoso; “Las mejores cosas están muy cerca; el aire en la nariz, la luz en los ojos, las flores a los pies, las tareas en las manos, la senda de lo correcto delante de ti.
“No intentes coger las estrellas y haz el trabajo sencillo y común de la vida tal como viene A veces embrujado por lo material olvidamos que la vida es simple y que la felicidad está a la mano para los que en realidad sienten el amor verdadero dentro de sus corazones”. Existe una voz misteriosa que los guía los invita a amar para siempre.
2 comentarios:
Padre gracias por este blog esta muy interesante y lleno de enseñanza.
Gracias padre por esas palabras tan maravillosas como siempre, que alimentan el espíritu y le brindan consuelo al diario vivir.
Es también motivo de felicidad el hecho de recibir una señal como una sonrisa, una mirada de perdón o unas palabras de esperanza de alguien que uno haya querido mucho, pero que por circuntancias de la vida o malos entendidos se hayan separado.
Comparto su concepto que para estar vitaminados en el amor, definitivamente necesitamos reconciliarnos, con la naturaleza, con nuestra familia, con nuestros amigos, nuestros amores, pero sobre todo con nosotros mismos para estar reconciliados con Dios nuestro señor.
Gracias padre.
Publicar un comentario