En nuestra Iglesia Católica todos los fieles nos preparamos con mucha oración, recogimiento, fe, ayuno y practicando los sacramentos para recibir a Cristo en este tiempo tan maravilloso. El Tiempo Litúrgico de Adviento nos prepara de una forma especial al encuentro personal con Cristo y a vivirlo en familia.
Son cuatro maravillosas semanas donde nos preparamos para celebrar la esperada Navidad, el nacimiento del Mesías y para que preparemos nuestro camino a la salvación.
Una vez más les pedimos a los creyentes que ojala sea Cristo el motivo de la Navidad y no las vacaciones o las fiestas llenas de derroche. La forma ideal de recibir a Cristo es con sencillez, en oración, en perdón, reconciliación y mostrando los nobles sentimientos. Es un tiempo especial para ver con claridad cuáles son las cosas negativas que nos separan de Jesús y quitarnos todo aquello que nos aleja de Él.
Saquemos de nuestro corazón y de nuestra boca toda acción y palabras negativas que no dejan nacer al niño Dios. Él no quiere entrar en nuestras vidas en la obscuridad sino que quiere ser la luz de la esperanza. Para que cuando llegue el día de la Navidad, nuestra vida y la de nuestros seres queridos estén listos para recibir al niño Emmanuel: “Dios entre nosotros”. Por eso es necesario mantenernos alerta y listos para luchar contra sombras negativas que siempre están atormentémonos y tentándonos para alejarnos del bien.
Que nuestros hogares se distingan por la claridad y bondad de nuestras expresiones cristianas: ojala en este tiempo de Adviento saquemos fuera las palabras negativas o nocivas como por ejemplo: ¡Te odio! ¡Bruto! ¡Asqueroso! ¡Estúpido! ¡Perezoso! ¡Desordenado! ¡Muérete! ¡Lárgate! ¡Me fastidias! ¡Desordenado! ¡Cómo me arrepiento de haberte parido! ¡Porque me case con tigo! ¡Usted es bueno para nada! ¡Para que botamos pólvora en gallinazos! ¡Usted no vale nada, su hermano es mejor! ¡Lástima que usted no hubiera sido hombre! ¡Definitivamente usted es una basura de lástima! ¡Todo lo que invertí en usted y me ha defraudado!... etc.
Así que por favor si se está preparando para recibir a Cristo y tener una maravillosa Navidad, cambie de canal y diga palabras positivas que ayudaran a cambiar su vida y la del so demás. Recuerde, piense y medite: “Quien es el que viene, de donde viene y porque viene”.
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