El Espíritu Santo fuerza Sanadora y Liberadora.
Por Padre José Eugenio Hoyos.
El tener presente la presencia de El Espíritu Santo en nuestras vidas definitivamente trae una gran multitud de Bendiciones; es una gran fuente donde brota abundantemente la fuerza sanadora de Cristo y la liberación de cualquier espíritu maligno.
El Espíritu de Dios es una potencia sanadora que revitaliza las células del organismo dándoles vida nueva al recibir y aceptar al Espíritu Santo, vamos a tener un cambio positivo en nuestra vida, vamos a entender con mas claridad El Evangelio y a percibir mejor a Dios. Pues El Espíritu nos ayuda a tener sed pero sed de un Dios vivo.
“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra” (Hechos1:8)
La presencia de nuestro Señor Jesucristo esta presente en cada creyente pero para descubrir o sentirla hay que experimentar primero la energía Divina que invade nuestros cuerpos que es El Espíritu Santo.
Jesús trabaja incansablemente en la santificación, en la salud corporal Y Espiritual de todos los creyentes. El Espíritu Santo es la gran fuerza acompañante para todo aquel que acepta a Cristo como hijo de Dios “si ustedes me aman, obedecerán mis Mandamientos. Y yo le pediré al Padre, Y él les dará otro consolador para que los acompañe siempre: El Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes si lo conocen, porque vive con ustedes y estará con ustedes. (Juan 14:15-17)
El Espíritu Santo en realidad es una gran fuerza de gran poder que cuando se invoca con Fe viene a Sanar y a liberar cualquier tipo de enfermedad: Física o Espiritual.
Cuando pedimos ayuda y el hombre no nos la puede dar, al pedírsela al Espíritu Santo no solo nos ayuda si no que nos guía, nos dirige y completamente nos llena de gran esperanza y consuelo.
San Pablo nos dice: que El Espíritu Santo se manifiesta par el bien común, que hay diversidad de dones, todos procedentes de Él, distribuyéndoles a cada uno en particular como el quiere; y ejemplifica en los de Fe, sabiduría para hablar, enseñar, curar, hacer milagros, Profetizar, dominar lenguas o interpretarlas, o de juzgar sobre el valor de esos dones. Quien se cubre con El Espíritu Santo y cree en La Santísima Trinidad obtendrá una gran fuerza Sanadora y Liberadora.
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