Por José E. Hoyos.
Este artículo que me he atrevido a escribir es para que reflexionemos sobre el poder que tiene el Amor y la Sanación profunda que se obtiene sobre el perdón.
En una ciudad muy lejana se encontraba en una calle solitaria una mujer que vestía totalmente de negro y no dejaba de llorar, se encontraba pálida y muy triste. Por el mismo lugar pasaba otra mujer de mirada profunda y de una belleza espectacular que al darse cuenta de la situación que veía se acercó a la desafortunada mujer que sollozaba y no dejaba de llorar y le preguntó ¿que le sucedía?, ella la mujer secándose las lagrimas le conto que hacia varios meses había muerto su único hijo al que ella amaba grandemente. Señora le dijo era mi único hijo responsable, respetuoso, muy amoroso cuando el cumplió los 21 años decidió irse del hogar, pues siempre soñaba con conocer otros lugares, tenia una gran sed Espiritual, era un gran líder en nuestro pequeño pueblo.
Un día conoció un grupo de personas que le llamaron la atención por lo que predicaban, enseñaban y como cambiaban los corazones de los demás, pero escuchaba voces en la noche que no entendía y lo aturdían, llegando hasta el extremo que su personalidad cambio, se volvió una persona solitaria, triste y traicionera llegando al punto que a uno de sus amigos al líder del grupo lo traicionó y lo vendió al enemigo, luego desesperado y arrepentido se quitó la vida. Y por eso me siento triste y no dejo de llorar. La otra mujer le dijo que coincidencia yo también tuve un hijo que era mi único hijo a él también lo traicionó otro gran amigo que él amaba incondicionalmente, a mi hijo lo calumniaron, lo escupieron, lo martirizaron y finalmente lo crucificaron, pero animo señora que nuestros hijos ya deben estar juntos en el Cielo, pero perdóneme como se llamaba su hijo ella contestó Judas y el suyo Jesús. Se miraron profundamente a los ojos, lloraron juntas, se besaron y se abrazaron eternamente.
Cuando hay perdón y amor las puertas del Cielo hacen fiesta a los corazones arrepentidos.
Es el Amor el que une y el que alegra, es el Amor el que acerca y el que cura. Solo el Amor nos hace de verdad Hijos de Dios y hermanos de los demás.
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