Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Recientemente un estudio investigativo de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos ha publicado que las personas más felices son los sacerdotes y los bomberos editado en la conocida revista Forbes. Otros oficios que llenan de felicidad a otras personas son los fisioterapeutas, los escritores, instructores de educación especial, maestros, artistas, psicólogos, agentes financieros, ingenieros de operaciones.
Claro que hay en otros trabajos donde le comportamiento alegre y de gran dedicación hace que diferentes trabajos produzcan alegría y traen grandes satisfacciones. ¿Pero porque nosotros los sacerdotes somos los más felices?, yo diría que primero porque vivimos en una continua comunicación con Dios en nuestra oración y ayuda al prójimo.
El Sacerdote desarrolla el don de la paciencia para escuchar y que todos sean escuchados. Ora no por él, sino para que a través de la oración sucedan milagros y sanaciones y cuando esto pasa el sacerdote se alegra y festeja. El sacerdote es feliz porque es capaz de enfrentar los problemas, tolerando lo tolerable y comprendiendo las incomprensiones.
Somos felices porque cuando celebramos la Santa Eucaristía somos participes en la Consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo y somos testigos de que en cada Eucaristía sucede el milagro de la Resurrección de Cristo. Porque a través de la misericordia de Dios cuando se perdonan los pecados, los penitentes regresan a Dios y se les abre las puertas del cielo. Yo soy un sacerdote muy feliz y súper feliz porque no padezco de soledad sino que disfruto al compartir de una gran familia que Dios me ha regalado.
Soy mega-feliz porque soy parte de una esperanza, con autoestimas positiva y porque vivo enamorado del Evangelio. Soy muy feliz porque soy un portavoz de mensajes positivos que construyen puentes, que derriban barreras, que acercan a los que están distanciados y que con mis homilías se abren mentes positivas para crear una cultura más sólida de fraternidad, unidad, paz y solidaridad universal.
Soy eternamente feliz porque si volviera a nacer le pediría a Dios que fuera de nuevo sacerdote pero un sacerdote feliz y enamorado de Cristo.
1 comentario:
Si somos felices es porque Dios nos da de su alegria, y porque hemos encontrado el verdadero sentido de la vida. Como dice un canto "No puede estar triste un corazon que alaba a Cristo"... Somos felices en medio de las dificultades. Bendicion para todos los sacerdotes
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