Definitivamente cada vez que van pasando mis años en mi vida sacerdotal me estoy dando cuenta de que la presencia de Dios es fuerte, intensa, misteriosa pero que va guiando mi espíritu de una forma tan acelerada y preciosa que no dan ganas de soltarse de sus poderosas manos.
Desde que me entregue a Cristo en cuerpo y alma para servir a mis hermanos, hacer 26 años desde mi ordenación sacerdotal comencé a ser mas sensible a la presencia del Señor, a dejarme guiar por su mirada, a tener y forjar una fé mas fuerte, a entregarme y sacrificarme por los demás especialmente por los mas necesitados.
Dios empezó a pintar mi vida de una forma diferente e interesante cuando me entregué por completo a la acción, devoción y dedicación al Espíritu Santo. Le dio color mas fuerte a mis personas enseñándome la humildad, el servicio, la entrega, la pasión por la oración y las alabanzas.
A ver a mis hermanos de la Renovación Carismatica Católica como ovejas de un mismo rebaño y con un mismo pastor. Los colores con que pinto mi corazón fueron los 7 dones del Espíritu Santo acompañados de frutos y carismas multiculturales.
En mi predicación me regaló luces de esperanza, amor, comprensión y perdón para llevar alivio y sanación a todos, cada amanecer y atardecer se convirtieron en melodías angelicales para permanecer eternamente agradecido con el creador. Siendo sacerdote carismático veo el mundo de otra dimensión: una iglesia alegre, llena de vida, un sacerdocio santo, conversiones, liberaciones y sanación de enfermedades, le pido a Dios que siempre me ilumine con ese gran Espíritu Santo y que de sus manos divinas salgan pinceladas de amor y paz para que crezca con grandes dosis de Espiritualidad para servir con entrega a la comunidad internacional y misionera.
Señor Jesús con la Santa Eucaristía que recibo diariamente pinta la fachada de mi vida para que mi alma siempre este blanca.
Desde que me entregue a Cristo en cuerpo y alma para servir a mis hermanos, hacer 26 años desde mi ordenación sacerdotal comencé a ser mas sensible a la presencia del Señor, a dejarme guiar por su mirada, a tener y forjar una fé mas fuerte, a entregarme y sacrificarme por los demás especialmente por los mas necesitados.
Dios empezó a pintar mi vida de una forma diferente e interesante cuando me entregué por completo a la acción, devoción y dedicación al Espíritu Santo. Le dio color mas fuerte a mis personas enseñándome la humildad, el servicio, la entrega, la pasión por la oración y las alabanzas.
A ver a mis hermanos de la Renovación Carismatica Católica como ovejas de un mismo rebaño y con un mismo pastor. Los colores con que pinto mi corazón fueron los 7 dones del Espíritu Santo acompañados de frutos y carismas multiculturales.
En mi predicación me regaló luces de esperanza, amor, comprensión y perdón para llevar alivio y sanación a todos, cada amanecer y atardecer se convirtieron en melodías angelicales para permanecer eternamente agradecido con el creador. Siendo sacerdote carismático veo el mundo de otra dimensión: una iglesia alegre, llena de vida, un sacerdocio santo, conversiones, liberaciones y sanación de enfermedades, le pido a Dios que siempre me ilumine con ese gran Espíritu Santo y que de sus manos divinas salgan pinceladas de amor y paz para que crezca con grandes dosis de Espiritualidad para servir con entrega a la comunidad internacional y misionera.
Señor Jesús con la Santa Eucaristía que recibo diariamente pinta la fachada de mi vida para que mi alma siempre este blanca.
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