Por el Rev. José E. Hoyos
Viviendo con intensidad mi ministerio sacerdotal y predicando en varios países, me aferro cada vez más a mi vocación de servicio en el ministerio de Sanación. Con agradecimiento y alegría a Dios. Algunos al escuchar y ver personalmente la multitud de testimonios de sanación por todas partes del mundo exclamarían: “Y todo ese poder de dónde viene?”. Pues esta es la respuesta para el mundo de hoy, tan secular e incrédulo en las cosas de Dios. Claro mis hermanos (as) que en una sociedad donde la ausencia de Cristo se vuelve cada vez más notoria, entonces es cuando se va a manifestar con más fuerza la presencia de Jesús sobre la humanidad. Y es por eso que empieza a sentirse milagros, milagros y más milagros para proclamar que Cristo no ha muerto y que sigue más vivo que nunca. Toda una vida no me cansare de proclamar la grandeza y compasión de nuestro Dios.
Dios nos ha prometido vida en abundancia; vida completamente nueva, compartiendo la Resurrección de Cristo Jesús y experimentando que en Él, ya estamos siendo glorificados (Ef. 2, 5-6). Cuando escuchamos y constatamos personalmente que hoy en día se están siendo sanadas más personas con cáncer, con el poder de la oración y la acción del Espíritu Santo más que con las medicinas de este mundo, no es un invento, es una realidad que ya no se puede callar.
Este es el plan de Dios. Si no lo vivimos es porque no estamos aprovechando toda la acción salvífica de Cristo Jesús por estar aún enfermos; pero Dios nos quiere sanar completamente para que un día podamos repetir con el apóstol Pablo: “Es Cristo quien vive en mi”.
Viviendo con intensidad mi ministerio sacerdotal y predicando en varios países, me aferro cada vez más a mi vocación de servicio en el ministerio de Sanación. Con agradecimiento y alegría a Dios. Algunos al escuchar y ver personalmente la multitud de testimonios de sanación por todas partes del mundo exclamarían: “Y todo ese poder de dónde viene?”. Pues esta es la respuesta para el mundo de hoy, tan secular e incrédulo en las cosas de Dios. Claro mis hermanos (as) que en una sociedad donde la ausencia de Cristo se vuelve cada vez más notoria, entonces es cuando se va a manifestar con más fuerza la presencia de Jesús sobre la humanidad. Y es por eso que empieza a sentirse milagros, milagros y más milagros para proclamar que Cristo no ha muerto y que sigue más vivo que nunca. Toda una vida no me cansare de proclamar la grandeza y compasión de nuestro Dios.
Dios nos ha prometido vida en abundancia; vida completamente nueva, compartiendo la Resurrección de Cristo Jesús y experimentando que en Él, ya estamos siendo glorificados (Ef. 2, 5-6). Cuando escuchamos y constatamos personalmente que hoy en día se están siendo sanadas más personas con cáncer, con el poder de la oración y la acción del Espíritu Santo más que con las medicinas de este mundo, no es un invento, es una realidad que ya no se puede callar.
Este es el plan de Dios. Si no lo vivimos es porque no estamos aprovechando toda la acción salvífica de Cristo Jesús por estar aún enfermos; pero Dios nos quiere sanar completamente para que un día podamos repetir con el apóstol Pablo: “Es Cristo quien vive en mi”.
La sanación comienza cuando le decimos al Señor: “Haz lo que quieras conmigo” y nos abandonamos completamente a su plan. Cada segundo Cristo está realizando sanaciones maravillosas en cada ser humano que cree y tiene fe. Definitivamente Jesús, Tú presencia es maravillosa entre nosotros.
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