Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Hemos comenzado el mes de mayo haciendo homenaje a nuestra Madre del Cielo: La Santísima Virgen María. Pues ella significa el todo de nuestra fe y nuestra vida espiritual. Con su figura maternal los católicos nos sentimos amados y protegidos con su santa imagen. María representa a la humanidad creyente, paciente que acompaña a su hijo Jesús.
Todos los días del mes de mayo y también cuando la invocamos como Madre de Jesús ella intercede y responde inmediatamente porque nos ama. Ojalá que todos los matrimonios tomáramos la actitud de María, los consejos, la prudencia y nos convirtiéramos asiduos en la oración. Cada matrimonio debe consagrarse a María como modelo y espejo del alma y comprometerse a rezar el Santo Rosario diario.
Pues al rezar el rosario la familia será protegida y los matrimonios serán fortalecidos. Es bien conocida la metáfora que compara el amor con una planta y el matrimonio con un jardín donde en el centro se encuentra la bella y santa figura de Maria. A los esposos que se consagran a la Virgen y cuidan santamente su amor les va bien porque siguen estas reglas de la jardinería mariana:
- Mantenerse siempre en oración. El jardinero abona y riega cuando reza el Santo Rosario y eso garantiza que en el futuro y para siempre cosechará buenos frutos.
- Tener un buen conocimiento de la planta, de las estaciones y de los cambios. Cuando estamos en oración ante la imagen de María, las rosas del jardín se alegran tanto que el olor y aroma de las rosas invade el lugar. María y su hijo saben cuanta cantidad de agua o de sol necesitan sus cultivos. También conoce las estaciones y acepta los cambios que estás traen para las plantas y lo que cada hijo(a) necesita; por eso María con amor y cuidado perfuma los corazones de sus seres amados.
- María soluciona pronto las dificultades. Ella también es Madre. Ella no deja que una gotera acabe con la casa entera, cuando en el matrimonio hay desaliento, desconfianza o desamor. ella intercede ante su hijo para que el matrimonio reciba sanación,
- Aceptar el compromiso. Cada matrimonio debe recordar el compromiso que adquirieron y juraron ante Dios y la Iglesia el día de su matrimonio: si las orquídeas, las rosas, o las heliconias son hermosas, no hay ningún secreto especial, es el resultado de un continuo enamoramiento del rosario y un amor profundo a la Madre del Señor.
Hemos comenzado el mes de mayo haciendo homenaje a nuestra Madre del Cielo: La Santísima Virgen María. Pues ella significa el todo de nuestra fe y nuestra vida espiritual. Con su figura maternal los católicos nos sentimos amados y protegidos con su santa imagen. María representa a la humanidad creyente, paciente que acompaña a su hijo Jesús.
Todos los días del mes de mayo y también cuando la invocamos como Madre de Jesús ella intercede y responde inmediatamente porque nos ama. Ojalá que todos los matrimonios tomáramos la actitud de María, los consejos, la prudencia y nos convirtiéramos asiduos en la oración. Cada matrimonio debe consagrarse a María como modelo y espejo del alma y comprometerse a rezar el Santo Rosario diario.
Pues al rezar el rosario la familia será protegida y los matrimonios serán fortalecidos. Es bien conocida la metáfora que compara el amor con una planta y el matrimonio con un jardín donde en el centro se encuentra la bella y santa figura de Maria. A los esposos que se consagran a la Virgen y cuidan santamente su amor les va bien porque siguen estas reglas de la jardinería mariana:
- Mantenerse siempre en oración. El jardinero abona y riega cuando reza el Santo Rosario y eso garantiza que en el futuro y para siempre cosechará buenos frutos.
- Tener un buen conocimiento de la planta, de las estaciones y de los cambios. Cuando estamos en oración ante la imagen de María, las rosas del jardín se alegran tanto que el olor y aroma de las rosas invade el lugar. María y su hijo saben cuanta cantidad de agua o de sol necesitan sus cultivos. También conoce las estaciones y acepta los cambios que estás traen para las plantas y lo que cada hijo(a) necesita; por eso María con amor y cuidado perfuma los corazones de sus seres amados.
- María soluciona pronto las dificultades. Ella también es Madre. Ella no deja que una gotera acabe con la casa entera, cuando en el matrimonio hay desaliento, desconfianza o desamor. ella intercede ante su hijo para que el matrimonio reciba sanación,
- Aceptar el compromiso. Cada matrimonio debe recordar el compromiso que adquirieron y juraron ante Dios y la Iglesia el día de su matrimonio: si las orquídeas, las rosas, o las heliconias son hermosas, no hay ningún secreto especial, es el resultado de un continuo enamoramiento del rosario y un amor profundo a la Madre del Señor.
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