viernes, agosto 24, 2007

Nuestra lucha por la paz y la libertad

Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
24 de agosto de 2007

Siempre debemos tener en nuestras agendas cotidianas propósitos y objetivos para darle sabor a nuestro diario vivir. Lo primero que cada ser humano debe tener como prioridad es estar en paz con Dios, con los hermanos, con la sociedad y, por qué no, hasta con la naturaleza.

Nuestra lucha por la paz debe ser incansable, sin rendirnos si este regalo de Dios, como es la paz y la libertad, beneficia al mundo entero. Desde esta reflexión, nos unimos de nuevo con todas las personas que están en contra de los conflictos armados, de la violencia, de los secuestros y de la explotación y el racismo en varios lugares de nuestro amado planeta.

Hay hombres y mujeres que están tomando muy en serio este compromiso por la paz, la concordia y la libertad. Un ejemplo reciente de ello está ocurriendo en Colombia. Un profesor de ciencias sociales en este país, Gustavo Moncayo, ha recorrido por más de 46 días 900 kilómetros para pedir la libertad de su hijo, Pablo Emilio Moncayo, secuestrado por las FARC desde el año 1997. Su caminar por los valles y montañas de Colombia no ha sido fácil, pero ante su insistencia de pedir libertad no sólo por su hijo sino por miles de secuestrados en Colombia y para que se dé un acuerdo humanitario es un gran aporte y una voz de esperanza para que las llamas de la paz no se apaguen en un país contaminado por la violencia, la desigualdad social, la falta de oportunidades, la corrupción y la pérdida de valores.

Así como este caminante por la paz, cada uno de nosotros debemos convertirnos en generadores solidarios con los marginados de la sociedad. Debemos aportar ideas que alivien y mejoren las condiciones de las clases desprotegidas. No habrá paz, ni libertad mientras tengamos una actitud conformista, indiferente ante los problemas que aquejan a la humanidad. Es con nuestras manos, nuestras mentes y nuestros corazones que tenemos que empezar a trabajar por la paz. Ésa sí es una verdadera lucha que es necesaria para cambiar el mundo. Se necesita una inversión de ideas, en lo social y humano, que se establezcan fuentes de trabajo, que en nuestro tiempo libre organicemos grupos de apoyo, que demos tiempo en alfabetizar y que, por qué no, pidamos unas vacaciones para ser voluntarios en sitios de refugiados como Darfur, Sudan, y Colombia. La solución está en nosotros, no en las decisiones de nuestros gobiernos. Recuerda, la verdadera lucha es para conseguir la paz y la libertad de los secuestrados.

lunes, agosto 20, 2007

Esta tarde será de alabanza y adoración

El invitado especial de esta Jornada por la Paz será el padre colombiano Eugenio Hoyos. Ayer hizo un llamado para que la comunidad salvadoreña asista a ser testigo del poder de Dios.

Leticia M. Serrano
La Prensa Gráfica (El Salvador)
8/18/2007

“Hay mucha depresión, mucha tristeza, mucha gente que no se encuentra consigo misma, queremos devolverles la esperanza”, son las palabras con las que el padre Eugenio Hoyos incita a toda la comunidad salvadoreña a que se congregue esta tarde en el anfiteatro de la Feria Internacional con motivo de la Jornada por la Paz en El Salvador, celebrada en el marco del undécimo aniversario del Ministerio de Alabanza, Predicación y Adoración Eucarística Dei Verbum.

Hoyos, que es originario de Colombia, es el sacerdote invitado para proclamar el mensaje “Cristo es nuestra paz”. Él aseguró que viene con un testimonio personal de lo que significa la gracia del perdón y el cual está convencido de que edificará nuestra Iglesia (a modo de adelanto, confesó que uno de los 11 diputados asesinados el pasado 18 de junio por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) era uno de sus hermanos, y eso le afectó en su vida espiritual). Predicar con este mensaje es especial: “Realmente poder experimentar el perdón a través de la religión, a través de la música, es un poder de sanación muy grande”.

Está convencido de que el mundo necesita paz, reconciliación, y que sin duda alguna esta tarde “será de respuestas” para muchos que están pasando por momentos de desajustes morales y sociales y que además se preguntan: ¿Dónde está Dios? “Vamos a mostrar que Cristo es la única respuesta en este siglo XXI bien convulsionado”, manifestó el religioso. Invitó a la comunidad cristiana, sin importar religiones, ya que el gozo y la paz son trabajo de todos.

Una tarde verdaderamente espiritual

En un templo sagrado se convirtió el anfiteatro del Centro de Ferias y Convenciones de El Salvador (ex Feria Internacional) el sábado pasado. La alabanza y la adoración al santísimo sacramentado colmaron de paz y alegría a muchos de los congregados.


Leticia M. Serrano
La Prensa Gráfica (El Salvador)
8/20/2007

“Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, dice la palabra de Dios (Mateo 18:20). Pero la tarde del sábado pasado no había tres, eran más de 10,000 cristianos que con fe y esperanza llegaron ansiosos de alabar y bendecir el nombre de Dios.

Se trataba de la Jornada por la Paz en El Salvador, la cual se celebró en el marco del 11.º aniversario del Ministerio de Alabanza, Predicación y Adoración Eucarística Dei Verbum, en la que estuvo presente como invitado especial el sacerdote colombiano Eugenio Hoyos con su predicación “Cristo es nuestra paz”, además del reconocido padre Martín Ávalos, quien también es el fundador del ministerio congratulado.

Los fieles presentes en el anfiteatro del Centro de Ferias y Convenciones de El Salvador (ex Feria Internacional), procedentes de diferentes parroquias y movimientos laicos, se llenaron de gozo espiritual y fueron partícipes de la presencia divina gracias a la exposición de la sagrada eucaristía, la cual era expuesta acompañada de los cantos angelicales del mismo ministerio Dei Verbum y el grupo de alabanza guatemalteco Pierre y su Banda, además de la solista de esa misma nacionalidad Magdalena Arimani.