miércoles, junio 15, 2016

Carismáticos Cumpliendo La Misión de Cristo En La Cultura de Pentecostés


Por José Eugenio Hoyos




En cada pasaje bíblico y a lo largo del ministerio de Jesús podemos ver en cada milagro y sanación el anuncio de la Buena Nueva, la preocupación, la compasión y la misericordia de Cristo por los más débiles y enfermos de su época y hasta los tiempos modernos. El objetivo principal de Jesús en sus mensajes son salvar, liberar, restaurar y sanar.

“El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva, a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.” (Lucas 4, 18-19; Isaías 61, 1-2)

La misión de nuestro Señor Jesucristo es clara y directa ha sido enviado para darle al enfermo un nuevo signo vital y llenar a la humanidad de fe y esperanza.


En mi Ministerio Sacerdotal ha sido clave para que en nombre de Jesús a través de la oración y de la imposición de manos, Jesús actué directamente sobre los enfermos y moribundos.

Jesús mismo entendió que su ministerio de sanación debe estar acompañado de mucha oración y de la fuerza del Espíritu Santo.

Al comienzo llamo a los discípulos ahora nos quiere llamar a cada uno de nosotros para que continuemos esta extraordinaria obra de misericordia sobre los enfermos. Así es cuando aparece el primer envió misionero al pedirle a los discípulos a predicar la maravillosa noticia del reino: “Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios.” (Mateo 10, 8) Y esta misión no ha terminado continua en los grupos de la Renovación Carismática.    

martes, junio 14, 2016

Rumbo Al Jubileo de Oro de la RCC


Por José Eugenio Hoyos


“Un Nuevo Pentecostés para una nueva Evangelización” es el lema que estamos promoviendo dentro y fuera de la Renovación Carismática Católica a nivel mundial.  La Renovación Carismática fluyo del costado de Cristo, es una gran corriente de gracia, tiene la fuerza de Pentecostés pero no es Pentecostal es Católica autentica y universal de nacimiento.

La RCC aparece como un gran acontecimiento postconciliar estrechamente vinculado al concilio mismo. Según la apreciación del Cardenal Suenens, la Renovación en el Espíritu es como una segunda gracia de Dios a la Iglesia y al mundo después de esa primera gracia que fue el II Concilio Vaticano.


El Teólogo Yves Congar nos dice: “La Renovación en el Espíritu no es simplemente moda. Sus frutos se perciben de inmediato: se trata de una fuerte acción espiritual que cambia vidas. No es solamente un “reavivamiento” sino una verdadera Renovación, un rejuvenecimiento, un frescor, una actualización de posibilidades nuevas que surgen de la Iglesia Católica siempre antigua y siempre nueva. La Renovación es una gracia para los tiempos que estamos viviendo.” (Citado por D. Blakebrough, en su libro: Experiencias desde el Espíritu Santo, Gracia para una nueva primavera. Madrid España)


Desde 1966 varios profesores laicos conscientes de que la fuerza de la comunidad Cristiana primitiva estuvo en la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, empezaron a orar para que ese Divino Espíritu se manifestara en ellos su presencia llena de poder en favor de su propia vida espiritual y su trabajo apostólico. Comenzaron a rezar el “Ven Espíritu Santo” de la secuencia que se recita en la liturgia de Pentecostés y es el mismo Espíritu creador que nos está guiando para celebrar con gozo los 50 años el Jubileo de Oro de la Renovación Carismática

lunes, junio 13, 2016

En La Renovación Carismática Hay Autoridad Sobre Los Espíritus Malignos


Por José Eugenio Hoyos


Es muy importante aclarar que dentro de la Renovación Carismática se están dando en el nombre de Cristo muchas sanaciones y encontramos a diario liberaciones de espíritus malignos.

Pero hay que tener mucha preparación, estar de acuerdo y en la misma línea de la Iglesia Católica, no debemos exagerar ni fanatizar estos acontecimientos que en su mayoría son delicados y muy sensibles. Quien debe realizar una liberación de espíritus malignos debe ser una persona adecuada y con una formación teológica y una espiritualidad sólida.


Se nos ha dado autoridad en el nombre de Jesús para hacer avanzar el Reino de Dios. Esa autoridad podemos ejercerla sobre los espíritus malignos al servirle a Él, primero en nuestra propia vida. “Estas señales acompañaron a los que crean: en mi nombre expulsaran demonios: hablaran en nuevas lenguas; tomaran en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobraran la salud.” (Marcos 16, 17—18)

A menudo la primera persona con quien necesitamos compartir la buena nueva es con nosotros mismos. Lo que hemos aceptado como verdad necesita ir más profundo, hasta que transforme nuestras vidas.


“Se ha cumplido el tiempo decía Jesús. El reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean las Buenas Nuevas.” (Marcos 1:15)

La acción de tomar autoridad sobre los espíritus malignos es una parte necesaria del proceso de liberación. Los Carismáticos debemos formarnos más en el conocimiento de la liberación de espíritus.