viernes, abril 27, 2018

Sanados y Liberados con la Sangre de Cristo


Por José Eugenio Hoyos


No hay que esperar que llegue la fiesta de Pentecostés para que se cumplan las promesas de Jesús. Es cada día que los Carismáticos Católicos debemos estar preparándonos para recibir a través de la oración una sanación o un milagro esperado.

Recordemos que la sangre y las llagas de Jesús invocadas con fe se convierten en un precioso don de Dios para sanar y liberar a toda persona de las fuerzas destructivas del mal.

Juan 16, 33 nos dice: “En el mundo tendrán que sufrir pero tengan valor que yo he vencido al mundo”.

El sufrimiento, el dolor o la enfermedad no son signos de castigo o de debilidad, ni de falta de fe… recordemos que el mismo San Pablo nos dice: “El sufrimiento aceptado es un medio de crecimiento y para la glorificación de Dios”.


“Sabemos que la tribulación produce la constancia, la constancia la virtud probada, la virtud probada la esperanza y la esperanza no quedara desfraudada porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (San Pablo Romanos 5, 1).

Mientras estemos en este mundo y en este cuerpo, hasta la hora de la muerte, nuestra vida estará sometida a todo tipo de penas, dolores o enfermedades, todo tipo de situaciones espirituales, psicológicas y físicas que sin lugar a dudas siempre necesitaran sanación y la acción liberadora de Jesús.

Filipenses 4:13 nos dice: “Todo lo puedo en Cristo que me Fortalece”.

También en Pentecostés hay que pedirle a Jesús que nos ayude a romper cadenas intergeneracionales y que sane nuestro interior.

Recuerda estamos Bendecidos, Encendidos, Sanados y en Victoria. Gloria a Dios

jueves, abril 26, 2018

Carismáticos Tiempo de Celebrar un Nuevo Pentecostés


Por José Eugenio Hoyos

Hay que dedicar cada día por lo menos una hora diaria a la oración, a la meditación, a la lectura de las Sagradas Escrituras y sobretodo escuchar alabanzas Católicas que nos ayuden a elevar el Espíritu y que abran caminos para prepararnos a la venida de Pentecostés.
La Renovación Carismática Católica debe aprovechar esta oportunidad para prender fuego en los corazones de la Iglesia que se mantiene en espera del derramamiento de nuevos dones y carismas.
Nuestra existencia tienen una base que es la promesa que hizo el mismo Jesús de enviarnos el Espíritu Santo, el paráclito, el abogado y el defensor. “Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los extremos de la Tierra” (Hechos 1, 8).
Cada promesa cuando llega y toca el corazón de los creyentes, sus vidas cambian se transforman y todos celebran de alegría.
El Espíritu Santo es un fuego poderoso que mora en la vida de los creyentes y en cada uno de nuestros corazones. Cuando no permitimos que el Espíritu Santo sea visto en nuestras acciones, cuando hacemos lo que sabemos que esta mal, entonces esa promesa se hace esquiva y difícil de llegar.
Para que esas promesas de Pentecostés lleguen a nuestras vidas debemos estar en oración permanente y tener seguridad que harán un gran impacto espiritual en nuestras vidas pues Dios no nos quiere huérfanos ni desamparados por eso nos ha dado una familia Carismática y llego el tiempo de celebrar Pentecostés.

lunes, abril 23, 2018

Carismáticos Católicos al Encuentro de un Nuevo Pentecostés


Por José Eugenio Hoyos


Yo tengo un gozo en mi alma, gozo en mi alma y en mi ser. ¡¡¡Gloria Dios!!! ¡¡¡Amen!!! ¡¡¡Aleluya!!! Es la preparación y los sentimientos para recibir un Nuevo Pentecostés en nuestras vidas.

El Pentecostés es el cumpleaños y la gran fiesta de la Iglesia… Y a los Carismáticos el Espíritu Santo los ha elegido como promotores para anunciar y organizar este evento mundial. Pero las celebraciones deben empezar dentro de nuestros hogares, en los grupos de oración y en las asambleas Carismáticas.

Los Católicos Carismáticos estamos llamados a ir sin miedo a proclamar el Evangelio a todos los lugares y a las periferias, para que nuestros creyentes se preparan a recibir mas dones y carismas. La Iglesia debe fortalecerse al proclamar que Cristo vive y que el Espíritu Santo se mueve en todos los rincones del planeta sanando y transformando.

“Cristo Jesús permaneció hoy como ayer y por la eternidad. No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas de la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior: no cuenten con otros alimentos de los que nadie saco provecho” (Hebreos 13, 8-9).


Todo es posible para Dios, los cambios en el mundo y del hombre son superficiales y aparentes; en cambio, lo concerniente a Dios es eterno.

Las cosas en este mundo pasan: “Cielo y tierra pasaran mas tus palabras no pasaran” (Mateo 24, 35).

Las Sagradas Escrituras nos hablan de la presencia poderosa de Jesús en el pasado, ahora nos toca a nosotros hablar de la presencia de Cristo, del cumplimiento de sus promesas y de la acción transformadora del Espíritu Santo.

En este Pentecostés Jesús hoy va ser lo mismo contigo, dejaras el miedo y los temores atrás y serás un protagonista clave en la cultura de Pentecostés y encenderás tu corazón con el fuego del Espíritu Santo.