Por José Eugenio Hoyos.
Hay que tomar en este tiempo cuando celebramos el año de la Fe con seriedad y con mucho compromiso pues la Fe esta en cada corazón del creyente, la Fe ha sido dada gratuitamente como Don de Dios y nos toca alimentarla continuamente en Oración y en obras de Misericordia.
Todos los Bautizados en la Fe Católica estamos llamados a reactivar la Fe, ponerla en acción, darle vida y compartirla testimoniando con todos los que nos rodean y así decir con entusiasmo y convencimiento “Creo Señor aumenta mi Fe”.
Benedicto XVI propone el Catecismo, en este año de la Fe “como verdadero instrumento de apoyo de la Fe, especialmente para los que se preocupan por la formación de los Cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural” (Porta Fidei, No 12).
En las parroquias, en las escuelas privadas o publicas el Catecismo brinda apoyo insustituible para la enseñanza de la Fe a los niños y jóvenes, un cierto vaciamiento de la Fe objetiva, que hoy se presenta en muchas iglesias particulares, tal vez sea debido a que se ha dejado de lado una referencia explicita al Catecismo de la Iglesia Católica. Quizás en estos últimos decenios se ha incubado y luego desarrollado el peligro de dar preferencia a los métodos, a la pedagogía, a los sentimientos sobre los contenidos.
El año de la Fe puede ayudar a la Catequesis, también a los adultos, a conseguir un equilibrio, una armonía entre pedagogía y Teología, entre el contenido de la fe y las formas de comunícarla a los demás.
En la sociedad en que vivimos se entrecruzan los cristianos con hermanos en la Fe que ahora son indiferentes y viven al margen de ella; con hombres y mujeres de otras religiones, o que no son creyentes, aunque busquen sinceramente y de corazón la verdad.
En este año de la Fe, es importante para todos tomar en las manos el Catecismo de la Iglesia Católica, leerlo, reflexionarlo, dejar que la verdad y la belleza de la Fe que en el se expresan echen raíces en el corazón y florezcan en frutos de luz, de conversión y renovación de gozo y de paz. A los no creyentes la lectura del Catecismo puede constituir una llamada amorosa de Dios. Los Católicos hoy en día cometemos grandes errores y somos débiles en la Fe porque no conocemos la existencia y mucho menos las enseñanzas sabias del Catecismo Católico de nuestra Iglesia.
El Catecismo es una gran base para solidificar, fortalecer y defender nuestra Fe de ideologías extrañas que debilitan nuestra Iglesia.