jueves, junio 16, 2011

Minuto de Dios viviendo en Pentecostes 2011

Este fin de semana más de 25mil personas desde tempranas horas de la mañana hicieron largas filas para tomar los puestos más cercanos en las graderías del Monumental Coliseo Cubierto “El Campin” en Bogotá, Colombia. El motivo de este gran acontecimiento fue para celebrar el evento anual de Pentecostés organizado por el Ministerio Minuto de Dios (librería)en torno a esta gran fiesta internacional en honor al cumpleaños de la Iglesia con la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Pudimos disfrutar de la predicación de Padre José Eugenio Hoyos actual Director Espiritual de la Renovación Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia y autor del libro: “Bendecidos, Sanados y en Victoria” publicado por la editorial Minuto de Dios. El Padre Hoyos ya conocido a nivel internacional por sus predicas sobre liberación, unción y sanación ha dejado gran huella en países como Republica Dominicana, Puerto Rico, Bolivia, Ecuador, Panamá , El Salvador, Canadá, Colombia, Chile, Guatemala, Honduras, Nicaragua y en varias ciudades de los Estados Unidos.

En Bogotá, Colombia quedamos impresionados por la experiencia y gran organización de las directivas del minuto de Dios, probando una vez más que dicha institución está en la vanguardia de la Evangelización con sabor carismático espiritual. Que los grandes formadores y evangelizadores forman parte de las escuelas de Evangelización del Minuto de Dios en toda Colombia.

El Padre Hoyos en su prédica en Colombia habló de la importancia de vivir cada día en nuestras vidas, trabajo, familia e iglesia sobre un Nuevo Pentecostés. Igualmente oró por la sanación de Colombia, por la paz y el final de la corrupción del gobierno dijo: “Hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar, y cada persona tiene derecho a oír las buenas nuevas” Luego los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar con gran alegría a los diferentes ministerios de música que le dieron un toque de festival de fe y alegría. En realidad se vivió un nuevo Pentecostés.