Cristo nos ha demostrado muchas veces que quiere que sanemos
y esto lo hemos comprobado en sus Milagros, Curaciones, Sanaciones y Liberaciones
desde el Nuevo Testamento hasta nuestros días.
El Padre Hoyos en las escuelas de Sanación nos decía al ministerio de sanación, Intercesión de la Renovación
Católica Carismática: “hay muchas personas que asisten a las misas de Sanación,
a los retiros, vigilias y adoración Eucarística
pero no pueden pedir ni recibir una verdadera sanación “
Primero hay que entregarse
y someterse totalmente a Dios; hay que experimentar una conversión total,
alejándose del pecado y de toda la vida del pasado. Necesitamos querer
sanarnos, salir de nuestro encierro y buscar a Cristo medico divino con firmeza
y decisión. Hay muchos que creen no necesitar a Dios y menos sanarse. Es la
soberbia que puede enceguecer nuestra mente y endurecer nuestro corazón.
Hay personas que piensan que no hay solución para sus
problemas o enfermedades y que la Oración ya no les funciona.
Ven todo negro, nada los conforma, siempre falta algo, existe
una dejadez una desidia Espiritual, es decir van dejando todo inclusive creen
que Dios los ha olvidado o les ha mandado esa enfermedad o castigo.
Caen en angustia y depresión, se cansan de ir a Misa, al
grupo de Oración y ya no escuchan alabanzas Carismáticas. Paralizan su vida
Espiritual, caemos así en la superficialidad, no profundizamos en la Fe.
El Señor nos dice que por la constancia salvaremos nuestra
alma (Lucas 21,19)
Por eso hay que creer en quien todo lo puede, hay que creer,
creer y volver a créele a Cristo. Ven hermano(a) reencuéntrate con tu Fe, con
la Fe de Tu Iglesia Católica asiste y participa activamente en tu parroquia, en
tu grupo de Oración y te esperamos en nuestra próxima Misa de sanación.