jueves, abril 09, 2015

Cristo ejemplo de paz y de confianza.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Cuando contemplamos por unos instantes el rostro de Cristo y le miramos a sus ojos inmediatamente encontramos y experimentamos una gran paz.
En muchos eventos o retiros carismáticos le pido a la gente que cierre sus ojos y que por unos instantes traiga el rostro de Jesús y que a través de sus ojos hablen con el maestro para que encuentren Sanación y liberación de cualquier problema o situación por la que estés pasando.

La figura y palabra de Cristo nos trae paz, y sobre todo alivio y confianza.


Jesús es nuestro gran ejemplo de confianza y de descanso  en Marcos 6:31 nos dice: “venid vosotros aparte a un lugar desierto y descansad un poco”.
El mensaje es directo para todos! Descansa o te agotaras! Es muy fácil vivir ocupado, acelerado, estresado o gobernado por una infinidad de tentaciones, preocupaciones que agobian el Espíritu y no dejan respirar.

“por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones ante Dios en toda Oración y luego, con acción de gracias” (Fil4:6)
Por eso cuando tengas la posibilidad de asistir a un retiro no vayas obligado, todo lo contrario condiciona tu mente para que disfrutes minuto a minuto todo lo que estas oyendo, viviendo o experimentando y recibirás grandes sanaciones, bendiciones y liberaciones.

Cuando trataban de presenciar a Jesús, él decía: “Mi tiempo aún no ha llegado, el tiempo no se ha cumplido” así que aprovecha cada instante de tu vida para llenarte de paz y confiar más en Cristo Jesús.

miércoles, abril 08, 2015

¿Y después de la Resurrección qué?

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Hemos podido ver en los medios de comunicación y en las páginas digitales impresionantes y maravillosas manifestaciones de Fe en diferentes partes del mundo. Ha renacido la Iglesia Católica pero en estos días Santos que han pasado desde el Domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección hemos podido notar un fortalecimiento de la Iglesia Católica, las Iglesias, los eventos, las ceremonias litúrgicas han llenado los templos como nunca antes, el pueblo se ha manifestado grandemente y ha demostrado un gran apoyo a su propia Iglesia.
Si es cierto que Cristo ha resucitado, pero su Resurrección no es aislada ni privada; es una invitación abierta a que nosotros resucitemos también.

Y la resurrección de cada católico empieza en nuestro propio corazón.
El Papa Francisco nos decía el día de la Pascua: “Con su muerte y Resurrección  Jesús muestra a todos la vida de la vida y la felicidad; y esta vía es la humildad que comparta la humillación. Este es el camino que conduce a la Gloria”.

“Esto no es una debilidad sino autentica fuerza, quien lleva en si el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad de la belleza y del amor”.


¿Después de La Resurrección de Cristo qué? Esa es la pregunta que todos los Cristianos debemos hacer, ¿será que las multitudes que asistieron a los días santos vuelven a desparecer?, ¿Se acabó el fuego espiritual?
Las Iglesias de nuestra Diócesis de Arlington respondieron positivamente al llamado y a la participación de una manera extraordinaria, no dejemos apagar la espiritualidad ganada; no nos dejemos dominar por el enemigo. Guardémosle al Espíritu Santo perseverancia en la Oración; que aumente más nuestra Fe y nuestra esperanza.

Continuemos con nuestra participación en familia, en la Santa Eucaristía y frecuentando los Sacramentos, mantengamos nuestra Iglesia Católica viva; porque no podemos olvidar que tenemos un Cristo Vivo y resucitado.
No olvidemos que la resurrección de Cristo es algo que se debe celebrar todos los días, no solo una vez al año. Que cada día sea una celebración de júbilo al recordar que Cristo vive en tu hogar, en tu trabajo y en tu corazón por eso mantener a Cristo vivo depende de ti.

lunes, abril 06, 2015

Pascua luz de Cristo

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Es el mismo Cristo quien nos ha estado iluminando el camino para llegar a la verdadera Pascua y para que eso sucediera todos los católicos nos hemos estado preparando en Oración, Ayuno, Penitencia y obras de Misericordia.
Antes de recibir la tan esperada Pascua hemos de experimentar y vivir en Fe la semana mayor o semana Santa son días donde las mismas Sagradas Escrituras y la misma liturgia nos hacen vivir con intensidad la Pascua, la muerte y la resurrección de nuestro  único salvador Cristo Jesús.

Nuestra comunidad latinoamericana por ejemplo vive un viacrucis o estaciones de la cruz en vivo, cada Parroquia se esmera con anticipación para organizar  y vivir cada segmento bíblico y cada paso del dolor y del sufrimiento de Cristo.
Nuestros feligreses en carne propia  ofrecen sus propios sufrimientos y el sacrificio de Cristo en la cruz.


Es una lástima que muchos católicos hoy en día no participan seriamente en la vigilia pascual, pues la consideran muy larga y cuando todo lo contrario esta es una ceremonia enriquecedora en la Fe que contiene muchos pasajes bíblicos, símbolo y sobre todo es impresionante sentir y vivir la liturgia de la luz.
El participar en una iglesia que al comienzo esta en oscuridad y que poco a poco se va iluminando con cientos de lucecitas es algo emocionante y sobre todo al escuchar la proclamación cantada. Aquí se canta de nuevo el Aleluya para anunciar el Evangelio de la resurrección. Este es un gran momento para preguntarnos: ¿Cristo ha resucitado? ¿Y tú qué? Me imagino que así se sintieron los primeros discípulos; solos, confundidos después de la compañía diaria de su amigo y maestro Jesús.

En la resurrección de Cristo Jesús, encontramos la verdadera respuesta de la esperanza cristiana: Jesús vive y ahora vuelve a caminar entre nosotros.
San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra Fe” (1 Cor. 15,14). Con la resurrección de Cristo se venció la muerte y el pecado y nosotros resucitaremos en la vida eterna.

Ahora no olvidemos que el tiempo pascual  comprende 50 días; es el más fuerte de todo el año, se inaugura en la vigilia pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés.


Que después de participar en nuestros días santos, llenos de alegría nuestros corazones y la luz de Cristo brille en cada familia hasta que nos invada la fuerza del espíritu santo. En el tan esperado Pentecostés.
Vive la semana mayor con Fe y Oración para que el domingo de resurrección sea una gran fiesta.