viernes, enero 11, 2008

El Nuevo Año comienza a avanzar



Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
11 de enero de 2008

Increíble que algunas personas todavía en nuestro amado planeta Tierra se han quedado viviendo en el año 2007 y no se han dado cuenta que llevamos varias semanas del 2008. Se quedaron dormidas, inertes e indiferentes ante los nuevos cambios. Es posible que aunque llevamos sólo unos cuantos días del nuevo año algunos no quieren reconocer este nuevo comienzo, pues no se han podido recuperar de duros golpes, deudas, desamores, tristezas, etc.

De alguna manera tendrán razón pues si el año que empezó nos traerá lo mismo, ¿para qué entonces despertar? No podemos desconocer que estamos viviendo en un mundo convulsionado, disparejo, y oscuro. Es un cuadro conmovedor para reflexionar y mejorar el panorama mundial. No podemos continuar viviendo con 53 millones de personas que aguantan hambre en América Latina o — lo que es peor — más de 15 milliones de niños a causa del SIDA en el año 2003 quedaron huérfanos. En Estados Unidos, más de 14 millones de seres humanos están en el limbo, indocumentados desprotegidos, discriminados por la falta de una reforma migratoria justa y moral. Miles de seres humanos han sido deportado a sus países de origen en Europa, etc.

El informe de CEPAL sobre la pobreza en América Latina estima que un 40,6% viven en situación de pobreza y un 16,8% en pobreza extrema o indigencia. El informe de CEPAL menciona que en 11 países de la región las remesas enviadas desde el exterior han tenido incidencia positiva, pero a costa de abandonar su propio país.

En 1996, el Banco Mundial comunicaba con ironía que tenía dos noticias: una buena, que se ha dado en América Latina un crecimiento, aunque insuficiente; y una mala, que los ricos aquí son más ricos y los pobres más pobres. Esto y otros problemas que aquejan a la humanidad podemos empezar a cambiarlos desde este comienzo de 2008. Para ello es fundamental educar los ojos a fin de ver lo que no se quiere de nuestra sociedad y de nuestra globalización, educar la sensibilidad para dejarse afectar e interpelar por el sufrimiento del otro mediante una compasión efectiva y poner manos a la obra para hacer algo que ayude a cambiar esta realidad.

La mejor respuesta desde el evangelio a esta dramática situación es la promoción de la solidaridad y de la paz, que hagan efectivamente realidad la justicia. 2008 debe ser el año de compartir, de iniciativas de inversión social, y de sensibilidad por el cuidado del medio ambiente y de los pobres. ¡Feliz 2008!