Por Rev. Jose Eugenio Hoyos.
Recientemente asistí como Predicador a un congreso Carismático
en Oregón y no dejó de impresionarme con la Fe, el entusiasmo y la entrega de
miles y miles de personas buscando paz y Sanación en sus vidas y en la de sus
familiares.
Cada congreso de Sanación es especial y diferente en cada
persona, en su disponibilidad y en su grado de creencia hacia un Cristo sanador
en el cual encuentra muchas respuestas a
sus situaciones o problemas.
El poder de un pueblo unido en Oración trae muchas Sanaciones
y Liberaciones.
Pero para que los Milagros sucedan, en un grupo de Oración,
en un congreso de Sanación, en un encuentro Carismático, en una Eucaristía, frente al Altísimo, en una hora Santa, o Eucaristía
para los enfermos; la clave es creerle profundamente a Dios, acompañarse del
amor de la Virgen María, frecuentar los Sacramentos especialmente el de la Reconciliación,
perseverar en la Oración, buscar al Espíritu Santo y tener una entusiasta atracción
a Jesús Eucaristía.
Jóvenes y niños son un gran ejemplo de como Dios está obrando
poderosamente.
En uno de los encuentros de Sanación en la hora Santa un
Padre de familia con su hijo enfermo de corazón, trajo a su hijo de nombre Andrés
de 7 años de edad y al paso del Santísimo su padre tomó las manos de su pequeño
tocó la Custodia y le pidió sanación por su hijo, a los pocos días el medico
del niño le informo a la familia que el corazón agrandado de Andrés se había
reducido de una forma milagrosa hasta llegar al estado normal. Y lo que sucedió
aquí es que Cristo a través de la Eucaristía le trasplantó al niño un nuevo corazón
lleno de salud.
Los Católicos somos verdaderamente Bendecidos de recibir
Sanaciones milagrosas a través de la Santa Eucaristía.