Cada Eucaristía tiene un
poder sanador y liberador porque se siente la presencia real de Jesus Vivo. Y
esto lo estamos experimentado en muchos lugares en Latino américa donde cada
vez son más populares y más asistidas con Fe.
En el área metropolitana de Washington
en particular en la Diocesis de Arlington cada vez los creyentes católicos
pueden participar de una Misa de Sanación o Eucaristía por los enfermos en
diferentes parroquias cuyo celebrante principal es el padre José Eugenio Hoyos, asesor de la Renovacion
Carismatica de la Diocesis de Arlington.
El Padre Hoyos acompañado de
un Ministerio de Sanación, Intercesión y Liberación en cada Eucaristía hace
énfasis de que quien sana NO es el hombre, sino el mismo Cristo Jesús; cuya
Sangre y llagas tienen poder sanador.
Jesus está por encima de
todos, es el cirujano divino que no falla y no existe uno más poderoso que Él.
Nuestra Iglesia Catolica cree que existen Milagros de sanación, que sobrepasan
toda explicación y causa natural, y que son signos del amor, la compasión y del
poder de Dios sobre nuestras vidas.
De la misma manera el padre
José Hoyos nos advierte en cada Misa de Sanación de que muchos cambios,
sanaciones y milagros, Cristo Jesus los realizara en abundancia si aumentamos
nuestra Fe y le creemos con seguridad a Cristo de que si va a suceder una
determinada sanación.
Recientemente celebramos la
Misa de Sanación en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en Woodbridge,
Virginia y ya son muchos los testimonios de sanación y liberación que se están
escuchando en muchos lugares. Dios es grande, el milagro y la sanación son una
acción divina excepcional a través de la cual Dios dispone para la recepción de
dones espirituales. En cada sanción y milagro actúa la presencia real de
Cristo.