jueves, julio 24, 2014

Padre Hoyos he sido Sanado por Cristo.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Es muy placentero cuando nos llegan a la oficina testimonios de Sanación, liberación o conversión.
Después de participar en una Misa de Sanación, en una Vigilia, Hora Santa, Adoración Eucarística sobre todo en una imposición de manos al escuchar las manifestaciones del Espíritu santo y la acción sanadora de Cristo todo esto nos entusiasma a continuar trabajando con más fuerza en el Ministerio de Sanación de Cristo. Cada testimonio de sanación, lo he dicho ya en varias ocasiones son multiplicadores del amor y la compasión de Jesús.

El Sr. Juan David Márquez me envió especialmente este testimonio; Padre Hoyos: después de asistir con Fe a una de sus Misas de Sanación por un preocupante melanoma en una pierna y en estado grave iba a ser operado en esa misma semana, pero para la sorpresa de los doctores el melanoma ha desaparecido y ellos no se explican, me declaro sano en el nombre del señor. Ese día eso fue lo que le pedí a Dios que me sanara  y usted bien lo dijo aquí hay una persona que va a ir al médico y se sorprenderá del poder de Dios. Gracias Padre Hoyos y gracias por sus Oraciones.



Nos envía este testimonio desde Argentina Patricia Peñalva: quiero contarles que recién llego del médico y ya teníamos programada mi operación de intestino, y la trombosis se achicó casi el 80% ¡Gloria al señor! Por tantos milagros. Gracias Padre José Eugenio Hoyos por todas sus Oraciones yo sé que Cristo hace todo esto por cada uno de nosotros, pues somos sus hijos y no quiere enfermos, ni vernos sufrir. Gracias! Amén!
Dios definitivamente no tiene límites por ejemplo para sanar, liberar células cancerosas. Su poder es Divino.

miércoles, julio 23, 2014

Nuestra Sanación está en el Visturi de Cristo.

Por Rev. Jose Eugenio Hoyos.


Es muy placentero escuchar los miles de testimonios  de Sanación o Liberación en tantos eventos, horas Santas y Misas de Sanación.
Cada Sanación es un anuncio más de que Cristo continua sanándonos y dándonos la oportunidad de vivir un día más.

En nuestros Ministerios de Sanación es llevar a Jesús Eucaristía en nuestras manos es un gran privilegio, un honor no merecido.
Cada vez que nos paseamos con la Santa Custodia en nuestras manos, nuestros cuerpos y esas mismas manos se llenan de un gran calor y ese calor es el mismo fuego del Espíritu Santo.



Las Sanaciones y Liberaciones en cada descanso en el espíritu son asombrosas y sus testimonios poderosos, cuantos mensajes de Sanación de Cáncer, Tiroides, Próstata, colon, diabetes, parálisis y cuantos niños vemos nacer en madres cuyos médicos les han dicho que la maternidad va a ser imposible y que deben acostumbrarse a vivir en la infertilidad.
Cristo nunca nos falla, nunca sale de nosotros, porque él nos es un pozo seco, un sol sin brillo, una lluvia seca, ni un meteoro que pasa, Cristo es salud, la liberación, es paz y es v ida en abundancia, por eso nos tiene grabados en las palmas de sus manos (Isaías 49-13-16).

No hay mayor felicidad que la de conocer el amor y el perdón de Dios.
Cada vez que entramos a una cirugía confiemos que el visturi de Cristo es el que nos va a sanar.

lunes, julio 21, 2014

¿Por qué sufre un hombre sin Dios?

Por el Padre JOSÉ E. HOYOS | Para el Catholic Herald




Cada día encontramos en nuestra comunidad inmigrante personas que se encuentran solas, humilladas o deprimidas y tienen mucho sufrimiento y depresión.
El hombre de nuestra sociedad actual está siendo presa de terribles tristezas, de recuerdos del pasado, se encuentra desorientado, porque ha abandonado a Dios y ha perdido el sentido de su vida.
Estamos encontrando dentro de nuestras familias a personas que están sufriendo de depresiones severas, una salida frecuente de la depresión profunda es la tentación de acabar con su propia vida, sobre todo cuando la fe religiosa escasea; cuando no hay motivación ni confianza en la iglesia.
El número de suicidios aumenta en los países más desarrollados y a las personas que más sacude es a los más pobres y a los que han perdido la esperanza y están alejados de Dios y hay una marcada ausencia de la oración.
 



Por eso cuando te sientas triste y afligido necesitas primero buscar un sacerdote o a un miembro de la iglesia que te escuche, te haga sentir parte de esta iglesia universal y te guie a tener un encuentro personal con Cristo Jesús, Él que te va a sanar y liberar de tus penas y amarguras.
Necesitas abrir tu corazón a Dios, recordar tus valores, tener presentes las metas y objetivos que te has propuesto para realizar en tu vida y con tu familia.
¿Piensa que el sentido último de tu vida sólo se encuentra en Dios, que Cristo no te va a defraudar y que es Él que debe ocupar el primer lugar en tu vida?
Apóyate en la roca firme y sólida que ya tiene nombre: “Jesucristo”. Si tú acudes a tus creencias religiosas y eres constante y asiduo en la oración, podrás probar por propia experiencia, el consuelo y el ánimo que se encuentran en la fe y en la comunicación con Dios, para los momentos más duros y amargos de la existencia.

Pero con Cristo seremos vencedores de los momentos más amargos en la vida. Dios nunca te fallará aunque pienses que todo se hunde a tu alrededor — Dios te ayudará y te sostendrá con su bondad infinita, porque “sabemos que Dios dispone de todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Rom 8:28).
Con Dios, en el corazón no habrá sufrimiento.