Leyendo y escuchando la variedad de hermosos testimonios de sanción por las páginas del internet, enviadas por diferentes personas que asistieron a la jornada de sanación en Chajari, Argentina, ya no nos sorprenden como lo dije claramente en una de mis reflexiones: “aquí no ha venido a sanar el Padre Hoyos, sino Cristo en persona”. Pues Jesús ha venido a traer vida en abundancia.
Definitivamente cada sanación y milagro es una muestra más de que Cristo está vivo. No podemos ir a estos retiros o jornadas esperando que sucedan “cosas mágicas” lo que debemos esperar es la fuerza del Espíritu Santo, pues es la oración combinada con gozo, alabanza, fe y convencimiento de que la sangre y las llagas de Cristo sanan, entonces suceden cosas maravillosas.
El Señor Julio Cesar Vallejos, residente de Ituzaingó, Corrientes, después de terminar la jornada de sanación acompañado de su familia llegó hasta la casa Cural para dar testimonio de haber sido sanado, pues nos cuenta que por muchos años de su vida había perdido el olfato y casi obligado vino a la jornada y el sábado al medio día empezó a sentir olores fuertes y desde aquel instante da gloria y honor a Cristo porque le regreso su olfato. (Evangelina Mazzoto de Chajari) Tuvo una sensación de no ir a la jornada, ella siempre ha sido una persona muy alegre y entusiasta, pero su forma de ser y su carácter en esa mañana eran de un gran bajón. Con mal carácter, acompañados de un fuerte cansancio (raro en mi porque siempre ando con las pilas puestas). Como una vitamina que nunca se acaba. Decidió salir de todas formas a la jornada pero su moto no prendió, fue a buscar las llaves del carro de su mamá y ella se había llevado la llave equivocada del garaje, todo era un caos.
Decidió invocar al Espíritu Santo, calmarse y encender la moto de nuevo y gracias a Dios prendió, pudo asistir, su temperamento cambio y la paso con una sensación de gran gozo. Todo el dia, otros testimonios han sido sobre el perdón, manchas en la piel, migraña, derrame cerebral, tiroides, resultados médicos positivos de la próstata, ulceras que en otro capítulo lo haremos con más detalles.
Las llagas de Cristo vivo nos dicen: “Ten paz. La victoria ya está ganada. Mis heridas parecían mortales, ¿verdad? Pero, mira, estoy vivo y sano. He ganado la victoria para ti”. Si tienes más sanciones y testimonios debes enviarlos a la Iglesia o por correo: jhoyos04@hotmail.com