Por José
Eugenio Hoyos
Desde nuestro nacimiento comenzamos una nueva vida gracias a
la acción del Espíritu Santo.
Todos somos Carismáticos desde el bautismo en la Iglesia pues
cuando el Sacerdote nos bautizo dijo estas palabras: “Yo te bautizo en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Y desde ese momento comenzamos a caminar, a sentir y a ser
guiados por el Espíritu Santo. Que es la promesa de Cristo sobre cada uno de
nosotros. Es una lástima que a muchos Católicos y algunos Cristianos les de vergüenza
o pena o la mas triste desconozcan la presencia del Espíritu Santo. Es por eso
que no saben que dentro de cada persona hay un gran tesoro espiritual lleno de
dones y carismas.
Cuando tus padres te dieron la oportunidad de nacer el Espíritu
Santo ilumino el vientre de cada madre y comenzó a infundirle vida y vida en
abundancia. No elegiste nacer, Dios te dio la oportunidad de abrir los ojos en
su creación.
No elegiste tus padres, Dios los coloco como canal para que
transitaras hacia la vida humana. No elegiste tu lenguaje, Dios te coloco en esa
tu cultura, ofreciéndote las demás como posibilidades. No elegisteis tu género,
Dios estableció un plan con tu feminidad o masculinidad.
No elegiste tus hermanos de sangre, Dios te los entrego como
compañeros especiales en el viaje de tu vida.
No elegisteis en tu religión Católica ser Carismático fue
Dios que ilumino tu mente para encender ese fuego abrazador sanador y
liberador.