jueves, junio 06, 2013

Sin la Fe es imposible agradar a Dios.

Por Rev. Jose Eugenio Hoyos.
Que importante es tocar, hablar y reflexionar sobre la Fe cuando todos los católicos del mundo estamos celebrando el año internacional de la Fe.
En la carta a los Hebreos Capitulo versos 1 y siguientes se nos dice: “la Fe es aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.
Esto mismo es lo que recordamos en nuestros antepasados.
Por la Fe creemos en las etapas de la creación, fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no aparece.
Por la Fe Abel, su sacrificio fue mejor que el de su hermano Caín. Por eso fue considerado justo; como Dios lo dio a entender aprobando sus ofrendas. Y aun después de muerto, por su Fe sigue clamando.
Por su Fe, también Henoc, fue trasladado al cielo en vez de morir y los hombres no volvieron a verlo, porque Dios se lo había llevado. Antes que fuera arrebatado al cielo, se nos dice que había agradado a Dios. Pero sin Fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan” (Palabra de Dios).
“De verdad sin Fe es imposible agradar a Dios”. Esta es la respuesta para todos los católicos y cristianos de todo el mundo  que andan buscando respuestas y soluciones en el vacío.
Faltos de Fe y sin conocimiento de Cristo nuestro señor; la Fe es la clave para mi salvación, para mi paz, para el amor y para encontrar definitivamente la Sanación a cualquier enfermedad.
Pero vamos a hablar no de una Fe cualquiera sino de una fuerte y poderosa, Fe puesta en Cristo Jesús. El autor y dador de la Fe; por eso al comienzo de este capítulo en la carta de los Hebreos en el verso 1 nos define la Fe: como la fe es la certeza de las cosas que no se pueden ver es aferrarse a lo que se espera: Yo te pregunto ¿querido hermano (a) en este momento usted a que se está aferrando o agarrando? A sus hijos, a su esposo (a) que le ama a gotitas, al trabajo o a Dios.

miércoles, junio 05, 2013

¿Por qué el Padre Hoyos celebra Misas de Sanación?

Por Rev.  Jose Eugenio Hoyos.
Muchos católicos que desconocen un poco sobre la Iglesia Católica, en especial sobre la Renovación Católica Carismática me preguntan en mi parroquia: “¿Por qué celebra Misas de Sanación? ¿No toda Eucaristía es de Sanación? Y mi respuesta es SI, tienes toda la razón, pero una Misa de Sanación o Eucaristía para los enfermos es una celebración mucho más extensa donde el pueblo de Dios tiene la oportunidad de desarrollar  con las fuerzas, los dones y carismas entregados a un pueblo creyente que se mantiene en espera, en Oración y con todas las antorchas de la Fe encendidas. Cada Misa de Sanación tiene una característica especial y lleva un orden.
Dentro de una Misa de Sanación deben existir fundamentalmente tres ministerios; con una formación sólida en Liturgia, atención a los enfermos, técnicas de Oración y formación Bíblica.
Estos Ministerios son Sanación, Intercesión, y Liberación. El Ministerio de Sanación adecuadamente formado es el encargado de la imposición de manos debidamente uniformados de blanco y negro y llevando un distintivo al frente del Altar o alrededor de la Iglesia en grupos de 4 servidores 2 imponen manos y 2 recogen a las personas que descansan en el Espíritu o necesita Oración.
El Ministerio de Intercesión permanece en Oración, sentados dentro de la Iglesia o ante el Santísimo acompañando a la asamblea en Oración, este Ministerio es el soporte y apoyo para las Sanaciones.
Y el tercer Ministerio es el de liberación, este grupo es el encargado de asistir a los fieles que presentan síntomas sicologicos, depresión u otros problemas para ser tratados en un lugar discreto en la Iglesia y acompañarlos en Oración.
Hay que tener en cuenta que en cada Misa de Sanación quien sana no es el Sacerdote, el Diacono o los hermanos de los Ministerios, sino el mismo Cristo Jesús, donde con la invocación, la Oración y las alabanzas  el Espíritu Santo mueve y ayuda a sanar el creyente, la Misa de Sanación no es un show, ni hay invocaciones de magia o brujería es un acto litúrgico Eucarístico serio, conservador y sagrado.
Dios quiere que todos sus hijos se Sanen y es por eso que en cada Misa de Sanación al finalizar  son cientos de Sanaciones recibidas. Es el encuentro sanador en Cristo con su sangre y sus llagas.

lunes, junio 03, 2013

Congreso Carismático en New York con el padre Hoyos.

Por Fidel Hurtado-Zapata.


Con el lema de uno de los libros del Padre José Eugenio Hoyos “Sanados Setenta Veces Siete” se desarrolló el gran congreso Carismático organizado por la Parroquia de San Michaels en Flushing, New York.

Con una gran asistencia los fieles Carismáticos pudieron disfrutar y gozar de las enseñanzas y alabanzas que cientos de asistentes cantaban con una sola voz; “Yo te alabo con el corazón, yo te alabo con mi voz; yo tengo un gozo en el Alma, gozo en mi alma aleluya gloria a Dios” etc.

El Padre Hoyos dio una explicación sobre el tema de sanados setenta Veces siete”  pues cuando Pedro le preguntaba a Jesús ¿Cuántos veces debo perdonar a mi hermano? Jesús le contesta: Hasta setenta veces siete: la base de la Sanación comienza con el perdón y cada vez que perdonamos Jesús comienza a Sanar y a liberar setenta veces siete.
Luego explico el Padre Hoyos sobre un pasaje de san Lucas 12: 35-37: “tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas. Sé cómo los criados que están esperando a que su amo vuelva de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los criados a quien el amo encuentre vigilantes cuando llegue. Etc.

Cuantas veces decimos “me tienes que amar porque yo te amo” ¡NO! el verdadero amor se da sin esperar nada a cambio. Así es el amor de Dios hacia ti, no te pide nada a cambio. Él te sana, te ama, te perdona, te espera, re aguanta setenta veces siete.

No olvidemos que la puerta de Sanación hay que tocarla más que setenta veces siete; no se abrirá a empujones, sino con mucha Oración y larga espera. Hay que aprender a llamar con humildad y a esperar con paciencia. Si no podrías quedarte para siempre en los umbrales de Cristo sin entrar en él.

Cuando nos llegue la enfermedad debemos preguntarnos ¿por dónde se me escapa la vida? ¿Cuáles son mis miedos? ¿Qué tanto aceite de Fe tengo en mi lámpara?, pues debemos prepáranos en Oración y aprovechar este gran retiro para consagrar a la ciudad de Nueva York a Cristo y pedir protección.