jueves, diciembre 18, 2008

¿Regalos y fiestas? Ó ¿Nacimiento de Jesús?

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
18 de diciembre de 2008

¡Despertemos, despertemos y estemos en alerta! Pronto nacerá El Salvador del Mundo, El Emmanuel, Dios entre nosotros, el Mesías prometido.

¿Por qué diciembre nos trae tantas emociones, alegrías y tristezas? Pues este es el tiempo en que cada año los cristianos en todo el tiempo y a través de la humanidad celebramos el nacimiento del hombre más extraordinario de la historia: Cristo Jesús. Este nacimiento de Jesús ha cambiado no solamente la historia del mundo, sino también las vidas individuales de millones de creyentes.

¿Por qué nos alborotamos, nos alegramos, nos alistamos, cambiamos de actitud y nos acercamos más a la Iglesia? ¿Por qué Belén? ¿Por qué se nos habla de un humilde pesebre, de su gran nacimiento? ¿Quien es ese Jesús? Se preguntan en este tiempo personas de otras creencias, sectas, ateos e ignorantes de la religión.

En esta preparación de la Navidad es importante recordar el nacimiento de Jesús. Después que María y José habían llegado a Belén, María dio a luz a su bebe en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales. Este lugar era lo único que ellos habían podido conseguir durante su estadía en Belén. No eran personas que poseían riquezas materiales. Pero tenía enorme responsabilidad y el honor de criar y educar al hijo de Dios.

El calor de María, unas pobres mantas y su humilde cunita hecha de paja lo abrigaban. Estando los pastores reunidos de pronto vieron una luz brillante que los sorprendió; ellos tuvieron mucho miedo. La luz que los encandiló era un ángel que se acerco a ellos y les dijo que no temieran y les contó que el Mesías había nacido. Entonces miles de ángeles cantaban en el cielo: “Gloria a Dios en las altura y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”.

De esta manera los pastores llegaron al pesebre y se encontraron con María, José y un bebé muy especial envuelto en sencillas mantas en una rustica cunita, tal cual se lo había descrito el ángel. Hay que tener en cuenta que el Espíritu Navideño no consiste en regalos, derroches, fiestas y el hacerle un homenaje a Santa Claus. El verdadero Espíritu de la Navidad es el de una gran alegría y regocijo porque ha nacido El Salvador. Por que Dios se ha hecho hombre, se ha hecho participe de nuestra naturaleza. Ha compartido con nosotros alegrías, penas y sufrimientos. Nos dice las Sagradas Escrituras que se hizo semejante en todo a nosotros, menos en el pecado.

El Espíritu de Navidad es el de compartir la alegría de tener a Dios con nosotros, de reflexionar sobre lo mucho que el Padre Celestial nos ama, que nos envía a su hijo a tomar nuestro lugar, tomar nuestros pecados y morir por ellos (Juan 3, 16) para que nos enseñe y nos de el mandamiento del amor: “Amaos los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 19, 19).

Un cristiano de este tiempo, no puede ignorar la Navidad, bajo pretexto de ser herencia pagana, porque no se puede tapar el sol con un dedo, ni puede como el avestruz ocultar la cabeza de la realidad que se vive. Hay que devolverle el verdadero sentido cristiano y religioso a la Navidad. Debemos de mostrar al oleaje de comercialización que es Jesús de Nazaret el centro de esta celebración. “Y aquel verbo se hizo carne y habitó entre nosotros porque de su plenitud tomamos todos y gracias sobre gracia” (Juan 1, 14-16). Feliz Navidad y Prospero año nuevo. ¡Rescatemos la Navidad iluminando los nacimientos!

lunes, diciembre 15, 2008

Navidad con gozo carismático

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Se siente, se oye, se siente y se siente: Navidad esta presente. “La Mary Morena”, Los Peces en el Río”, “Tuqui Tuqui”, “Feliz Navidad”, y “Noche de Paz”, eran algunos de los temas Navideños que la agrupación musical juvenil de la parroquia de Santa Rita en Alexandria interpretaba para más de 800 asistentes que se dieron cita en el gimnasio principal de la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church, Virginia.



Todos los representantes de los grupos de oración acompañados con sus familias, el ministerio de sanación, de intercesión y de liberación estaban presentes. Era un verdadero compartir de Pentecostés pero con sabor Navideño porque el menú estuvo estupendo. Fue como la multiplicación de los panes. Hubo tanta comida que todos quedaron saciados y hasta sobró para llevar a casa.


Los hermanos(as) del Consejo de la Renovación Carismática acompañados de este servidor, el Padre Alex Díaz, el Padre Luis Fernando Franco, el Diácono Mateo DeForest repartimos la comida a todos los asistentes. Este gesto nos llenó de mucha alegría pues lo hicimos con alegría y de corazón.



Además de la oración que compartimos y de los villancicos que todos cantábamos al Niño Jesús y a la Virgen María, era el compromiso con más fuerza en el año 2009, esta era una de las metas que nos proponíamos. Si el año pasado estuvo acompañado nuestro ministerio de sanación y bendiciones, el próximo año la proclamación del evangelio viene fuerte, pues soplan vientos huracanados y tenemos que estar alerta y preparados en oración para que el Señor Jesús nos encuentre listos, gozosos y con nuestros corazones abiertos a realizar su obra, la de la construcción del reino de los cielos. A todos los servidores de todos los grupos y círculos de oración carismática: Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo.

Compartimos una sonrisa con los abuelitos

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

El fin de semana pasado estuvimos bastante ocupados acompañando a las personas de la tercera edad o como cariñosamente le llamamos “nuestros abuelitos(as) de la edad dorada” con el programa solidario Navideño “Canitas Doradas”. Fue en realidad un bello compartir, un entrelace de sentimientos y una gran obra en este tiempo tan especial cuando nos estamos preparando para recibir el nacimiento del Salvador del Mundo.



Más de 40 ancianitos se dieron cita a este sencillo pero emotivo agasajo Navideño. Unos llegaron con bastones, sillas de ruedas, de la mano de sus seres queridos y otros valientemente tomaron un taxi para no perderse los cantos Navideños, la rifas, los postres, la comida y los regalitos. Lo importante era que se sintieran en familia y que en torno al Belén pudieran expresar sus deseos y ante el Niño Jesús con un beso y entre sus brazos recordar y pedir por sus seres queridos.



El pensador Heinrich Bőll decía: “en los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos los viejos que nos hemos vuelto” y Charles Chaplin decía: “a medida que un hombre entra en años, quiere vivir profundamente. Un sentimiento de triste dignidad invade su alma y esto es fatal para un cómico”.



No hay motivo alguno para ignorar o despreciar al anciano, menos olvidarlo, todo lo contrario, la ancianidad es la etapa más alta de la existencia, pues la persona tiene sabiduría de la vida. Debemos aprovechar estas Navidades y enseñar a los niños y a los jóvenes que de las personas ancianas podemos aprender y valorar a los seres humanos. A todos los que participamos en este evento nos fue muy agradable el poder hacer reír a un abuelito(a). Que Dios les continúe dando salud y muchos años pues ellos son la mejor universidad de los tiempos.