jueves, febrero 25, 2016

La Renovación Carismática Es Una Invitación A La Conversión Y A La Santidad


Por José Eugenio Hoyos


La Renovación Carismática bien entendida, bien llevado, bien organizada y bien centrada en la doctrina de la iglesia es una gran bendición y una incalculable riqueza espiritual donde los creyentes de una forma más segura pueden tener un encuentro personal con Cristo Resucitado.

La Renovación Carismática nos invita a la conversión y en su identidad espiritual en la perseverancia a la oración nos conduce al camino de la santidad. Cada Carismático está llamado a vivir cada día un Nuevo Pentecostés y no solo, a vivirlo pero a anunciarlo y a compartirlo como la “Buena Nueva” a todos los hombres.



Jesús nos sigue llamando a todos a participar de esta gran y efectiva evangelización con el Espíritu Santo. Seguir a Jesús en este mundo moderno implica un gran compromiso y sometimiento al Rey de Reyes pues seguirlo es ir detrás de Él y sacrificarse por El. Jesús no se contenta con el anuncio general del mensaje de salvación, sino que pasa a la acción, llamando personalmente a sus nuevos discípulos. Conversión y Fe tienen que realizarse en el seguimiento de Jesús; ese seguimiento es una respuesta plena a la llamada de Jesús.

Es por eso que, el propósito de dicha llamada y las consecuencias que tuvo en la vida de quienes le siguieron les marco la vida como nueva experiencia. La llamada constituye una nueva persona y le confiere una nueva fuerza que es la efusión del Espíritu Santo.


Así es en esta nueva vida espiritual, el seguimiento de Cristo es siempre adquirir una nueva vida y caminar en un sendero nuevo.

Dejar lo mundano y llenarse de un Espíritu que da vida en abundancia. Nuestra participación en la RCC es de oración, alabanza y de practicar las obras de Misericordia.  

miércoles, febrero 24, 2016

El Espíritu Santo Es El Mismo Hoy Ayer y Siempre


Por José Eugenio Hoyos


“No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros alimentos de los que nadie saco provecho” (Palabra de Dios)


Que importante el mensaje que nos da la carta a los hebreos capítulo 13 versículos del 8 al 9. Es cierto pareciera que en este mundo y en nuestras vidas muchas cosas cambiaran, la tecnología cambia, la literatura cambia, la ciencia cambia, el clima cambia, los productos cambian, el hombre y la mujer tienen cambios físicos. Ya unos no son tan jóvenes, antes eran flacos ahora barrigones, con arrugas y sin pelo. Lo físico y la belleza cambia, las leyes cambian la educación cambia, los gobiernos y sistemas cambian. Pero Jesucristo permanece, los maestros van y vienen. Pero Jesucristo permanece. Considera al Cristo que no cambia en relación con el mundo cambiante con que vivimos.

De hecho, la palabra más característica de este mundo transitorio es “cambio” Muchos políticos aquí en Estados Unidos como en nuestros países de Latino América habla del cambio. Voten por mí que soy el cambio. Pero no se dan cuenta que el único que puede cambiar nuestras vidas, el sistema, el pecado, la injusticia se llama Cristo.


Él te puede cambiar hasta el diagnóstico más cruel y doloroso de tu vida. Lo que la medicina no puede cambiar un cáncer o una metástasis Jesucristo con su poder ilimitado lo puede hacer.

Él tiene la potestad de parar las tormentas, los tsunamis, las tempestades y de solucionar cualquier problema. Jesús tiene el soplo del Espíritu Santo, y el Espíritu Santo viene con fuerza transformadora para darnos vida en la Renovación Carismática y los Carismáticos estamos llamados a llevar la esperanza y renovar la fe a los creyentes

lunes, febrero 22, 2016

El Corazón de los Carismáticos No Fue Hecho Para Cosas Pequeñas


Por José Eugenio Hoyos


La Renovación Carismática nació el día de Pentecostés, en el derramamiento del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles su único fundador es el mismo Espíritu Santo. Solo hace 50 años se descubrió la gran corriente de gracia en el mundo moderno.

Es por eso que cada Carismático es rico y afortunado al recibir dones y carismas.

Cada Carismático ha sido llamado a realizar cosas grandes en el nombre del Señor, a Predicar la Buena Nueva, a sanar a los enfermos y a liberar a espíritus malignos en el nombre de Cristo Jesús.


“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestino a ser hechos conforme a la imagen de su hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos” (ROM 8:28)

Cuando Dios te dice que eres llamado y escogido para heredar cosas grandes e suelta proféticamente lo que nos dicen las Sagradas Escrituras “El Dios de Abraham, Isaac y Jacob.” En otras palabras, Dios bendice más allá de la tercera generación, para luego volver a renovar su promesa.

Lo importante no es como naciste, sino para que naciste.


El propósito central de cada Carismático es ser semejantes a Jesucristo en nuestras actividades, nuestro estilo de vida, nuestras relaciones, nuestros sacrificios, nuestros ministerios y siendo testimonios vivientes que arrastren en esta corriente de Gracia multitud de almas para Cristo.

San Pablo nos dice: “Somos llamados según sus propósitos” “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiara a toda la verdad, porque no hablara por su propia cuenta, sino hablara todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificara, porque tomara de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomara De lo mío y os lo hará saber.” (Juan 16: 13-15)