jueves, enero 24, 2013

Bendecidos, Sanados y en victoria setenta veces siete.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.
La Renovación Carismática Católica a nivel mundial nunca dejara de recibir multitud de Bendiciones, Sanaciones, Liberaciones, Conversiones pues cada Oración que se realice y salga de los labios de un creyente lleno de Fe se convertirá instantáneamente en bendición y esa bendición en una sanación que se multiplicará Setenta veces siete.
Dios quiere que de generación en generación cada Bendición y cada Sanación sea compartida para comunicarle  al mundo agonizante en la Fe que Cristo está vivo y que el tiempo de Milagros continua con más fuerza.
En cada momento de nuestras vidas, necesitamos ser Bendecidos y sentirnos amados por Dios.
La intención de Dios es que en nuestras familias el poder de la Oración, el Rezo del Santo Rosario, la frecuencia hacia los Sacramentos sirvan como muros de protección contra todo lo negativo y lo que pueda hacer daño y sean una fuente de Bendición para cada persona.
Al encontrar nuestra identidad en Jesús, recibimos las mismas Bendiciones que recibió de su mismo Padre en su paso por la tierra. Dios nos Bendice mucho más de lo que nosotros pedimos.
En mis libros de Sanación “Bendecidos, Sanados y en Victoria” y Sanados Setenta veces siete” cada lector puede encontrar de que estamos Bendecidos, primeramente al permanecer a la gran familia de Dios, todo lo que recibimos es un regalo de nuestro señor Jesucristo que como Padre Espiritual nos regala multitud de Bendiciones, porque nos ama, “Encendidos” por la fuerza del Espíritu Santo que enciende nuestros corazones de gozo y enciende a todo momento la llama de nuestra Fe y “en Victoria” porque todo lo bueno y que nos hace victorioso viene de Cristo.
Y Sanados Setenta Veces Siete porque Cristo es un padre Misericordioso y bueno, que siempre esta Sanando y Liberándonos de enfermedades y dolencias.
Solo Cristo nos pide Creer, Creer y Creer. ¡Amen!

martes, enero 22, 2013

Padre Eugenio Hoyos dice que la falta del cuidado de la salud mental es responsable por la masacre en Connecticut

PorVicente Menjivar

Christian Post Contributor

El sacerdote colombiano José Eugenio Hoyos dijo que la reciente masacre en Connecticut, en la que fallecieron 20 niños y otras masacres de ese tipo, como la de la Universidad Virginia Tech en el 2007, son en parte el resultado de la falta de entidades dedicadas al cuidado de la salud mental.

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Cuidado de la SaludConflictos / GuerrasDurante una entrevista con el medio salvadoreño El Diario de Hoy, Hoyos dijo que en Estados Unidos existe una gran necesidad por el fortalecimiento de la salud mental, sobre todo en los niños y jóvenes.

Hoyos dijo que en sus predicaciones alrededor del mundo, visitando diferentes países, se ha dado cuenta de que los gobiernos no tienen programas para promover la paz, ni un ministerio de salud mental, y considera que se debe invertir en tales instituciones.
“En un momento a otro la gente se está desquiciando, muchos abusos sexuales, trata de blancas, abuso familiar. Eso es ocasión de un mundo estresado, estamos viviendo un mundo convulsionado y todo depende de la mente,” dijo el líder religioso.

Además de la salud mental, Hoyos también criticó la facilidad con la que se puede comprar un arma en Estados Unidos.
“El armamento se puede comprar en cualquier tienda, hasta de las más sofisticadas. El enemigo no viene de fuera, está en las armas de los mismos ciudadanos. Nos estamos atacando entre nosotros. Cualquier loco puede venir, agarrar un arma y puede matar en un centro comercial o en un cine,” dijo Hoyos.

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El religioso colombiano es considerado un líder de la comunidad hispana en Estados Unidos y es vicario de la Diócesis de Arlington y director del Apostolado Hispano. También ha sido consejero del ex presidente de los Estados Unidos, George Bush.
Actualmente en Estados Unidos existe un acalorado debate sobre el control de armas, después del tiroteo en Connecticut, aunque la salud mental es un debate aparte que ha quedado en un segundo plano.

Sin embargo existen voces que también han hecho un llamado para que se haga algo para mejorar el cuidado de la salud mental, especialmente la de jóvenes que están en riesgo de cometer crímenes violentos como el cometido por Adam Lanza, de 20 años de edad, en la escuela Sandy Hook en Connecticut.

Liza Long, madre de un niño de 13 años de edad con una enfermedad mental que le provoca problemas de conducta, escribió una carta que ha sido publicada por una gran cantidad de medios estadounidenses.

En su carta, titulada “Yo soy la madre de Adam Lanza” (“I am Adam Lanza’s Mother”), Long narra su experiencia y hace un llamado para que se haga algo para mejorar el cuidado de pacientes con problemas mentales, indicando que debido a la falta de instituciones especializadas, éstos son enviados a prisiones estatales.

“Nadie quiere enviar a un genio de 13 años que ama a Harry Potter y a su colección de animales de peluche a prisión. Pero nuestra sociedad, con su estigma sobre las enfermedades mentales y su sistema de salud roto, no proporciona ninguna opción. Sólo cuando otra alma atormentada realiza un tiroteo en un restaurante de comida rápida, en un centro comercial, o en un salón de clases, sólo entonces retorcemos nuestras manos y decimos ‘Hay que hacer algo’,” dice Long en su carta, concluyendo que “estoy de acuerdo con que hay que hacer algo. Es hora de una conversación significativa, a nivel nacional sobre la salud mental. Esa es la única forma en la que nuestra nación podrá sanar algún día


Los Hijos son el reflejo de los padres.

Por José Eugenio Hoyos.
En nuestra sociedad actual, el pan de cada día es quejarnos por la situación alarmante en que vive nuestra juventud: “Maras, pandillas, drogas, violencia juvenil etc.”
La respuesta de algunos padres de familia siempre son las mismas, falta de educación, falta de oportunidades etc., la violencia juvenil es la consecuencia que nos trae la postguerra, la migración, no hay buena comunicación entre padres e hijos, las secuelas de la pobreza, madres cabeza de familia, las malas compañías y otras respuestas ya conocidas.
El ser humano es tan misterioso como insaciable en todas sus dimensiones y los padres de familia no escapan a esta realidad, concretamente en su relación con sus hijos, porque aunque duela debes admitir que está llena de verdad la afirmación: “Las personas solo aprendemos a ser hijos después de ser padres, y solo aprendemos a ser padres después de ser abuelos”.
Te pareciera  que la vida te maltrata y no te permite vivir con intensidad cada experiencia. Pero es lo contrario, la vida misma te concede la oportunidad para que te realices desde tu libertad, lo que sucede es que el ser humano, una veces es orgulloso y otras  veces humilde, necesita en sus adentros ser él, y después que cae en cuenta de sus omisiones, de sus errores, entonces se lamenta por el tiempo que cree perdió, mas es así como aprende a valorar y a ver lo que antes no veía con claridad.
 No se trata de contrarrestar la violencia de los hijos con castigos y prohibiciones, todo lo contrario acercándonos hacia ellos con una actitud de que los hijos nos interesan y son piezas importantes y necesarias  dentro de la familia, el sentido de pertenencia trae muchos cambios beneficiosos y claves.
No se trata de imponer gustos y decisiones a tus hijos, sino de presentarles vías u opciones de desarrollo de sus facultades, pues cuando tu hijo nunca ha palpado una realidad, lo más probable es que jamás se interese rara por ella.
La clave y parte de la solución a los antivalores y comportamientos negativos de los hijos esta en vivir con intensidad cada momento, día y semana tu relación con tus hijos, con los demás y colocándole una dosis mayor de empeño a tus propósitos, no dejar para después lo que puedes hacer ahora, consciente ya de lo que tú,  papá o mamá, dejes de hacer por tus hijos, no lo hará nunca nadie y que lo que dejes de hacer lo sentirás siempre como un vacío, que tú misma historia personal se encargara de reclamártelo y hacértelo lamentar: pareciera que solo aprendemos a vivir después de que la vida se nos pasó o nos descuidamos de nuestro hijo y al final se nos fue.