Por Padre José Eugenio Hoyos.
Juzgar a los demás no es un derecho, robar no es un derecho, mentir no es un derecho, maldecir no es un derecho, abortar tampoco es un derecho….
El primer y el más importante derecho, sin el cual no podría haber más derecho, es el derecho a la vida.
Para nuestras familias hispanas aunque en el mundo se nos cierran muchas oportunidades y puertas, nunca se nos cerrara el derecho a escoger y salvar una vida.
Como familia que defendemos la vida y decimos rotundamente no al aborto seguimos y reflexionamos lo que nos dice el Salmo 139 13-16: “Porque tu formaste mis entrañas; tu me hiciste en el vientre de mi madre, te alabare; porque maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron formadas, sin faltar una de ellas”.
Todas las personas, independientemente de la circunstancias de su concepción, o sin son sanos o están discapacitados, han sido hechas y formadas con las manos de Dios. Él ha planeado todos los días de cada ser humano no nacido antes de que haya transcurrido uno solo de ellos.
El Aborto no es como tener un computador o manejar el internet, que si hay algo que no te gusta lo borras y lo tiras a la basura.
Tiene más de una victima; las mujeres tanto como sus bebes inocentes pagan las consecuencias de una cultura mutiladora y asesina.
Dios es el único que nos da la vida y solo él tiene el derecho de quitarla.
Toda persona nacida o aun no nacida, es un Alma maravillosa y preciosa hecha por Dios a su imagen, cada ser humano es un proyecto especial de Dios que tenemos que proteger y amar en todas las dimensiones de nuestra vida.
Inculquemos a nuestros hijos el respeto por la vida y eduquémoslos ante la crueldad y el pecado del aborto.