viernes, diciembre 02, 2011

Iglesia Virtual, oración virtual, sanación virtual

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

No se sorprendan queridos amigos de lo que estamos hoy en día experimentando o queriendo hacer, lo que nos da la gana con nuestro cuerpo, la familia, el sexo, trabajo, y en el colmo de todos los colmos hasta con nuestra fe y todo lo relacionado con Dios, la religión, y nuestras creencias.

Pareciera que todo lo que tenemos a nuestro alrededor lo quisiéramos convertir en “light”, algo cómodo y que no necesite mayores esfuerzos.

Estamos experimentando cada vez más una cultura de tipo global, la cual se distingue por un facilismos desbocado y hasta desechable, la cual se distingue por los signos del consumo: ropa, amor, comida, relaciones matrimoniales y hasta nuestra relación con Dios. Ha surgido un tipo de escepticismo universal sobre la capacidad del intelecto humano de alcanzar la verdad y de cómo sentirse bien.

Paradójicamente, la diversidad postmoderna parece orientarse a una homogenización de la cultura. La identidad local se reafirma cada vez más por la incursión desbordante de lo global, lo cual ha llevado a violencias, pereza mental, resurgimiento de un nuevo lenguaje, y de costumbres, acentuación de diferencias religiosas. La tierra hoy más que nunca igual que el alma y el espíritu de cada persona necesita urgentemente ser auxiliada pues ella están siendo amenazadas por los medios de comunicaron y las propagandas televisivas que promueven desafortunadamente el consumismo y aleja a las personas cada vez mas de Dios.

Y a los que todavía les queda algo de fe y un poco conocimiento de la Iglesia, la quieren “light” y “virtual” sin complicaciones, ni compromisos y sin seguir las reglas. Hoy muchas personas desearían tener una iglesia virtual escuchar un sermón por internet, participar en Misa por el celular, dar la limosna en el cajero automático, confesarse con mensajes de texto y recibir la Santa Eucaristía recibiendo una pastillita por correo y que el efecto dure un mes o más si es posible.

Y que a través de Facebook, el sacerdote me diga como escoger la clase de habitación que quiero, los tipos de muebles, el aire acondicionado cuando me muera y llegue al cielo.

En algunos boletines de algunas iglesias y encontramos: “Nuestro propósito es alcanzar a más y más personas para Cristo en un visión como la nuestra, caracterizada por los medio de comunicación digitales. Que Cristo sea una realidad aun para los que navegan en la web”. Y si usted está gravemente enfermo: dígale a Dios por medio de Twitter que me envíe la receta para sanarme.

jueves, diciembre 01, 2011

Siguiendo las huellas de Cristo se hace camino


Por el Rev. José Eugenio Hoyos


Que ojala cada semana cuando encendamos la velita de la Corona de Adviento sea una gran oportunidad para dar gracias a Dios por la Iglesia, por nuestras creencias, por el poder de la oración, por la familia, por la vida etc… pero también que sea una oportunidad para que nuestras oraciones traigan paz al mundo, prosperidad, amor, sanación de recuerdos y que no haya más hambre ni maltrato infantil en el mundo.

La experiencia espiritual nos da que solo vencemos cuando sembramos afecto, cariño, bondad, amabilidad, desprendimiento, pues son estas los resultados más hermosos de la luz de cada velita de la Corona de Adviento. En tiempo de preparación para recibir a Jesús se debe respirar en cada hogar el regalo del amor y de la paz. Pues el amor es la fuerza que todo lo puede lograr, hasta el cambio del infierno al cielo, del odio a la persona, del llanto al gozo, del egoísmo al compartir, de la indiferencia a la solidaridad, del aislamiento a la comunidad, del encerramiento a la apertura, de la desesperación a la paz, de la agresividad a la mansedumbre, de la tormenta a la calma, de la penumbra a la luz. Y de esa forma veremos la vida diferente, se nos llenaran los ojos de sol, en el cielo la luna se alegrara y todo tendrá distinto color.

Cuando amas desde lo más profundo de tu corazón sientes y adquieres una paz extraordinaria, capaz de soportar afrentas sin devolver el insulto, como Cristo en la cruz; capaz de soportar hasta la perdida de tu vida con tal de no ser infiel al amado. Los que presenciaron la muerte de Jesús clavado en la cruz, allí en el Gólgota, no pudieron esconder su asombro al exclamar: “verdaderamente este será el Hijo de Dios”.

Como tú, ni yo podemos ahora esconder nuestro asombro ante la actitud anti solidaria y antisocial con los que se quedan atrás en este mundo o los que sufren miserias en el tiempo de la Navidad, porque el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es. Por el camino de la vida nos vamos dando cuenta de que no hay sino un camino y el verdadero camino se hacen siguiendo las huellas de Cristo.

El Tiempo de Adviento: fuera con las palabras negativas

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

En nuestra Iglesia Católica todos los fieles nos preparamos con mucha oración, recogimiento, fe, ayuno y practicando los sacramentos para recibir a Cristo en este tiempo tan maravilloso. El Tiempo Litúrgico de Adviento nos prepara de una forma especial al encuentro personal con Cristo y a vivirlo en familia.

Son cuatro maravillosas semanas donde nos preparamos para celebrar la esperada Navidad, el nacimiento del Mesías y para que preparemos nuestro camino a la salvación.

Una vez más les pedimos a los creyentes que ojala sea Cristo el motivo de la Navidad y no las vacaciones o las fiestas llenas de derroche. La forma ideal de recibir a Cristo es con sencillez, en oración, en perdón, reconciliación y mostrando los nobles sentimientos. Es un tiempo especial para ver con claridad cuáles son las cosas negativas que nos separan de Jesús y quitarnos todo aquello que nos aleja de Él.
Saquemos de nuestro corazón y de nuestra boca toda acción y palabras negativas que no dejan nacer al niño Dios. Él no quiere entrar en nuestras vidas en la obscuridad sino que quiere ser la luz de la esperanza. Para que cuando llegue el día de la Navidad, nuestra vida y la de nuestros seres queridos estén listos para recibir al niño Emmanuel: “Dios entre nosotros”. Por eso es necesario mantenernos alerta y listos para luchar contra sombras negativas que siempre están atormentémonos y tentándonos para alejarnos del bien.

Que nuestros hogares se distingan por la claridad y bondad de nuestras expresiones cristianas: ojala en este tiempo de Adviento saquemos fuera las palabras negativas o nocivas como por ejemplo: ¡Te odio! ¡Bruto! ¡Asqueroso! ¡Estúpido! ¡Perezoso! ¡Desordenado! ¡Muérete! ¡Lárgate! ¡Me fastidias! ¡Desordenado! ¡Cómo me arrepiento de haberte parido! ¡Porque me case con tigo! ¡Usted es bueno para nada! ¡Para que botamos pólvora en gallinazos! ¡Usted no vale nada, su hermano es mejor! ¡Lástima que usted no hubiera sido hombre! ¡Definitivamente usted es una basura de lástima! ¡Todo lo que invertí en usted y me ha defraudado!... etc.

Así que por favor si se está preparando para recibir a Cristo y tener una maravillosa Navidad, cambie de canal y diga palabras positivas que ayudaran a cambiar su vida y la del so demás. Recuerde, piense y medite: “Quien es el que viene, de donde viene y porque viene”.

miércoles, noviembre 30, 2011

La oración trae como premio la sanación y la esperanza


Por el Rev. Jose Eugenio Hoyos




Hemos comenzado con alegría y abriendo nuestros corazones a la preparación en oración y reconciliación a la llegada y nacimiento del ser más extraordinario de la historia: Cristo Jesús en el tan esperado Tiempo Litúrgico de Adviento.

El Tiempo de espera, de preparación, el tiempo de aceptar el gran regalo de Dios en su propio hijo significa estar listos con los brazos abiertos y extendidos en lo alto para recibir al Rey Divino, al Salvador del Mundo. No es un personaje cualquiera es el mismo Dios humanizado que vienen a traernos con su propia mano generosa la esperanza y su luz divina.

Es por eso que todos los creyentes preparemos con gozo y fortalecemos nuestra fe para abrir a lo grande las puertas de nuestros corazones al Divino Niño. El Papa Benedicto XVI nos dice que la mejor escuela de la esperanza es la oración: “cuando ya nadie me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme cuando se trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de esperar Él pudo ayudarme”.

La persona que ora, reza y alaba nunca esta totalmente sola, aunque se vea relegada a la extrema soledad, no podemos ignorar que nuestro destino final no es una tragedia, sino la meta luminosa que guía la vida: nuestro encuentro pleno con Jesús, cuando nos llame a vivir para siempre en su presencia. Cuando te concentras en una oración y en un dialogo sincero con Cristo Jesús ayudara de una forma indirecta a cargar los sacos pesados que llevan en los hombros muchas personas en su diario vivir con quejas y lamentos, tristezas, resentimientos o enfermedades… pero a través de la presencia de Jesús hay sanación y en las oraciones hay respuestas que alivian y refrescan el alma.

Es por eso que con la oración bien hecha tu vida rota puedes coserla, tu vida infeliz puedes hacerla feliz. Tu vida infiel puedes convertirla en fiel. Tu vida mental enferma, dependiente, cargada, tienes la oportunidad de sanarla, independizarla y liberarla. Tu vida sin ilusiones, sin metas y sin riesgos es posible inyectarle sentido, propósitos, novedad. Porque lo que hoy en día más necesitan la personas es disfrutar y vivir en una buena oración.



martes, noviembre 29, 2011

En Ginebra (V), Colombia se manifestó con poder el Espíritu Santo – Parte I


Por el Rev. José Eugenio Hoyos


A pesar de las fuertes lluvias que han caído sobre el territorio colombiano y que han afectado a casi cerca de medio millón de familias, este fenómeno no obstaculizó que se realizara la “I Jornada de Sanación, Liberación y Alabanza” en la conocida ciudad de Ginebra en el departamento del Valle del Cauca.

Ginebra ya famosa por su festival anual de la canción folclórica colombiana conocido como: “Festival del Mono Núñez” en esta ocasión no atrajo a famosos intérpretes de la canción a nivel nacional o internacional, sino a humildes predicadores que con poderosos mensajes y alabanzas desde la amplia tarima del parque de la música llevaron mensajes de fe, esperanza, continuidad de la evangelización, apoyo a la vida y se demostró una vez más que cuando toda una comunidad se une a orar, alabar y a tener un encuentro personal y comunitario con Cristo; la oración tienen poder.

Con una legión de entusiastas voluntarios desde tempranas horas se dió comienzo a esta maravillosa jornada. Vale la pena destacar la buena organización, la disponibilidad de los sacerdotes y la fe de un pueblo en espera de que se le cumplieran sus deseos y peticiones de sanación y curación a sus enfermedades y dolencias. Podemos destacar con admiración y respeto la predicación del Padre Raúl Balanta de la Universidad Pontificia de la Diócesis de Palmira, las alabanzas del Padre Aicardo de la Basílica de Buga y mi aporte modesto: Padre José Eugenio Hoyos, director de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington en Virginia.

Y de otros sacerdotes y laicos que inspiraron y motivaron a una comunidad llena de fe y gozo. Las amenazas de lluvia y tormenta no asustaron a los asistentes, pues todos experimentamos que a medida en que las nubes y los truenos se acercaban con mayor fuerza nuestras oraciones alejaban la tormenta y para sorpresa de todos: solo a nuestro alrededor como protección divina salió el sol y el arco iris como regalo a los creyentes para darnos como primer milagro la salida del sol y la sanidad a nuestras enfermedades.

En Ginebra, Colombia, el Alcalde recibió sanación – Parte II


Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Fuera con el cáncer, fuera con los problemas de la próstata, la depresión, la artritis, las alergias, fuera con la tristeza…etc. Adentro con la sanidad, adentro la oración, adentro la alegría y el amor de Dios. Todo un pueblo maravilloso lleno de fe y esperanza en compañía de su párroco el Padre John Freddy y su vicario el Padre John, y todos los entusiastas voluntarios que con manos abiertas recibían cientos y cientos de abrazos por su gran trabajo.

Todos esperaban lluvia y truenos y lo que recibieron fueron lluvia de bendiciones y sanaciones y el trueno sanador del Espíritu Santo. Todo un pueblo generoso reunido no solo para recibir sanación, sino para dar su aporte económico y de esa manera ayudar a construir una capilla en la vereda de la Floresta en Ginebra (Valle), Colombia.

Al día siguiente visitamos la vereda y cientos de personas nos esperaban con enfermos terminales que no pudieron llegar hasta el parque de la música, pero que ahora esperaban su turno para que con la oración Cristo sanara sus heridas y dolencias. Fueron momentos impresionantes, me hizo recordar lo que la Biblia nos narra que en los caminos le traían a Jesús los enfermos para que Él les impusiera las manos y los sanara.

Hasta el alcalde de la ciudad Argemiro Jordán uno de los impulsores y colaboradores les contó a los sorprendidos asistentes de que desde hacía varios años le habían detectado un tumor cerebral y después de un año al imponerle las manos y hacerle oración, su tumor después de estar grande como un limón se ha reducido a la medida de la punta de un lápiz y los mareos y dolores de cabeza han desaparecido para la gloria de Dios. El segundo libro de los Reyes nos habla del leproso que por orden del profeta Eliseo, el general del ejército del Rey Aram tuvo que bañarse siete veces en el Jordán y solamente cuando cumplió lo ordenado recupero su salud (2 Reyes 5, 14).

Con alegría y ojos de fe empezamos a recibir testimonios impresionantes de sanación desde Colombia. Para la hora y gloria de un Cristo Vivo! Amén!