Por Kelvin
Saravia
No podemos desconocer en ningún momento que el predicador más
famoso y conocido por todos los tiempos ha sido y será Jesucristo nuestro
Señor. Su Evangelio ha inspirado tanto a los discípulos y apóstoles como San
Pablo a ser verdaderos ejemplos de vida y predicación mundial.
En la Iglesia Católica como en la Renovación Carismática
hemos tenido grandes predicadores entre Sacerdotes y Laicos que han hecho un
Maravilloso trabajo de anunciar la Nueva evangelización como en la promoción de
el Nuevo Pentecostés.
El Padre José Eugenio Hoyos decía en una de sus predicaciones
en Costa Rica: “Necesitamos una Iglesia con sacerdotes Carismáticos que no
tengan miedo de mover el mundo, y no una Iglesia pasiva que se deje arrastrar
con el mundo.”
Cada Sacerdote o laico debe mover el mundo con predicaciones
llenas del Fuego y la fuerza del Espíritu Santo, pues hemos estado
experimentando nuevas conversiones y una transformación de una Iglesia más
dinámica y más coriana al pueblo de Dios.
El Espíritu Santo llama día a día a los Católicos
Carismáticos a una constante conversión para dar nueva fuerza a la dimensión
profética de la Iglesia actual. “Ustedes son una raza escogida, una nación
santa, un pueblo que pertenece a Dios (1Pedro 2:9).
El Señor Jesús no solamente te puede guiar, Él te puede
guardar, Él es nuestra fortaleza, Él es nuestro castillo, Él es nuestra
protección, Él tiene cuidado de nosotros.
Con nuestros testimonios, presentando tantas sanaciones,
conversiones y liberaciones los Sacerdotes predicadores Carismáticos, moverán
con poder espiritual al mundo.