Como todos esperábamos el pasado 23 de Mayo Monseñor Oscar Arnulfo Romero fue Beatificado en la plaza de El Salvador del mundo en pleno corazón de la capital Salvadoreña.
Con una asistencia multitudinaria salvadoreños y extranjeros celebraban con una espléndida ceremonia religiosa, una impresionante Misa celebrada por una legión de Arzobispos, Obispos, Sacerdotes y Cardenales representantes de la Santa sede entre ellos el Cardenal Ángelo Amatto y Vicenzo Paglia.
Para el pueblo salvadoreño como para
nuestra comunidad Centroamericana y Latinoamericana de nuestra Diócesis de
Arlington, Virginia es un gran honor y privilegio poder celebrar y recordar la
vida de un Santo y mártir como Monseñor Oscar A. Romero.
Con el apoyo del Papa Francisco se dio fuerza para que se agilizara el proceso de Beatificación de Monseñor Romero, considerado un Mártir desde hace mucho tiempo. Su colección de Homilías y mensajes radiales han tocado los corazones y las conciencias de millones de católicos; sus reflexiones han tenido una gran y positiva trayectoria pastoral y de compromiso social frente a las injusticias cometidas con los más pobres y marginados de la sociedad.
A Monseñor Romero se le ha conocido
como: “La voz de los sin voz” no podemos olvidar que los Mártires son semillas
de vida que siembran esperanza y fortalecen los caminos de la Fe. Ellos han
fecundado todos los horizontes del planeta con la fuerza de la palabra profética
y el testimonio de vida de quienes tuvieron el coraje y la Fe de caminar junto
a la Iglesia Pueblo de Dios. Sus voces se alzaron en todo el continente y el
mundo sometido a la violencia con más de 70 mil muertos exilados y perseguidos.
Con “Santo Romero de América” como ya
todo un pueblo lo aclama, el pueblo Salvadoreño le pide a su Santo para que
traiga la paz definitiva a un pueblo que por la post-guerra sufre la secuela de
una violencia generada por las pandillas que tienen extorsionado y secuestrado
a toda una nación.Con Monseñor Romero la palabra de los salvadoreños subió hasta Dios. Con él la palabra de Dios se hizo cercana y compasiva hacia los pobres y se hizo difícil para los opresores. Con él la palabra de Dios se convirtió en palabra más cortante que espada de dos filos, que descubre el fondo de los corazones y de la historia, divide a los hombres, pero es acogida por quienes aman la justicia y la verdad.
Monseñor Oscar Arnulfo Romero fue Arzobispo
de San Salvador nació el 15 de agosto de 1917 en ciudad Barrios, Departamento
de San Miguel (El Salvador) fue asesinado el 24 de Marzo de 1980 en San
Salvador cuando celebraba la Santa Eucaristía. Ahora nosotros los hispanos lo
recordaremos en cada Parroquia como el gran signo de esperanza Monseñor Romero
ahora el Santo Romero de América quedará grabado en nuestros corazones pues
todo un pueblo que estuvo en espera lo ha resucitado y será difícil olvidarlo.
En él la palabra se hizo carne
Salvadoreña y la historia salvadoreña se hizo palabra. Gracias El salvador por
darnos un nuevo Santo.