En uno
de los eventos de la Renovación Carismática en Arkansas un joven me pregunto:
¿Padre Hoyos los milagros y las sanaciones tienen poder mágico? Pues me imagino
a Dios como mago realizando milagros? Y yo le respondí: !!!Jamás!!! Pues cada
milagro y sanación son divinas vienen desde el mismo cuerpo de Jesús.
Pues
cada gota de sangre, cada llaga y cada palabra de Jesús son gestos y
proyecciones de la misericordia de Dios.
Solo
Cristo sana, solo Dios libera y solo el Espíritu Santo nos renueva.
Las
respuestas de las Sagrada Escrituras en el camino hacia la bendición, y la sanación,
no son formulas mágicas, ni promesas falsas, la palabra de Cristo es una
historia completa llena de mucho amor y compasión, que en la vivencia de la
confianza y el abandono en Dios, Contemplamos la presencia y el favor de lo
Divino que nos sustenta y nos ayuda. Cuando tu oras y alabas con fuerza sintiendo
a Dios en tu vida entonces El mismo abre su Divino Corazón. La fe y confianza
en Cristo trae esas sanaciones y liberaciones, la fe va mucho más y produce una
multiplicación de bendiciones cuando tú le crees a Cristo Jesús.
La fe
se fortalecerá en la oración y en la oración es donde Dios mismo sanara esas
heridas. “Jesús le dijo: Puedes irte; por tu fe has sido sanado. En aquel
instante el ciego recobro la vista y siguió a Jesús por el camino.” (Marcos 10,
52)
Santa
Teresa de Ávila nos dice: “Siempre encontramos que los que caminaban más cerca
de Cristo fueron los que tuvieron que soportar las pruebas más grandes.” La
mejor medicina que existe en el mundo se llama: “Jesús”