Por el Rev. Jose Eugenio Hoyos
Las terapias hoy en día se han puesto de moda, sobre todo en un mundo donde el denominador común es el stress y la depresión. Vivimos súper acelerados y en una sociedad que va tan rápido y sin control. Nadie para a nadie. Encontramos en nuestro diario vivir un sin número de terapias como por ejemplo: terapia conductual, familiar, ocupacional, funcional, psicológica, natural o las “caseras” como risoterapia, abrazoterapia, aromaterapia, hidroterapia, musicoterapia, quimioterapia, anteriormente teníamos una sociedad mucho más sana, de más resistencia sicológica, donde cualquier dolor, problema, angustia, o preocupación era curada instantáneamente a través de la oración y la invocación a Dios o a través de una devoción a un santo etc.
Hoy nuestras vidas se han complicado más y desde luego esos problemas que eran curados con la oración se volvieron costosos, complicados y sofisticados. Ya no le llamamos angustias sino depresiones, ya no le llamamos preocupaciones sino stress. Y la ciencia moderna decidió a lo mismo de lo mismo, ponerle etiquetas con nombres como: terapia emotiva racional, terapia existencial, terapia humanística, terapia de la realidad, terapia interpersonal, terapia postmoderna, familia/terapia marital, etc. Etc.
Infinidad de terapias que con más terapias sale la persona más estresada y deprimida que antes. Pero sinceramente repito para evitar toda esta complicación terapéuticas la solución es regresar a Dios y entregarse completamente a Cristo es la única solución a nuestros problemas psicológicos y siquiátricos.
Pero si usted es partidario de las terapias le recomiendo la mejor terapia de todas: la del servicio, la servicioterpia es la mejor, pues además de que lo mantendrá ocupado, lo hará sentir súper bien y satisfecho de haber hecho el bien a los demás.
La generosidad, las ganas de servir, el despertar, los buenos sentimientos, la solidaridad, alejan a las personas de caridad del stress, de los malos pensamientos y sobre todo de la depresión. En vez de gastar tanto dinero en terapias, utilice ese mismo dinero en obras de caridad. La mejor terapias es servir a los demás.
Las terapias hoy en día se han puesto de moda, sobre todo en un mundo donde el denominador común es el stress y la depresión. Vivimos súper acelerados y en una sociedad que va tan rápido y sin control. Nadie para a nadie. Encontramos en nuestro diario vivir un sin número de terapias como por ejemplo: terapia conductual, familiar, ocupacional, funcional, psicológica, natural o las “caseras” como risoterapia, abrazoterapia, aromaterapia, hidroterapia, musicoterapia, quimioterapia, anteriormente teníamos una sociedad mucho más sana, de más resistencia sicológica, donde cualquier dolor, problema, angustia, o preocupación era curada instantáneamente a través de la oración y la invocación a Dios o a través de una devoción a un santo etc.
Hoy nuestras vidas se han complicado más y desde luego esos problemas que eran curados con la oración se volvieron costosos, complicados y sofisticados. Ya no le llamamos angustias sino depresiones, ya no le llamamos preocupaciones sino stress. Y la ciencia moderna decidió a lo mismo de lo mismo, ponerle etiquetas con nombres como: terapia emotiva racional, terapia existencial, terapia humanística, terapia de la realidad, terapia interpersonal, terapia postmoderna, familia/terapia marital, etc. Etc.
Infinidad de terapias que con más terapias sale la persona más estresada y deprimida que antes. Pero sinceramente repito para evitar toda esta complicación terapéuticas la solución es regresar a Dios y entregarse completamente a Cristo es la única solución a nuestros problemas psicológicos y siquiátricos.
Pero si usted es partidario de las terapias le recomiendo la mejor terapia de todas: la del servicio, la servicioterpia es la mejor, pues además de que lo mantendrá ocupado, lo hará sentir súper bien y satisfecho de haber hecho el bien a los demás.
La generosidad, las ganas de servir, el despertar, los buenos sentimientos, la solidaridad, alejan a las personas de caridad del stress, de los malos pensamientos y sobre todo de la depresión. En vez de gastar tanto dinero en terapias, utilice ese mismo dinero en obras de caridad. La mejor terapias es servir a los demás.