Arlington Catholic Herald
15 de octubre de 2009
No me gustaría referirme al mes de octubre como el mes del Rosario, pues honestamente considero que el rezo del Santo Rosario como la Sagrada Eucaristía son verdaderos alimentos y grandes medicinas reparadoras de alma y del espíritu y se debe rezar a toda hora. Todos los días, los meses, y en todo el año. Como sacerdote Mariano, he considerado el Rosario como una gran herramienta para afianzar en cada instante mi vocación sacerdotal.
El Santo Rosario trae sanación a los hogares, a los matrimonios y a los enfermos; en el Rosario se puede ver la presencia viva de Cristo manifestando su amor sobre la humanidad. No podemos olvidar que el Rosario significa corona de rosas. En los tiempos pasados, los romanos y los griegos coronaban con rosas las estatuas que representaban a sus dioses como símbolo del ofrecimiento de sus corazones.
La Iglesia recomendó rezar el Santo Rosario, el cual consistía en recitar los 150 Salmos de David, sin embargo, esta recomendación solo la seguían las personas cultas y letradas, por eso la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 Salmos por 150 Ave Marías, divididas en quince decenas y recibió el nombre de “El Salterio de la Virgen”.
María Santísima, en persona, le enseño a Santo Domingo de Guzmán a rezar el Rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la fe. El Rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devocón empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción.
Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:
- Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
- El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
- El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
- El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
- El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
- Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
- Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
- Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
Foto: Feligreses de la Catedral de San Pedro y San Pablo en Sto. Tomas, USVI salen el primer sábado de cada mes a rezar el Rosario en frente de casas de mal reputación y del cementerio.