jueves, mayo 23, 2013

Quedamos todos llenos del Espíritu Santo.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.

Para nuestra comunidad hispana la celebración de Pentecostés es una gran fiesta religiosa de suma importancia, ya que a través de multitud de eventos en toda Latinoamérica nos unimos al cumpleaños de nuestra Iglesia Católica.
Un ejemplo de ello lo vimos este fin de semana en la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church, Virginia en donde miles de feligreses se dieron cita para recordar de nuevo la promesa de Cristo; pues en este año de la Fe era una gran oportunidad para pedirle a Dios que siga enviando el soplo del Espíritu Santo para renovar y robustecer nuestra Iglesia.
Pues después de haber celebrado a lo largo de estos 50 días la victoria de Cristo sobre las tinieblas de la muerte, nos ha enviado su luz en forma de lenguas de fuego, para darnos a cada uno de nosotros una nueva vida llena de dones y Carismas.
Los hispanos Católicos en la Diócesis tenemos mucho que celebrar y agradecer a Dios. Esta era la oportunidad de sentirnos Iglesia, de dar gracias a Dios por un Papa de origen hispano, para unirnos en oración por una reforma migratoria y por supuesto por el regalo de la Fe.
Hoy es un llamado a todos para dejar nuestros miedos y temores y a llenarnos de energía que nos brinda el Espíritu Santo para pedir sabiduría y unirnos en la Evangelización del nuevo tiempo y prepararnos más para proclamar a nuestras comunidades que Cristo está vivo.
Nuestro trabajo como misioneros en un mundo moderno tan exigente es construir sobre cada lengua de fuego una Iglesia solidaria, gozosa, Orante y triunfante.
La fuerza de Pentecostés nos anuncia cada año una Iglesia Santa, una Iglesia que trae Sanación y multiplicidad de bendiciones.
Cada católico debe dejar atrás su pasividad  espiritual y animarse a vivir llenos del Espíritu Santo.
Buscando atraer más almas a la Iglesia de Cristo, estamos viviendo un Pentecostés cada día.

Espíritu sanador -Miles festejaron Pentecostés con una Misa de sanación multitudinaria.

 Maria-Pia Negro | Catholic Herald
Los feligreses  oran y cantan con fervor durante la fiesta anual de Pentecostés celebrado por los grupos Carismáticos de Oración y el Apostolado Hispano.

Vestidos de rojo festivo, cerca de 2,500 feligreses de grupos carismáticos de la diócesis llenaron la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church el viernes 17 de mayo para pedir sanación y recibir los dones del Espíritu Santo.
“Fue una bendición poder participar en esta Misa tan llena de gente y tan ferviente. Yo sentía que el Señor seguramente concedería grandes gracias”, expresó el Padre Stephen McGraw, el administrador parroquial de San Antonio. “Fue una noche inolvidable”.
Para muchos, como María de González, esta Misa “fue como la puerta para dejar la tristeza y entrar a la alegría del Espíritu Santo”.

En su homilía, el Padre José E. Hoyos, director del Apostolado Hispano, expresó la importancia celebrar el “cumpleaños de la iglesia”.
Él dijo también que, como los apóstoles cuando recibieron al Paráclito, los fieles presentes pronto iban a dejar el miedo atrás. Esto animó a la gente a abrirse con la comunidad.
Alba Pabón, parroquiana de la Iglesia Cristo Redentor en Sterling, quien es una paciente de Cáncer en al seno, dió su testimonio de fé y ofreció su enfermedad a Dios.
La celebración fue oficiada por seis sacerdotes, incluyendo a Monseñor Martín Avalos, un predicador muy conocido de la Diócesis de Santa Ana en El Salvador.
Monseñor Avalos condujo la Adoración Eucarística después de la Comunión, mientras el ministerio de alabanza Salvadoreño, Dei Verbum, acompañaba con música. “Te damos gracias por alabarte. Estamos delante de Jesús vivo, el médico de médicos, el Señor de señores. Gracias Jesús”, entonaba el Padre Avalos.
Al final de la Misa, antes del momento de la sanación, los fieles que estaban sentados frente al altar cedieron su lugar para que las personas que habían estado de pie a lo largo de la Misa pudieran sentarse.
Durante el paso del Santísimo, muchos estiraron las manos para rozar la Eucaristía y así sanarse. Mucha gente también ponía las fotografías de algún ser querido para que Dios lo curase.
“Aquí en la fiesta de Pentecostés se cumple la promesa. Alrededor de la iglesia, Jesús va a estar presente. Jesús te va a hablar. La eucaristía tiene poder”, dijo el Padre Hoyos. “Ponte de rodillas hermano y ofrécele tu enfermedad”.
Jesús Villanueva, presidente de la Renovación Carismática y feligrés de la Parroquia Cristo Redentor, dijo que Jesús se hizo presente en la Misa.
“Jesús (Eucaristía) se fue paseando en medio del pueblo, sanando y fortaleciendo y dando a todos aquellos hermanos que necesitan sanación para el alma y sanación física”, expresó Villanueva.
Rosa Estela Mazariegos Valdez, de la Parroquia de Corpus Cristi de Chambersburg, Pa., manejó tres horas con sus hermanas y cuñado para ir a la Misa de sanación.
“Necesitamos llenarnos de Su palabra y de Su amor y por eso nos venimos a la Santa Misa de tan lejos”, expresó. “Cuando pasó el Santísimo Sacramento, sentimos ese fuego, el Espíritu Santo, en nuestra vida”. 

 Su hermana comentó que varios hermanos de la renovación carismática de parroquias de lejanas como en Trenton New Jersey, se unieron a la Misa para sentir el fuego del Espíritu Santo.
Esta celebración del Espíritu Santo fue patrocinada y apoyada por el consejo de la renovación carismática de la diócesis y asistida por los grupos de oración de la renovación en casi todas las parroquias.
“Estamos muy contentos y felices porque se derramó el Espíritu Santo esta noche”, expresó Elvira Centeno, miembro de la renovación.

miércoles, mayo 22, 2013

La Renovación Carismática con poder Eucarístico.

Por Fidel Hurtado Zapata

No podemos desconocer en ningún momento que la Renovación Carismática Católica está jugando un papel importante en la Evangelización y motivación de los fieles a tener una participación más efectiva.

Gracias a una gran mayoría de grupos o círculos de Oración muchas personas que estaban alejadas de la Iglesia están retornando; personas con problemas de alcohol, infidelidades o con situaciones difíciles en la vida ahora se han integrado a participar activamente.

La Iglesia por ejemplo en los Estados Unidos está viviendo un avivamiento Espiritual, nunca antes visto y desconocido e ignorado por muchos católicos.

El Padre José Eugenio Hoyos Director de la Renovación Católica Carismática en la Diócesis de Arlington, Virginia ha dicho: “No nos podemos llamar Carismáticos Católicos” sino nos preparamos a conocer profundamente la doctrina de nuestra propia Iglesia Católica, la figura de la Virgen María debe jugar un papel principal dentro de la Fe, cada grupo de Oración o asamblea debe comenzar cada una de sus actividades con el rezo del Santo Rosario, cada servidor debe vivir y ser un ejemplo al frecuentar los Sacramentos. deben tener un amor a las Sagradas Escrituras y una oración constante en apoyo a los Sacerdotes y tener un completo sometimiento a Cristo.

Las horas Santas acompañadas del Santísimo Sacramento traen grandes Sanaciones tanto a las asambleas como a la Iglesia misma, el respeto, el amor a Jesús, y a la Eucaristía fortalece a la familia y solidifican la Fe,
Cuando Jesucristo llamó a los Apóstoles, los llamó antes que nada para estar con él; (Mc 3,13) es decir para vivir con él y como él; para oír sus enseñanzas, ser testigos de sus prodigios y para que su vida se fuera progresivamente acomodandose a la suya.

Cristo y María están en el centro de la vida Cristiana, el que comienza a caminar en la Renovación Carismática debe convertirse en un nuevo Cristo.

La Eucaristía tiene un gran poder, pues el corazón de la Iglesia y de verdad con la Eucaristía y la fuerza del Espíritu Santo como dice repetidamente el Padre Hoyos estamos ¡Bendecidos, Encendidos, Sanados y en victoria!

martes, mayo 21, 2013

Homilia del padre Hoyos sobre inmigracion en Washington, DC


Quiero aprovechar esta oportunidad para darle gracias a cada uno de ustedes por su presencia en este Advocacy Day apoyado por la oficina de migraciones de la Conferencia Nacional de Obispos de los Estados Unidos.

Y resaltar y darle gracias a Dios por el magnífico trabajo que ustedes hacen desde sus propias comunidades y organizaciones. El Evangelio de Cristo nos recuerda que todos los seres humanos somos hijos e hijas de Dios. Pertenecemos a esa gran familia redimida por Cristo y estamos llamados a compartir de los sufrimientos de los demás.

Las Santas Escrituras tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento nos exigen a todos los cristianos una atención, un respeto especial a los extranjeros, forasteros y a las personas que día a día por la falta de solidaridad se van quedando atrás. “… Estados Unidos es un país de leyes, pero también es una nación sensible y compasiva con los que sufren, son víctimas de la violencia o la injusticia. Hay que invocar al Espíritu Santo para que se rompan las cadenas de la indiferencia  hacia los indocumentados. La dignidad humana de los inmigrantes indocumentados debe respetarse a todo momento, sea en el trabajo, en el hogar, en la educación o en la vida comunitaria. Si hablamos de inversión o justicia social, hay que sacar de nuestra sociedad la palabra ‘deportación’. Es inaceptable que los niños sean separados de sus padres y sus familias o que se despierten preguntándose donde están su papá o su mamá.

Cristo nos dice en el Evangelio “vengan a mi todos los que están cansados y agobiados por la carga y yo les daré alivio”. Solo Cristo y abriendo nuestros corazones al apoyo de los inmigrantes llevaremos el alivio necesario al que sufre, al que tiene miedo y al que se esconde por el terror de la persecución de una ley opresiva.

Hoy es un llamado más a imitar a Cristo, ayudando a los demás a sobrellevar las cargas que tienen.

No estamos solos, la Iglesia no está sola, 11 millones de indocumentados no están solos. Los senadores que apoyan una reforma migratoria no están solos, los congresistas no están solos. Pues Cristo es nuestra fuerza y fortaleza. Nuestro Dios es un Dios de paz, de justicia, de prosperidad y de buenas noticas.

Dios no quiere que sigan cayendo migajas de compasión, o leyes sin soluciones para las familias inmigrantes que sufren y luchan para conseguir  un puesto en esta sociedad y un mejor futuro para sus hijos.

Con su presencia en este día de Advocacy estamos escribiendo una nueva página histórica en la dignidad de cada inmigrante en América. ¡Dios los bendiga a todos!

Pacientes con cáncer encuentran sanación en la oración carismática

Por Karla Alemán



La ciencia avanza, las investigaciones científicas para conseguir medicinas que curen enfermedades terminales se siguen trabajando en muchos laboratorios del mundo, se están invirtiendo millones de dólares en diferentes proyectos médicos y los resultados son lentos.
En cambio como nos dice el Padre José Eugenio Hoyos, Director de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington: “El hombre moderno está invirtiendo y gastando demasiado dinero en medicinas pero se les ha olvidado que la medicina mas efectiva y que no tienen costo alguno, la tienen Cristo y nuestro precio está en nuestra manos que es la oración acompañada de creer y tener fe”.
El mismo Padre Hoyos nos decía en la reciente celebración de Pentecostés, cuando en su homilía le decía a los miles de asistentes en su mayoría miembros de la Renovación Carismática Católica, “hay que ser guerreros valientes en la oración, nunca desanimarse, pues estamos viviendo tiempos históricos llenos de cientos de milagros y manifestaciones del Espíritu Santo”.
 
El Mismo Papa Francisco dice: “¡Los milagros existen! Pero es necesario rezar con el corazón, una oración valiente, que lucha para llegar al milagro, la oración, hace milagros ¡debemos creerlo!”.
Cada vez más estamos recibiendo testimonios de milagros y de sanaciones de pacientes con cáncer en los senos, ovarios, páncreas, próstata, colon, estómago y en la última Misa de Sanación hemos constatado mejoría de personas con tumores cancerígenos en el cerebro. “La oración carismática tiene un efecto sanador potente mucho más fuerte que la quimioterapia, pues es una oración intensa, sublime, liberadora de células, acompañada de alabanzas que ayudan a estabilizar y en la mayoría de casos a subir el sistema inmunológico. Encontramos en los pacientes con cáncer una pronta mejoría cuando participan y confían en los grupos de oración carismáticos católicos, la combinación entre la ciencia y la fe que viene de Dios está dando resultados maravillosos y con gran  potencial de sanación dice el Padre Hoyos. Las sanaciones si existen hay que pedirlas con fe.

lunes, mayo 20, 2013

En Misa Carismática con el Padre Hoyos.

 
Mi nombre es Tati de León y me gustaría compartir con ustedes mi experiencia vivida en una Misa de Sanación con la Renovación Carismática y celebrada por el Padre José Eugenio Hoyos en la Diócesis de Arlington, Virginia.

Asistí a la Misa de Sanación con mi esposo y en compañía de algunos amigos y que bendición más grande, que alegría sentir la presencia y el amor de Dios. Esta vez no por un motivo propio; pues bendito Dios mi familia y yo nos encontramos súper bien y Andrés sigue en el proceso de recuperación; esta vez hubo dos personas que tocaron y arrugaron mi corazón y por los cuales me uní en Oración, en deseos de sanación y liberación, de suplicas al todopoderoso, porque cuando los médicos dicen que no hay nada que hacer: Dios dice aquí estoy yo, señor de señores, rey de reyes y medico de médicos, Amen.

Me toco el corazón ver tantas personas necesitas de Oración, por ejemplo una chica hermosa pasando por un duro  proceso de cáncer en el seno, un señor joven postrado en una silla de ruedas, otro joven con tumores cancerosos en el cerebro, donde podíamos presenciar el dolor y el sufrimiento inmenso de una esposa, su hijo y familiares! Pero todos los enfermos que pasaban a pedir Oración se les notaban la Fe y la fuerza de recibir el Espíritu Santo en este Pentecostés.

Comprobé una vez más la cantidad de personas que padecen cáncer, cuantos enfermos; pero también cuantas personas buenas que asisten a estas Misas a compartir sus Oraciones y alabar a Dios.
Fue una hermosa experiencia, me pude dar cuenta que la misericordia de Dios es inmensa y que las Misas de Sanación traen mucha paz, consuelo, solidaridad y en ellas podemos ver el poder de la Eucaristía.

Gracias Señor por darme la oportunidad de sentir tu presencia en mi vida. Amen.