Por P. José
Eugenio Hoyos
Todos los grupos de oración y la Renovación Carismática (RCC)
se están preparando no solo para celebrar el Jubileo de Oro y los 50 años de la
RCC sino que con alegría y entusiasmo, en oración, en unidad y con alabanzas se
siente la fuerza de Pentecostés en el cumplimiento de las promesas de Jesús.
En el camino hacia Pentecostés los discípulos, los creyentes
y cada uno de nosotros podemos decir que el Espíritu Santo es la primicia de la
cosecha prometida por Cristo Jesús.
Por medio del Espíritu Santo, por medio del Espíritu de Dios
se realiza la promesa de una nueva creación. Nos dice el profeta Hebreo Ezequiel
36:26-SS: “Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu
nuevo. Quitare de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de
carne. Pondré dentro de ustedes mi espíritu y hare que caminen según mis
mandamientos que observen mis leyes y que las pongan en práctica. Vivirán en el
país que di a sus padres, ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios, los
librare de todas sus impurezas, llamare al trigo y brotara en abundancia; no
les enviare más hambrunas. Multiplicare los frutos de los árboles y los
productos del campo: yo no serán más humillados por el hombre en presencia de
las demás naciones.” Ya se está sintiendo el fuego sanador y liberador del Espíritu
Santo. Esta será una gran oportunidad para que todos renovemos nuestra fe,
estemos en oración para recibir dones y carismas y vivir a plenitud esta
Cultura de Pentecostés.