viernes, septiembre 04, 2009

Homilia de 25 Años

Doy gracias a Cristo Jesús que me hizo capaz, se fío de mí y me confío este ministerio sacerdotal. Doy gracias queridos hermanos y hermanas aquí presentes, a Dios Padre Todopoderoso y a María Santísima que en su providencia amorosa, me llamó desde el seno de mi Madre a la fe y al sacerdocio. Doy gracias al Espíritu Santo que abundante se derramó sobre mí de manos de Monseñor Mario Escobar Serna, Obispo de la Diócesis de Palmira (que hoy goza de la eterna gloria) un primero de septiembre de 1984 hace 25 años en la Catedral de San Pedro en Guadalajara de Buga mi ciudad natal y me ungió sacerdote para siempre.

oy gracias a la iglesia, pueblo santo y escogido por Dios, que me ha ido instruyendo en la fe, que me ha ido capacitando para el servicio en la fe y para la ofrenda que habré de seguir haciendo de mi vida y que me llamó hace 25 años y me sigue llamando ahora al ministerio del pastoreo de la grey de Dios, por los caminos que la Providencia, a través de la Iglesia, ha considerado y siga considerando oportunos.

Doy gracias a mi familia, a mis amigos, a mis hermanos sacerdotes, a los obispos. Doy gracias a Dios y a la iglesia por mi trabajo sacerdotal, social y solidario para los que han quedado atrás de nuestra indiferente sociedad. Por todos los que han recibido los Sacramentos en la Catedral de San Tomás Moro en Arlington, San Antonio de Padua en Falls Church, La Sagrada Familia en Dale City y los movimientos y consejos del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington.

El espíritu generoso de Marcelino, Pan y Vino (MAPAVI) sus voluntarios y benefactores que unidos en el amor al prójimo hemos luchado incansablemente para dar el regalo de la vida a enfermos terminales y a los necesitados de transplantes de órganos. A la misma vez he sido llamado en mi vocación sacerdotal a ser misionero en Colombia, El Salvador, Bolivia, Perú, República Dominicana, Honduras, México, Chile, Nicaragua, Guatemala, entre otros.

Gracias sean dadas a Dios, uno y trino, Padre, hermano y Espíritu Santo. El Señor ha estado grande conmigo y estoy alegre, inmensa y emocionadamente alegre y agradecido. Sean solo para Él la gloria y la alabanza por los siglos. Los textos bíblicos que acaban de ser proclamados nos iluminan también para entender mejor la identidad y la misión del sacerdote. Reconozco queridos hermanos y hermanas que siempre me impresionaron aquella frase “Sacerdos, Alter Christus!” (El Sacerdote es otro Cristo) o la afirma que “el Sacerdote actúa en la persona de Jesucristo”. Y cuando además uno se acerca a la vida y al mensaje de los grandes sacerdotes santos con que Dios ha bendecido a su iglesia a lo largo de sus siglos, San Francisco de Asís, San Vicente de Paul, San Juan de Ávila, San Juan María Vianney o Juan Pablo II, el estrecimiento se convierte en abismo, se han de convertir en llanto de indignidad y, a la vez, de agradecimiento.

Por ello desde la alabanza, solo desde el Magnificat se acaba aceptando el ministerio y la gracia que comportan y suponen ser sacerdote y tomar conciencia afectiva y viva de su grandeza, esa grandeza que Dios ha confiado, en este caso, a mis humildes y gastadas vasijas de barro.

En estos 25 años con orgullo y alegría puedo decir que en este milenio y caminando con esta generación de que el sacerdocio, la castidad y la santidad valen la pena. Que ustedes necesitan al sacerdote como el sacerdote necesita de ustedes. A medida que van pasando los años me convenzo cada vez más de que la clave del sacerdocio no es otra cosa que el amor. Nada hay más importante y más decisivo que el amor y el sacerdote está llamado a ser especialista del amor. Del amor del que nos habla San Pablo en las Escrituras, del amor con mayúsculas, del amor de Dios encarnado en Jesucristo, cuyo sacramento primero, dador y distribuidor somos los sacerdotes. Del amor a que el Papa Benedicto XVI ha dedicado su primera y gran encíclica y ha comprometido su luminoso y sereno, firme y apacible ministerio apostólico petrino.

Nuestro mundo actual, tan lleno y repleto de palabras, de mensajes, de imágenes y consignas, solo se mueve ante el ejemplo de un buen y santo sacerdote, sólo se estremece ante el amor de Cristo, ante quien con sus cicatrices cura las nuestras, ante quien con sus llagas sana las nuestras, ante quien con sus amor nos cubre y nos reviste de amor, del amor verdadero.

Hoy después de 25 años, si me tocara elegir carrera profesional de nuevo escogería la vida sacerdotal. Que Dios y María Santísima los bendiga.

Amen

Homenaje a Sacerdote José Eugenio Hoyos Salcedo

Guadalajara de Buga
31 de agosto de 2009

El reverendo padre José Eugenio Hoyos Salcedo celebró el domingo, sus bodas de plata de ordenación sacerdotal con la feligresía de la ciudad señora.


El religioso se ordenó en la catedral de San Pedro Apóstol el 1 de septiembre de 1984, ha estado vinculado a parroquias de Colombia y EE.UU y su trabajo por el bienestar de los inmigrantes es conocido internacionalmente. Desde la casa Blanco al lado del presidente George W. Bush, propuso una reforma migratoria para más de 14 millones de indocumentados, labor que lo ha hecho merecedor de exaltaciones e innumerables reconocimientos.

Al celebrar sus 25 años de consagración sacerdotal, la ciudadanía Bugueña le rindió un merecido homenaje, al que se unió el gobierno municipal con una resolución en nota de estilo exaltando sus virtudes humanas y cristianas.

“El padre Hoyos es el embajador de la paz, la doctrina de la fe, trabaja con humildad, sin descanso y filantrópicamente” dijo el alcalde Freddy Libreros.

D.C. United - Homenaje al Padre Hoyos

D.C. United - Departamento de Prensa
9/3/2009

WASHINGTON, D.C. -- D.C. United y el Comité Asesor Hispano del club anunciaron planes para celebrar el Mes de la Herencia Hispana con el Cuarto Festival Latinoamericano, presentado por RCN previo al partido de los capitalinos ante Seattle Sounders FC el sábado, 12 de septiembre a las 7:30 p.m. et en el Estadio RFK. La celebración pre-partido comenzará a las 4 p.m. ET en el Estacionamiento 8 del RFK y durará hasta el comienzo del partido....

...Además, el equipo y el Comité Asesor Hispano homenajearán al Reverendo José Eugenio Hoyos por sus 25 años de labor en la comunidad latina de Washington. Hoyos, oriundo de Colombia, es el director del Apostolado Hispano para la Diócesis Católica Romana de Arlington, VA.

"La misión del D.C. United es ganar campeonatos y servir a la comunidad", agregó [el presidente de DC United Kevin] Payne. "Padre Hoyos es una respetada figura en nuestra comunidad y nos sentimos orgullosos de rendir homenaje a su destacada labor en la comunidad".

Celebración Sacerdotal en Buga, Colombia

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Después de la celebración de 25 años de sacerdocio en la capital del Valle Calí, no podíamos perder la oportunidad de celebrar la Eucaristía en la Iglesia que un primero de Septiembre de 1984 fue testigo de mi ordenación sacerdotal en esta ocasión mi ciudad natal: Guadalajara de Buga con su colonial catedral San Pedro.

Desde tempranas horas la familia, desde Palmira, nos dirigimos en caravana por una hora de viaje que nos tomó hasta llegar a mi ciudad conocida como la “ciudad señorial e hidalga comarca”.

Allí nos esperaba una comitiva y algunos medios de comunicación, pues para la ciudad era un motivo de celebración.

La Catedral se encontraba completamente llena, con caras conocidas y algunos personajes de la ciudad borrados de mi mente por el paso de los 25 años pero que al saludarlos regresaban inmediatamente las imágenes y los recuerdos. Varios sacerdotes concelebraron, entre ellos Monseñor Omar Ramírez, quien en sus palabras recordó que hace 25 años él estuvo presente pues en aquel entonces él era el Vicarios General de la Diócesis.

Fue muy emocionante y muy triste retroceder el tiempo pues hubiera querido que mis seres queridos en especial mi Madre estuvieran vivos y disfrutando de tan bella y espiritual ceremonia.
Después de la Santa Eucaristía fuimos invitados a un almuerzo al seminario donde mucha gente nos esperaba contentándose con darnos un abrazo o tomándose una fotografía. Definitivamente el tiempo pasa pero la gente no olvida.

Fotos: Catedral de San Pedro, Buga y la familia Hoyos

jueves, septiembre 03, 2009

Genealogía de genealogías de la familia Hoyos

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Aprovechando la oportunidad de la celebración de mis bodas de plata sacerdotales donde una gran mayoría de los integrantes de la Familia Hoyos se hicieron presentes a este evento, nuestra querida familia decidió lanzar el libro “Genealogía de Genealogías” de nuestra numerosa familia. Por ser tan numerosa nuestra familia a este lanzamiento del libro tuvimos que invitar sólo a los que llevaran el apellido Hoyos pues increíblemente nos encontramos vivos aproximadamente 370 miembros de los Hoyos.

La recopilación de datos, la investigación, la historia y los documentos nos llevó a cabo cerca de 5 años. Es una lastima que el grupo de primos y tíos que nos unió en esta tarea investigativa no lo hicimos antes, pues muchas anécdotas, cuentos, e historias quedaron enterradas en las memorias de nuestros antepasados. Como dice el libro del Eclesiastés, capitulo 44, 1: “Honremos a nuestros gloriosos antepasados y a nuestros padres en su descendencia”. O como nos recuerda el libro del Éxodo 20, 19: “Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años sobre la tierra que te ha de dar el Señor tu Dios”.

Con gran satisfacción las nuevas generaciones de la familia Hoyos pudieron conocer la historia y los antepasados desde el año 1850 hasta nuestros días. Y sobre todo fue maravilloso constatar la evolución, el éxito, el progreso y el avance positivo de nuestros familiares. Fue una gran oportunidad para encontrarnos de nuevo y conocer a nuevos familiares. El libro fue editado por la Universidad del Quindío en Armenia, Colombia, con 500 copias. Como dice el pensamiento celta: “…el hombre es como un árbol con raíces, troncos y ramas que lo elevan al cielo para acercarlo al infinito”. Escudriñar sobre nuestra memoria intrafamiliar me ha llevado a formular una pregunta obligada: ¿De donde venimos y hacia donde vamos? Cada familia se enriquece cuando conoce sus raíces, pues se establece la identidad familiar.

Veinticinco años de vida de servicio

Por el Padre Alexander Díaz
Arlington Catholic Herald
3 de septiembre de 2009

Hablar de la vida de un sacerdote como el Padre José Eugenio Hoyos, que ha hecho y sigue haciendo historia en este país no es nada sencillo, ya que se corre el riesgo de dejar de lado gran parte de las obras que éste ha construido; sin embargo, quiero tomar ese riesgo y expresar una gratitud muy especial a su sacerdocio, a su amistad, a su respeto y a su desgaste en favor de sus hermanos más desprotegidos y que han representado a lo largo de su vida el rostro de Cristo y me atrevo a decir el sentido de su sacerdocio.

¿Quién no conoce a este singular sacerdote? ¿Quién no ha participado de sus actividades y de su entusiasmo? ¿Quién no ha sido tocado por su humor característico y sus homilías llenas de un positivismo cristiano súper especial? Creo que la gran mayoría de los que vivimos en el área sabemos y hemos compartido de todas estas gracias tan especiales que Dios le ha caracterizado. El padre Hoyos es hombre de bolsillos abiertos y corazón inmenso, que entendió desde el momento de su ordenación sacerdotal cual era su papel dentro de la Iglesia, y lo entendió muy bien, su papel sería “servir, amar y compartir con todo aquel que lo necesitara”, me atrevo a decir que todos estos veinticinco años han sido dedicados al servicio desinteresado del Reino de los cielos, con plena conciencia y convicción, con alegría, celo apostólico, con pasión y esperanza.

Un día en una de nuestras muchas charlas mientras comíamos, le pregunté: “¿Alguna vez has dudado de tu sacerdocio?” Y a quema ropa me contestó: “Jamás, jamás he dudado de mi sacerdocio, lo he vivido a plenitud y cada día estoy más feliz de ser sacerdote, y cada día que pasa lo disfruto más…” No hay duda, me dije a mi mismo, que su vida está marcada en el amor de Dios y en la escucha de su mensaje de esperanza.

Hoy, en esta gran celebración de sus bodas de plata, quiero expresar en nombre de tantos y tantas que le conocemos un agradecimiento especial por su entrega a todos, por su defensa a favor de los desprotegidos y los pobres, por dar lo mejor de sí, por entregar su vida entera a la iglesia y a Cristo. Él ha sido un Robín Hood del siglo XX, que ha quitado a los que tienen para dar a los que no tienen (causándole en no muchas ocasiones problemas, dificultades, malos entendidos y noches de desvelo), que ha sabido ganarse el corazón de grandes y chicos, de ricos y pobres, de tristes y alegres, y ha sabido tratarlos a todos de igual manera. Gracias Padre Hoyos por tu entrega generosa a todos tus hijos espirituales, gracias por devolvernos la paz y la esperanza, por representar en tantas y tantas ocasiones la misericordia y el perdón de Dios ejerciendo los sacramentos, escuchando a los tristes, dando de comer a los pobres, sanando a los que se encuentran enfermos, visitando a los que están prisioneros en la soledad y el dolor, porque en estos tantos años de tu vida supiste entender a tu comunidad.

Hoy rendimos tributo a tu fidelidad al sacerdocio, porque con tu ejemplo has dicho "Sí" a Jesús, y has demostrado que el sacerdocio es un gran don, que se ejerce con alegría, con fe, con dedicación, y aún en contra de aquellos que se vuelven un obstáculo para el desarrollo de este.

Que en el marco de las celebraciones del año sacerdotal, sea bendecido con creces tu sacerdocio, y labor apostólica en esta diócesis y en la Iglesia universal.

Felicidades Padre Hoyos por tus veinticinco años de vida de servicio desinteresado; es una alegría y un orgullo trabajar, y aprender de ti los dones que Dios te ha colmado y poder saber que eres un gran amigo, que siempre está ahí cuando más se necesita.

La necesidades del alma

Por el Padre José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
3 de septiembre de 2009

Respondiendo a la solicitud de varios lectores de escribir y profundizar un poco más sobre la amistad, el amor, la soledad, y el desaliento, hoy continuaremos con estos temas tan esenciales en la vida de cada ser humano. No solamente cosas materiales necesitan las personas, sino de ser atendidos, ser mirados, darle un buen abrazo, entregar una grata compañía, y más que nada de alguien que esté dispuesto a escuchar. La necesidad más grande del hombre como persona es la de sentirse acogido como es, amado como es, atendido en sus sentimientos, acompañado en su desvalimiento emocional. Los papás creen que dando cosas caras aman de veras a sus hijos, los empresarios creen que aumentando el sueldo solucionan el problema de sus empleados, los superiores creen que aliviando el trabajo de sus súbditos, les hacen sentirse mejor... y no es así. Porque lo que más necesitan todos estos hombres es acogimiento sincero.

En el caso de mi propio padre a través de los años se ha ido deteriorando por los achaques y enfermedades de los años, pero descubrimos que la enfermedad más grave que padecía era la soledad. Desde ese entonces mi hermana en Colombia decidío conseguirle una persona de confianza que estuviera todos los días con él, que rezara, orara, le leyera historias o que simplemente estuviera presente. Desde aquel momento mi padre empezó a recuperarse a pesar de sus 87 años y ha recobrado vitalidad y su memoria. La compañía positiva en los ancianos hace milagros.

Haz de estar completamente convencido de que nunca es tarde para empezar de nuevo:
  • Tu vida rota puedes coserla.
  • Tu vida infeliz puedes hacerla feliz.
  • Tu vida infiel puedes convertirla en fiel.
  • Tu vida mental enferma, dependiente, cargada, tienes la oportunidad de sanarla, independizarla y liberarla.
  • Tu vida solitaria en el egoísmo puedes transformarla en comunitaria desde un servicio y práctica del amor.
  • Tu vida sin ilusiones, sin metas y sin riesgos es posible inyectarle sentido, propositos, novedad.
  • A tu vida sin sabor puedes colocarle sal y contenido.
Es la forma más inteligente de vivir, pues no es un secreto de que tu vida como la de todas las personas que te han antecedido pasará. Sales a la calle y ves por doquier a las personas cargadas con sacos de quejas y lamentos, comentando con tristeza su ayer y comunicándose con incertidumbre en torno a su mañana. Muy raras veces te encuentras con una conversación donde se hable de hoy, de las bellezas de la naturaleza, del clima, del amor de Dios, del buen descanso de la noche, del regalo del aliento, de la alegría del aire, de la gratitud por la vida. ¡Ánimo! Recuerda que Dios te ama.

Bodas de Plata en Cali, Colombia

El sábado 29 de agosto a las 10 de la mañana en la Iglesia de Cristo Redentor del Barrio el Peñón en la capital del departamento del Valle del Cauca, Santiago de Cali, tuve la oportunidad de celebrar la Santa Eucaristía en acción de gracias por mis 25 años de vida sacerdotal.

Este fue un grandioso día al dar comienzo a una serie de celebraciones religiosas pues no podíamos olvidar que era una gran oportunidad para compartir con amigos y familiares el Año Sacerdotal Internacional dedicado y establecido por el Papa Benedicto XVI. La ceremonia en esta ocasión contó con la asistencia del párroco de Cristo Redentor el Padre Braulio García, Padre Rafael Uribe Uribe, Capellán del hospital de San Vicente de Paul de Palmira en Valle, Padre Roberto Tofiño, párroco de la Iglesia de Trujillo en Valle, entre otros; nos acompañó la coral musical de Cali.

Fue muy conmovedor poder recordar mis primeros años de Vida Sacerdotal, primero como profesor de Religión y ética de varios colegios en Bogotá, luego mi primera parroquia de San Juan de Ávila y la trayectoria de apostolado y evangelización en los Estados Unidos de Norte America.

En cuanto mi vocación Dios tenía desde nuestro nacimiento una misión y un llamado que él solo lo sabia, pues como dicen las Sagradas Escrituras “desde el vientre de tu madre y te había elegido”. Con el acompañamiento de la oración y la unidad en el cumplimiento del Evangelio y el sacerdote encuentra un camino más directo para la santificación. Fue en realidad una celebración muy emotiva y significativa, no solo para mí sino para toda la familia. Gracias Cristo Sumo Sacerdote por ser mi guía y la inspiración en mi vocación sacerdotal.