Por Kelvin
Saravia
Tiene toda la razón el Padre José Eugenio Hoyos asesor de la Renovación
Carismática Católica de Arlington Virginia y Predicador Internacional sobre sanación
y liberación cuando en el congreso de sanación en la universidad de Medellín Colombia
dijo: “Para los ateos, las personas que dudan de que Cristo sana y libera y de
que cada minuto los milagros suceden en este encuentro vamos a demostrarles a través
de las escrituras, del Evangelio y de los testimonios que Cristo no ha muerto,
y que en nuestra Iglesia Él está vivo y su obra de sanación no ha terminado.”
El Padre Hoyos ante los Amen, los Aleluyas y aplausos
continuos diciendo: Ahora cuando una sociedad Moderna trata de sacar a Dios del
corazón del hombre es cuando se siente con más fuerza la presencia de Dios. Pues
estamos viviendo cada día un Nuevo Pentecostés, por todo lado se mueve y se
siente el Espíritu Santo.
Cada Sacerdote, Diacono y Laico no debe tener miedo de
predicar con autoridad y con voz profética de que nuestro Dios es un Dios de
poder y majestad que la oración tiene poder y que la Sangre y las llagas de Jesús
sanan y liberan.
Los Carismáticos igual que los Apóstoles deben anunciar el
Evangelio de Cristo sembrando el fuego de gozo y del entusiasmo al conocer que
las promesas de Jesús se están esperando sobre todas las comunidades de
creyentes. Las voces proféticas necesitan ser escuchadas con urgencia en un
mundo que se alegra y participa en la cultura de la muerte. Los Carismáticos debemos
ser defensores de la vida en todas las etapas y mantenernos unidos en oración.