No podemos desconocer que nuestra comunidad hispana sigue celebrando y disfrutando la elección del Papa Francisco. Ha sido un gran regalo de Dios a la comunidad Católica mundial.
Para nosotros en la Diócesis de Arlington es una obligación
que oremos por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas.
Es importante que como hispanos apoyemos y animemos a
nuestros hijos a que se eduquen, vayan a la universidad y sean grandes
profesionales (médicos, abogados, maestros, ingenieros etc.) pero será más
importante que les hablemos de la profesión más maravillosa como es el
Sacerdocio.
Cada familia hispana debe ser un semillero de las vocaciones
sacerdotales.
Nuestro ministerio hispano dentro de la Diócesis de
Arlington, ha ido creciendo fuertemente en números y en Espiritualidad. Como
nos dice San Mateo en el capítulo 9:37: “la mies es mucha, pero los obreros
pocos: rogad, por tanto al señor de la mies que envié obreros a sus mies”.
Con la presencia del Papa Francisco estamos experimentando un
nuevo despertar dentro de la Iglesia Católica, de la misma manera hay un
despertar en la Vocación Sacerdotal y nuestra tarea como cristianos
comprometidos es ayudar a descubrirla en
cada una de las personas bautizadas en la Fe.
El Sacerdote como todo cristiano está llamado a ser otro Cristo,
tiene un desafío por delante y es el ser un agente cualificado de unidad.
Cuando digo que es un agente de unidad es en su propia persona tratando de que
su hablar sea un reflejo fiel de su interioridad, que los afectos de su corazón
y su acción Pastoral nazcan de la profundidad de su amistad con Cristo.
El Sacerdote de hoy como persona comprometida con lo creado y
con el creador, tiene el deber mayúsculo de luchar por recobrar la armonía con
la naturaleza.Del sacerdote se espera hoy un equilibrio en su temperamento
y en su actuar: capaz de enfrentar los problemas, tolerando lo terrible y
comprendiendo las incomprensiones.
Pidamos a Dios Santos Sacerdotes llenos de esperanza y que
inyecten a los fieles esa esperanza con autoestima positiva y enamorados de la
Virgen María; imitadores de Cristo y del Evangelio.