jueves, junio 04, 2015

Jesús Sana y libera a los que sufren

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Es el mismo Jesús que ha venido a sanar a todos los que lo invocan y creen en él. Cuando Cristo nos dice que la sangre de Cristo nos limpia, significa que somos doblemente sumergidos, somos Sanados y liberados de las cadenas de la iniquidad. Seremos Sanados en nuestro interior para que podamos llevar una vida pura, Santa y justa aquí en la tierra.
Cuando la Biblia dice que Jesús fue herido por nuestras transgresiones, esto significa que la sangre que el derramó en el exterior lava y purifica nuestra vida pasada. Cristo es el destructor de yugos y el único que tiene poder para romper nuestras cadenas.

Ya no importa que tú estés sufriendo por una maldición o arrastrando una cadena familiar del pasado como consecuencia de algo que tú mismo hayas hecho o que se debe a algo que hayan hecho tus antepasados. El Cristo que ahora tú sigues y en el que confías es el que va a quitar las cargas y romperá cadenas y yugos. Él ha venido a darnos la libertad.


Al creer y someterse a Cristo ya no tienes que pagar más las consecuencias de este encadenamiento ahora siguiendo a Jesús encontraras una libertad que te brindará grandes sanaciones y una completa paz espiritual.
En el momento de la enfermedad y el dolor puedes exclamar con seguridad y sin miedo: “Cristo Jesús medico divino y compasivo, ya no puedo ni aguanto más, pero en el poder del Espíritu Santo y de la Oración romperé cualquier cadena para encontrar Sanación y Liberación.

Por eso querido hermano entrega todos tus problemas al rey de reyes a Cristo Jesús quien todo lo puede, confía solo en Él y lo demás llegará por añadidura.

miércoles, junio 03, 2015

Carismáticos pidan plan de dominio propio y equilibrio.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


La formación dentro de la Renovación Católica Carismática es de suma importancia para el crecimiento y fortalecimiento de la Fe de los que participan  en esta fuente de gracia conocida como la renovación Carismática.

Desde Pentecostés hasta nuestros días todos hemos recibido una multitud de dones y carismas no solo para enriquecer nuestra vida personal, sino para el servicio de nuestras comunidades y grupos de Oración.
Dios quiere que todos seamos equilibrados, que enfrentemos nuestros problemas con el don de la Fe, para que el templo de nuestra vida, no sufra graves consecuencias. Que como Carismáticos comprometidos y que amamos la Renovación tengamos la capacidad de dominar nuestras emociones, nuestras pasiones y todo lo que puede lastimar o contaminar ese cuerpo que es el templo del Espíritu Santo.

1 Co 6,12 se dice “Yo soy libre de hacer lo que quiera” es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo que quiera, pero no debo dejar que nadie me domine.


Ciertamente nuestro cuerpo nos pide muchas cosas materiales para subsistir, pero nada ni nadie podrá compararse con el supremo bien de la palabra de Dios. Cuando ella comienza a penetrar en lo profundo de nuestro ser, todo comienza a cambiar.
Cada Carismático podrá crecer Espiritualmente cuando tenga en claro que significa el don de dominio propio: “Virtud de uno que controla sus deseos y pasiones especialmente sus apetitos sensuales”.

2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”

lunes, junio 01, 2015

En Adoración Eucarística recibimos un Espíritu Nuevo.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Recientemente fui invitado a celebrar el 21avo   aniversario de la juventud unida a Cristo en la Parroquia San Miguel Arcángel en Silver Spring Maryland. La celebración comenzó con la Predicación “De si solo eres fiel en lo poco, Dios te dará más “
Fue una interesante oportunidad de hablarles a los jóvenes de la importancia de descubrir y cuidar los talentos que Dios ha puesto en nuestra vida.

Es por eso que tenemos los cristianos que vivir cada día un nuevo Pentecostés, porque cuando abrimos nuestra vida y le entregamos el corazón al Espíritu Santo hay de nuevo un gran derramamiento de dones y carismas en nuestra vida.
Luego la mayoría de los jóvenes  allí congregados tuvieron la oportunidad de acompañar con poderosas alabanzas y fuerte Oración el paso de la Custodia  y de vivir grandes momentos de Conversión, Sanación y liberación durante la Adoración Eucarística.


Cuando se nos habla de “un Espíritu Nuevo” es lo que todo creyente anda buscando para poder encontrar el camino más directo a la Salvación y por supuesto a una más efectiva Sanación.
Jesús nos dice que las promesas del Padre si se van a cumplir y que cada uno, según la forma de vida, va a recibir ese Espíritu liberador, un nuevo espíritu que va a cambiar nuestro corazón de piedra y lo va a transformar en un corazón mucho más Espiritual.

La Iglesia Católica con el acompañamiento de la Renovación Carismática continúa educando a los feligreses a vivir y a descubrir la misión  de Cristo con los enfermos y de forma privilegiada  el creer y acercarse a Jesús Eucaristía, en la Adoración Eucarística y en la Hora Santa el enfermo también encuentra Sanación y Liberación.