Es el mismo Jesús que ha venido a sanar a todos los que lo invocan y creen en él. Cuando Cristo nos dice que la sangre de Cristo nos limpia, significa que somos doblemente sumergidos, somos Sanados y liberados de las cadenas de la iniquidad. Seremos Sanados en nuestro interior para que podamos llevar una vida pura, Santa y justa aquí en la tierra.
Cuando la Biblia dice que Jesús fue herido por nuestras transgresiones, esto significa que la sangre que el derramó en el exterior lava y purifica nuestra vida pasada. Cristo es el destructor de yugos y el único que tiene poder para romper nuestras cadenas.
Ya no importa que tú estés sufriendo
por una maldición o arrastrando una cadena familiar del pasado como
consecuencia de algo que tú mismo hayas hecho o que se debe a algo que hayan
hecho tus antepasados. El Cristo que ahora tú sigues y en el que confías es el
que va a quitar las cargas y romperá cadenas y yugos. Él ha venido a darnos la libertad.
Al creer y someterse a Cristo ya no tienes que pagar más las consecuencias de este encadenamiento ahora siguiendo a Jesús encontraras una libertad que te brindará grandes sanaciones y una completa paz espiritual.
En el momento de la enfermedad y el dolor puedes exclamar con seguridad y sin miedo: “Cristo Jesús medico divino y compasivo, ya no puedo ni aguanto más, pero en el poder del Espíritu Santo y de la Oración romperé cualquier cadena para encontrar Sanación y Liberación.
Por eso querido hermano entrega todos
tus problemas al rey de reyes a Cristo Jesús quien todo lo puede, confía solo
en Él y lo demás llegará por añadidura.