Continuamos recibiendo poderosos
testimonios ocurridos en la hora Santa y en la Adoración Eucarística que se
realiza en varios lugares o países donde he sido invitado como Predicador.
En cada Adoración Eucarística vemos
sin dudar a un Cristo vivo real y en acción cuyo don es el de mostrar que
Cristo esta actuando en la Sagrada Eucaristía.
Los creyentes pueden constatar que de
la Santa custodia son maravillosos rayos de Misericordia, Sanación y liberación
que entran a los corazones de todos aquellos que con Fe se encuentran en Oración,
solo de Jesús se puede decir con plena seguridad que “pasó haciendo el bien y sanando
a todos”.
Cristo nunca descansa, sigue haciendo
su obra través de su cuerpo, su sangre y sus Santas llagas.
San Mateo nos dice: “Al atardecer, le
trajeron a muchos endemoniados; expulso a los espíritus con su palabra y curó a
todos los que se encontraban mal”. Así se cumplió el oráculo del profeta Isaías:
“Él tomó nuestras flaquezas y se cargó con nuestras enfermedades” (8,16-17).
Cada Jueves Eucarístico, en un retiro
Espiritual, dentro de nuestra Iglesia o en un congreso Carismático cada vez que
Jesús Eucaristía camina entre su pueblo suceden prodigiosos Milagros y
Sanaciones.
El amor Misericordioso de Cristo no
se queda solo en palabras sino que tiene poder liberador y renovador; cuando
estamos frente a Jesús Sacramentado hay que estar atentos, pues desde el
Sagrario Jesús nos ve, Jesús nos oye, Siente, entiende y sabe lo que cada uno
de nosotros necesitamos. El mejor dialogo con Jesús comienza en el Sagrario.