Por José
Eugenio Hoyos
Se necesitan urgentemente más Sacerdotes predicadores Carismáticos,
mas laicos y jóvenes que no tengan miedo de predicar un Cristo Vivo en una
Iglesia viva y dinámica.
La Renovación Carismática es actualmente un gran semillero de
predicadores Carismáticos que se destacan a nivel internacional por su gran formación
espiritual, por su conocimiento de las sagradas escrituras y por su fidelidad a
la sana doctrina de la Iglesia.
Cuando se da una predicación Carismática centrada en Cristo y
en el Espíritu Santo, vemos cada día más conversiones, unciones y poderosos
testimonios de sanación y liberación.
Un predicador Carismático es el jardinero de Cristo cuyo
trabajo es sembrar el Evangelio de Cristo en los corazones de los creyentes,
renovar la fe y la esperanza y promover en toda predicación la cultura de Pentecostés
y la espiritualidad Carismática. Un buen jardinero Carismático debe estar
pendiente de sacar las plagas de este jardín mundano que agobian y esclavizan
al hombre actual.
Su trabajo pastoral consiste en animar los grupos de oración y
las comunidades a prender fuego y entusiasmo cuando se ora y se alaba a Dios. Indicar
a las personas el camino para llegar a dar frutos después de un seminario de iniciación
o Seminario de Vida en el Espíritu.
Hay mucho que recoger en la cosecha después que un buen
predicador Carismático siembra en nuestros corazones como por ejemplo lo que
nos enseña Jesús en la parábola del sembrador (Mateo 13:1-8).
Un predicador Carismático siempre tiene que estar ¡¡¡Bendecido,
Encendido, Sanado, Liberado y en Victoria!!!