viernes, marzo 06, 2009

Día mundial de la mujer invisible

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

En esta semana en diferentes partes del mundo estaremos celebrando el Día Internacional de la Mujer. Según las Naciones Unidas el 8 de marzo es la fecha en que hacemos un alto en nuestras faenas y ocupaciones para resaltar al ser más bello del mundo como es la mujer. En esta oportunidad reconocemos la lucha de la mujer por su participación en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países y es conmemorada por las Naciones Unidas.


Las mujeres definitivamente deben ser reconocidas como el brazo fuerte de la sociedad y de la familia. Hay que continuar educando a nuestras nuevas generaciones hispanas sobre el falso machismo y de que las mujeres tienen que ser sumisas y quedarse en el hogar limpiando, cocinando y criando cantidad de hijos. Gracias a Dios ese concepto ha cambiado pero todavía falta mucho por hacer, para tomar conciencia de que a la mujer hay que darle un puesto de igualdad en la sociedad y en la familia.

En muchas partes del mundo hay que crear conciencia del papel que juega la mujer. Todavía hay explotación sexual de las mujeres. En Centro America, por ejemplo, pude hablar con algunas de ellas en El Salvador que trabajan con las maquilas en Sonsonate, el Pedregal y Olocuilta (en el departamento de la Paz) de cómo sus patrones las tratan como esclavas, los horarios son extenuantes donde la mayoría de ellas para no perder sus trabajos tienen que sacrificar tiempo con sus hijos o sus seres queridos. Y ni que hablar de los sueldos miserables y escandalosos que estas mujeres reciben. Todo lo hacen por la necesidad y la falta de oportunidades. Encontramos también en el campo, las trabajadoras invisibles del mundo.

La recopilación de estadísticas en estos casos han confirmado dos cosas: la mayoría de las personas pobres del mundo son mujeres y ellas tienen la responsabilidad de alimentar a hombres y niños hambrientos y así mismas cultivan, cosechan, cazan o pescan los alimentos para la familia, llevan leña y agua a la casa y preparan y cocinan los alimentos. Desafortunadamente este tipo de mujeres tiene poco apoyo y acceso a los recursos, a la capacitación y a los préstamos financieros. La ONU el 6 de marzo de 2008 afirmó que el desarrollo va de la mano de la liberación femenina y alentó al mundo a “inventar en el futuro de las mujeres y las niñas”.

Los ocho objetivos del milenio, aprobados por los dirigentes mundiales en el año 2000 para reducir la pobreza hacia 2015, incluyen hacer retroceder las grandes pandemias, la mortalidad infantil y el analfabetismo, generar igualdad entre sexos, mejorar la salud maternal y proteger el medio ambiente. Ojalá que también cada persona en el mundo al celebrar el día internacional de la mujer declare con hechos al no total de la violencia contra la mujer.

jueves, marzo 05, 2009

Minas antipersona: un atentado contra los inocentes

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Me duele y me preocupa que mi amado país Colombia ocupe el primer lugar en el uso de las minas antipersona. Tristemente he podido hablar y escuchar las desgarradoras historias de tantas personas que han quedado invalidas o discapacitadas por este horrendo crimen. Cuantos niños, jóvenes y ancianos sin tener que ver con nada en esta violencia y guerra ahora han quedado postrados en sillas de ruedas o en muletas. Hoy se calcula que por lo menos 80 países, la mayoría de ellos del tercer mundo, tienen enterradas 167 millones de minas.

El vicepresidente colombiano Francisco Santos encabezó en Suiza el lanzamiento mundial de la Conferencia Internacional contra Minas que se realizará este año en Cartagena de Indias en Colombia. “Mientras los terroristas continúan su macabra labor de sembrar muerte y dolor en las tierras y caminos que deberían estar destinadas al progreso y la comunicación, las fuerzas militares de Colombia cumplen estrictamente los términos de la Convención de Ottawa”, dijo.

El pasado 7 de mayo de 2008, el fotógrafo y periodista Gervasio Sánchez dentro de una de sus premiaciones ante cientos de asistentes dió un campanazo de alerta sobre las minas antipersonas y en su discurso jaló las orejas al gobierno español por la producción de armas y la venta de minas antipersona esto ocurrió cuando recibió el Premio Ortega y Gasset por su gran trabajo. Harían falta 1, 100 años y 30.000 millones de euros para erradicarlas. Desactivar y destruir una mina cuesta 750 euros. Las armas ligeras, entre los que se encuentra las minas antipersona, son las responsables materiales de cuatro de cada cinco victimas de los conflictos armados (Fuente: el blog de Gervasio).



Ojalá tomemos conciencia de crear y fundar un grupo de apoyo en cada ciudad a nivel internacional para denunciar esta clase de atrocidad, el mundo no puede tolerar mas ver niños, jóvenes y ancianos inocentemente mutilados sin brazos y sin piernas en una guerra sucia que no es de ellos. Denunciamos y criticamos con dureza estos procedimientos inhumanos. Gracias a Juanes por la canción antiminas. No te acerques a las minas antipersona, cada persona esta llamada a respetar la vida y la de los demás igualmente esta invitada a decir no a la guerra y a difundir una cultura en contra de las armas y sobre todo las minas antipersona.

Los pobres también tienen derecho a comer

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
5 de marzo de 2009

La injusticia social agrava cada vez la situación de hambre en el mundo. Desde mi punto de reflexión cristiana y con el dolor en el alma de no poder exigir a los más ricos en compartir y ser más generosos, no me impide ni para mis fuerzas para seguir luchando a tomar conciencia de la falta de solidaridad mundial a los más necesitados.

Nos dice el Señor: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestisteis” (Mateo 25-35). Igualmente parece que hasta la misma naturaleza se hubiese puesto de acuerdo para que la escasez de alimentos y la hambruna siga avanzando.

Hemos tenido sequías, inundaciones, huracanes, granizadas, heladas fuera de época, olas prolongadas de calor, deshielo de glaciares y todo un descuadre en los ciclos de la producción alimenticia, son signos visibles del ominoso desequilibrio en las leyes de la naturaleza. Debemos desde el pulpito de la Iglesias despertar las mentes de las personas para que nuestros dirigentes tengan un mayor compromiso con nuestro planeta tierra y que las producciones de alimentos sean repartidas en las clases menos favorecidas.

Todo ser humano sobre la tierra tiene derecho a los alimentos básicos y de primera necesidad. No cabe en nuestra sociedad que familias enteras incluyendo niños se acuesten con los estómagos vacíos. El otro día pude observar un documental sobre la desnutrición infantil y quede más escandalizado de lo que siempre he estado por el hambre que azota nuestra infancia en varios continentes. Una de las tantas fotografías que me impresionó fue la de un niño pobre que come las migajas de pan en el suelo de una calle abandonada.

Hace muchos años, en ocasión de una oleada de asaltos populares contra supermercados y centros menos de abastecimientos, la Conferencia del Episcopado del Brasil emitió una carta pastoral en la que defendía el derecho que tenían esos pobres a comer, sean cuales fueran las circunstancias.

Comenzaba a la rebelión y revolución de los estómagos vacíos. El Papa Juan Pablo II en su carta encíclica “Redemptor Hominis",1979, n. 16 nos dijo: “No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres solidarios”.

Todos somos hermanos(as), cualquiera sea el color de la raza, países donde nacemos, nos corresponde mientras permanecemos con vida dar paso a acciones que perduren, motiven a otros a continuar la obra de darle la mano, ayudar a quienes les corresponde desempeñarse dentro de un rol en donde la miseria, el hambre, la insensatez, son algunas de sus pruebas. Nuestro mundo es rico y podemos compartirlo entre todos.

Sacramento de la Penitencia: alivio del alma

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
5 de marzo de 2009

Hemos comenzado el tiempo de Cuaresma con mucha serenidad y gran convicción de que en esta ocasión mi encuentro personal con Cristo me llevará afortunadamente a una gran conversión y crecimiento espiritual. Pero para que eso suceda debo darle importancia al Sacramento de la Penitencia y empezar a frecuentarlo.

Jesús nos está siempre esperando en cada confesionario de la Iglesia para ofrecernos su amor, perdón y compasión. La solidaridad de Jesús con los pecadores se manifiesta en su aceptación de compartir la mesa con ellos.

Según la observancia fariseo, un pecador no observante contamina la mesa y los participantes. “Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: este hombre recibe a los pecadores y come con ellos” (Lc 15, 1-2). Para Jesús comer con los pecadores es “un gesto profético” de aceptación, de reconciliación.

Invitarse a comer u hospedarse es anunciar el perdón y amor de Dios. “Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede y en tu casa” (Lc 19, 5). La reconciliación no sólo es liquidar una culpa; es un proceso terapéutico que reactiva el poder sanante del amor redimido: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres y si en algo defraudé…” (Lc 15, 1-2).

El pecado es una estrella obscura en el firmamento de nuestra vida. Para superarlo hay que confesar nuestros pecados ante el sacerdote. Hay que ir a una sanación de mentalidad ante Dios. El catecismo de la Iglesia Católica (1422) nos dice: “Los que se acercan al Sacramento de la Penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados.”

Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo, y sus oraciones. La confesión de los pecados hecha al sacerdote constituye una parte esencial del Sacramento de la Penitencia; “en la confesión, los penitentes deben enumerar todos los pecados mortales de que tienen conciencia tras haberse examinado seriamente, incluso si estos pecados son muy secretos y si han sido cometidos solamente contra los últimos mandamientos del Decálogo, pues, a veces, estos pecados hieren más gravemente el alma y son más peligrosos que los que han sido cometidos a la vista de todos” (1456).

Querido hermano(a) entra al confesionario sin miedo, confiando en la misericordia de Dios. Confiesa todos tus pecados desde tu última confesión, no es necesario ilustrar todos los pequeños detalles de lo ocurrido. Confiesa tus propios pecados y no los ajenos. El confesionario no es para desahogarse contando lo que nos han hecho otros. Luego el sacerdote te ofrecerá algún consejo e impartirá la penitencia.

En esta época es muy importante practicar el Acto de Contrición. Frecuentar el Sacramento de la Penitencia o de la Reconciliación es una bendición para los creyentes y un alivio para el alma. ¡No tengas miedo!

miércoles, marzo 04, 2009

La lengua mal controlada puede causar catástrofes

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Este tiempo litúrgico de Cuaresma trataré poco a poco de destacar temas que nos puedan ayudar a mejorar y a crecer en nuestra vida espiritual. Todos los seres humanos queremos mejorar y no solamente nuestra imagen, figura y forma de relacionarnos con los demás. Si nos proponemos con seriedad y disciplina podemos salir adelante y sentirnos bien.

Unos de los problemas donde casi nadie se escapa son sobre nuestros cometarios, opiniones y críticas que hacemos sobre los demás. Uno de mis profesores en el colegio siempre nos decía que cuidáramos la lengua pues aunque no lo creyéramos era el órgano del cuerpo que a plena vista se veía pequeño pero que cuando lo sacábamos era el más grande de todos, el más dañino e incendiario impecable. “El hombre bueno, del bueno tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).

Tenemos el poder de bendecir a una persona cuando la vemos y muchas veces escogemos palabras que no edifican, pudiendo escoger palabras de aliento, de animo, que reflejan el amor de Dios en nosotros. Las palabras tienen poder, por eso que vengan dirigidas con el poder del Espíritu Santo pero para unir y para edificar. Santiago 3:3, 5-11 nos dice claramente: “Si alguno se cree religioso entre ustedes, y no refrena su lengua, sino que engaña a su corazón, la religión de tal es vana.”

He aquí: Nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.

He aquí: ¡Cuan grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua esta puesta entre nuestros miembros y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Con ella bendecimos al Dios y maldecimos a los hombres que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición.

Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso es una fuente hecha por una misma abertura de agua dulce o amarga? Evitemos no solo en este tiempo de reflexión el chisme, la murmuración, la critica entre amigos o familiares. “Mejor es controlar la lengua, que ayunar a pan y agua” (San Juan de la Cruz). Muy inteligente y certera esta sentencia de este Santo Carmelita para los que rezan unos cuantos minutos y luego propagan chismes todo el día. También para los que salen de la Iglesia a criticar, injuriar o hacer daño a los demás. La fe auténtica se prueba en la vida, no en ritos sin compromisos. Controla tu lenguota y evita el chisme. Reconoce lo bueno de los demás. Estás en este mundo porque eres especial y debes estar dispuesto a amar, y no juzgar. No seas portador de malas noticias; el chisme contamina.

martes, marzo 03, 2009

Los voluntarios: fuerza importante de la sanación

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

El sábado pasado celebramos la gran Misa de Sanación mensual en la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church, Virginia. Que vitalidad y fuerza de una Iglesia viva que proclama que Nuestro Señor esta vivo, sanando, liberando y dándonos la oportunidad de la conversión. Miles y miles de personas se hicieron presentes en esta gran celebración que afortunadamente nos ubica en el Tiempo de Cuaresma donde se nos pide que nos mantengamos en completa oración.



Y eso es lo que la Misa de Sanación nos brinda, el poder de entrar en oración bien sea de recogimiento o en el gozo, en las plegarias de petición o de agradecimiento. Cada testimonio dado en esa noche y en cada Misa ha sido para dar gloria a Dios que con sus manos poderosas continúa haciendo su obra redentora acompañada de muchísimos e interminables milagros.



Lo que más me llama la atención es también como Dios usa igualmente las manos de los hombres para llevarnos hacia Él. En el caso de la curación del paralítico (Mateo 2, 1-12), nos está recordando que el trabajo en equipo si da resultados porque todo esto lleva a un mismo fin que es acercarnos a Cristo y dejar que el haga maravillas en nosotros sus hijos enfermos y dolientes.



En el caso del paralítico “le vienen a traer un paralitico llevado entre cuatro.” ¿Quiénes son? Hubo que bajarlo. ¿Quienes fueron? Había que recibirlo ¿Quienes lo recibieron? No conocemos sus nombres, son anónimos, no asumen el papel de protagonistas. Su iniciativa refleja las mil voces, manos y presencias que en el mundo del sufrimiento ofrece; resquicios de luz al que se siente triste, desgastado y debilitado por la enfermedad, a él que ha perdido la esperanza y las ganas de seguir viviendo.



Estas personas que sacrifican el tiempo de pasar con sus familias, que dejan de ganar un salario a pesar de la crisis económica, son los verdaderos anónimos voluntarios de la compasión de la misericordia y del amor. Hoy más que nunca las personas necesitan una sanación física, que es al mismo tiempo una invitación a la renovación total. Nuestra sociedad hoy en día necesita una nueva reevangelización con muchos equipos llenos de hermanos y hermanas dispuestos a ser señalados, criticados y rechazados por los hombres pero no por Cristo Nuestro Señor. Cada vez estamos experimentando que más y más gente está llegando a las Misas de Sanación, porque en realidad el poder de Dios si que se siente, pues estamos los católicos bendecidos y encendidos.

Gran multitud se hizo presente en la Misa de Sanación

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Ni el hielo, ni la nieve, ni el gran frío del sábado pasado paralizaron a la cantidad de personas que se hicieron presentes en la gran Misa de Sanación en la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church, Virginia. El sábado pasado cerca de 3 mil personas colmaron las instalaciones de esta inmensa Iglesia ya conocida por todos los fieles católicos y no católicos por su capacidad de albergue y por sus numerosos programas pastorales.



Hubo en esa noche nieve en cantidad para todos, testimonios que nos hicieron llorar y dar gracias a Dios por la abundancia de sanaciones, milagros, liberaciones y gozo a plenitud para los corazones sedientos de paz y reconciliación. ¡Que gran oportunidad para continuar preparándonos para la Cuaresma! Todos sentimos en la Misa un gran gozo y una inmensa paz, como los apóstoles en realidad sentimos la presencia de Dios que vino a encender nuestros corazones.



Fue impresionante ser testigo de los milagros del Señor, poder atestiguar con aquella inmensa oleada humana, ver a los enfermos caminar fuera de su sillas de rueda, venir de sus hospitales a dar testimonio de sanación y de la presencia del Señor tocando y sanando heridas, madres dando testimonios de poder tener un hijo o que sus hijos con graves dolencias ahora están sanos. Nos impresionó igualmente ver la mujer con metástasis en todo su cuerpo después de haberla visto tan frágil y tan esquelética y sin muchos meses de vida, pues eso era lo que los médicos le habían dicho, ahora en el medio de la muchedumbre daba gloria a Dios porque su cáncer detectado en todos su órganos ha ido desapareciendo lentamente y ella ha encontrado sanación a través del poder de la oración y la fuerza del Espíritu Santo y así muchas más manifestaciones de gloria, que despiertan la fe dormida de muchos incrédulos y que atrae a tantos que se fueron del verdadero hogar cristiano y han regresado con esos testimonios a la casa católica.

Una vez más la cantidad impresionante de asistentes a la Misa de Sanación, fuimos testigos de lo que dice Jesús: “impondrán las manos sobre los enfermos y sanaran” (Marcos 16-18). Seguimos en la Iglesia Católica: ¡Bendecidos y Encendidos!

lunes, marzo 02, 2009

Gracias Señor por un año más

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Si, con todo el corazón, gracias Señor, por un año más de vida que tu me das. Son las palabras que cada día dentro de mis oraciones elevo a mi Señor Jesús. No sólo este día de cumpleaños sinó siempre.



Ha sido muy interesante cuando la gente me ha preguntado: "Padre y cuantos años tiene usted?" Yo les he respondido: "Cinco y medio." "¿Cinco y medio?" La gente se queda intrigada. "¿Perdón? No lo entiendo, padre. ¿Como que que cinco y medio?" "Si, es la pura verdad", les respondo, pues después de mi agonizante enfermedad, y al sentir que mi vida se acababa, y que medicamente ya no tenía esperanzas, fué el mismo Cristo de Nazaret que me trajo de nuevo a la vida, dándome una nueva oportunidad de vida. Desde hace cinco años y medio volví a nacer; desde ese instante, me he propuesto vivir la vida con más intensidad, disfrutando más la oración, entregándome más al servicio de mis hermanos, y con la misión de proclamar en todos los lugares que Dios está vivo, que él sana, y que es Rey de Reyes.

Cada minuto y segundo de mi existencia, le doy gracias a Dios, disfruto con pasión celebrar la Santa Eucaristía, vivo la predicación y siento que el gozo Cristiano en mi vida es luchar por los más necesitados. Aunque no soy un hombre perfecto, siento la misericordia de Cristo en mi vida y en la de los demás.

El padre Alexander Diaz, sacerdote de origen salvadoreño que vive en mi misma parroquia, me preguntaba el otro día: "¿Porque yo casi nunca te veo triste y enojado?" Y le conteste: "Cierto, porque cada día siento en mi corazón el fuego vivo del Espíritu Santo que me impulsa a seguir viviendo. "

Agradezco a todas las personas que me han acompañado en este día, a los que cumplen años en marzo, felicitaciones al Padre Fernando Franco de la Iglesia Santa Bernardita, que cumple años el dos de marzo también.

Y gracias Señor porque este día aquí en Virginia, no pude salir de mi casa a celebrar mi cumpleaños fuera, porque es el dia en esta temporada en que más nieve ha caido. La mayoria de los caminos estan cerrados menos el tuyo Señor. Gracias.

Practiquemos las Obras de Misericordia en la Cuaresma

Por el Rev. José E. Hoyos
Boletín Interparroquial
1 de marzo de 2009

En este tiempo de Cuaresma sería muy importante para todos los Católicos que tomáramos muy en serio la reflexión sobre lo que en realidad son las obras de Misericordia. ¿Por qué ya no las practicamos? Y por qué son de suma importancia para enriquecer nuestra vida espiritual? "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia." (Mateo 5,7)



Jesús nos enseña qué es la misericordia, cuando nos fijamos en su actitud frente al dolor o a la necesidad. Jesús vino a salvar lo que estaba perdido, a cargar con nuestras miserias para aliviarnos de ellas, a compadecerse de los que sufren y de los necesitados. Cada página del Evangelio es una muestra de su misericordia con todos. Busca en el Evangelio Lucas 15,11-32; Lucas 10, 30-37; Mateo 18, 23-35; Mateo 18, 12-14 y verás que Jesús hace de la misma misericordia uno de las temas principales de su predicación.

El campo de la misericordia es tan grande como la miseria humana que se trata de remediar, pues eso es la misericordia: "compasión de la miseria ajena, que nos mueve a remediarla, si es posible" (San Agustín). "Quien practique la misericordia -- dice el apóstol -- que lo haga con alegría: esta prontitud y diligencia duplicarán el premio de tu dádiva. Pues lo que se ofrece de mala gana y por fuerza no resulta en modo alguno agradable ni hermoso." (San Gregorio Nacianceno) "La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostene a la otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es ruina, destrucción" (Santo Tómas). "La caridad no se practica solo con el dinero, podeís visitar al enfermo hacerle un rato de compañía, prestarle algún servicio, arreglarle la cama, prepararle los remedios, consolarle en sus penas, leerle algún libro piadoso" (Santo Cura de Ars).

Mi deseo de conversión se concreta acudiendo al Sacramento de la Penitencia, superando las divisiones, perdonando y creciendo en espíritu fraterno y practicando:

Las Obras de Misericordia Espirituales:

  • Enseñar al que no sabe
  • Dar buen consejo al que lo necesita
  • Corregir con respeto al que se equivoca
  • Perdonar las injurias
  • Consolar al triste
  • Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo
  • Rogar a Dios por los vivos y los muertos

Las Obras de Misericordia Corporales:

  • Visitar al enfermo
  • Dar de comer al hambriento
  • Dar de beber al sediento
  • Socorrer al cautivo
  • Vestir al desnudo
  • Dar posada al peregrino
  • Enterrar a los muertos


"Porque tuve hambre y ustedes me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Pasé como forastero y ustedes me recibieron en su casa..." (Mateo 25, 35-36)

Foto: Works of Mercy/Works of War (Obras de Misericordia/Obras de la Guerra) de la artista Rita Corbin