viernes, agosto 21, 2009

Sacerdotes untados y caminando con el pueblo

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
21 de agosto de 2009

Aprovechando este Año Sacerdotal instituido por el Papa Benedicto XVI para dar realce a las vocaciones sacerdotales y a los sacerdotes en todo el mundo, ha empezado una campaña de oración, de eventos religiosos y musicales para celebrar este acontecimiento con el honor y el respeto que se merece.

Pero la persona central de este año es el sacerdote. La persona que a través de su preparación académica y formación espiritual por 3 años de filosofía y 4 años de teología, sin contar alguna especialización, se constituye en el eje moral y líder de una comunidad parroquial asignada por el Obispo. Del sacerdote se espera hoy mucho, con un equilibrio en su temperamento y en su actuar: capaz de enfrentar los problemas, tolerando lo tolerable y comprendiendo las incomprensiones.

Pero, sobre todo, que se le note que está trabajando por una santidad personal con proyección a sus feligreses, que sea un hombre del pueblo, destacándose por las siguientes características:

  • Amigo de todos y dispuesto a escuchar siempre.
  • Pastor con esmerada preparación, sencillo y humilde que evite todo tipo de confrontación y prepotencia.
  • Sin búsqueda de intereses personales, dispuesto a morir a sí mismo, a sus razones y a sus egoísmos.
  • Un hombre preocupado por la situación social, local e internacional.
  • Un hombre de esperanza, con autoestima positiva y súper enamorado del Evangelio y de la Santa Eucaristía.
  • Un profeta que denuncie los males y pecados, con el sello del amor y de la misericordia, buscando producir la conversión del pecador, pero jamás ofendiendo su dignidad y mucho menos su integridad con la violencia verbal o física.
  • Un portavoz de mensajes positivos que construyan puentes y que derriben barreras, que acerquen a los que están distanciados, que animen al establecimiento de la justicia, del perdón, de la unidad, de la fraternidad, de la solidaridad.
El sacerdote es otro inmigrante más ya que no puede olvidar que el sufrimiento del indocumentado es su propio sufrimiento y que su tarea es llevar alivio a los más necesitados y abandonados en nuestra sociedad.

Ayudemos, perdonemos y oremos por los sacerdotes en el Año Internacional del Sacerdote.

jueves, agosto 20, 2009

35 Años de Aniversario

Por el Padre José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
20 de agosto de 2009

Nuestra Diócesis de Arlington ha celebrado por todo lo alto 35 años de fundación. Este ha sido un gran evento religioso e histórico, pues no podemos olvidar que todo comenzó cuando la Diócesis de Arlington se formó al desligarse de la Diócesis de Richmond cuando oficialmente el 13 de agosto de 1974, el obispo Thomas Jerome Welsh, tomó posición como el primer obispo.

El segundo obispo John R. Keating ordenado como obispo de Arlington el 4 de agosto de 1983 sirvió hasta su muerte ocurrida en Roma el 22 de marzo de 1998. Nuestro tercer y actual obispo es Monseñor Paul S. Loverde, anterior obispo de la Diocesis de Ogdensburg, Nueva York y quien tomó el cargo oficialmente el 25 de marzo de 1999.

Con la invocación del patrón de la Diócesis de Arlington, San Tomás Moro y Santa Elizabeth Seton, el obispo Paul S. Loverde dio la bienvenida a todos los asistentes, en especial al Nuncio Pietro Sambi, representante de Benedicto XVI a los Estados Unidos. El Cardenal Emérito de Washington Theodore McCarrick, Cardenal William Keeler de la Arquidiócesis de Baltimore; Arzobispo de la Arquidiócesis de Washington Donald W. Wuerl; Obispo Martin D. Holley obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington; Obispo Barry Knestou, Obispo Denis J. Madden, Obispo Timothy P. Broglio y otros invitados especiales.

En la homilía, el Obispo Loverde explicó como la Diócesis desde su fundación ha ido creciendo, los frutos que ha producido y la riqueza tan importante que los grupos multiculturales han aportado a la Diócesis de Arlington. Las palabras del Cardenal Theodore McCarrick fueron muy breves y sencillas pero motivaron al numeroso público asistente para que fuera emotivamente aplaudido. Nos llamó la atención las Oraciones de los Fieles que fueron dadas en diferentes idiomas y cada participante llevaba un traje típico de su país. El coro dirigido por Rick Gibala de la Catedral de Santo Tomás Moro fue acompañado por una numerosa comitiva representando a las diferentes parroquias de la diócesis.

En realidad la Diócesis de Arlington ha dejado una gran huella positiva en cada lugar y en cada Católico. Son muchas las obras de caridad, obras sociales, nuevos colegios y proyectos que están ayudando a solucionar los problemas que han traído la crisis económica y la crisis de valores en nuestra sociedad. El obispo Loverde ha sido un gran pastor, un trabajador de la Iglesia siempre en constante actividad por la Iglesia, como dicen muchas familias hispanas. Estamos muy orgullosos y felices de tener un gran obispo, con un Santo Carisma y un luchador por los más necesitados. Felicidades en estos 35 años que han sido signos de esperanza y un acercamiento a un Cristo vivo.

miércoles, agosto 19, 2009

Hablemos del amor con obras y acciones positivas

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
7 de enero de 2010

Claro que si hablemos del amor a toda hora, aunque no sea el día de San Valentín o el día del amor y la amistad. No solo hablemos del amor; practiquémoslo de muchas maneras dándolo y recibiéndolo. Nuestra sociedad hoy en día con toda su problemática necesita regresar a vivir este don maravilloso dado por Dios.

El amor es sin lugar a dudas la palabra más dulce y atractiva de todas, la más usada en el mundo, la que de verdad penetra las fibras más sensibles del ser humano, la que corre con mayor empeño y calor por entre las venas del espíritu humano, la que motoriza los cambios más patéticos y profundos del alma, la que conduce a los héroes del orbe cristiano y no cristiano al martirio de la entrega diaria de la vida a favor de los enfermos, de los desposeídos, de los mendigos, de los niños, de los ancianos, de los carentes de hogar y de ternura.

Hablar de amor no es dibujar un corazón, o dar un ramo de rosas rojas, o una caja de chocolates y una conmovedora tarjeta con un mensaje romántico. Amor es más que eso; es un sentimiento noble que hace que el ser humano baje sus ojos al que está abandonado de su suerte, lo levante y le de amor, compasión y lo ubique en un buen puesto en la comunidad.

¿La mejor definición de Dios? “Dios es amor” (Juan 4, 8).
¿El Mandamiento Universal? “Amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos”.
¿La energía que en el fondo mueve toda acción? El amor.
¿La cosa más bella de todas? El amor.


Como nos dijera la amorosa Madre Teresa de Calcuta: “El amor, en su sentido profundo, no se circunscribe a la materialidad de una realidad, sino al aliento que da vida a dicha realidad material”. El amor no está en la rosa, sino en su perfume. El amor no está en el pájaro prisionero, sino en su libertad. El amor no está en el regalo que das, sino en el sentimiento con que lo das. El amor no está en la tarjeta que envías, sino en su contenido, que a su vez anidas en tu corazón. Por que el amor está en tu corazón. Sin embargo, como nos dijera Emerson: “Los hombres grandes son aquellos que sienten que lo espiritual es más poderoso que cualquier fuerza material”. Recuerda: Obras nobles son amores que nunca se olvidan.

lunes, agosto 17, 2009

No grite, no estamos sordos

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Me sorprende tantas veces cuando estoy en un sitio público o voy en la calle escuchar a las personas gritándole el uno al otro, bien sea para dar un mensaje, porque están enojados o muy alegres, pero mi pregunta es: ¿porque nos gusta gritar? Será que los músculos de la garganta o de la boca lo necesitan? O para preguntarnos si estamos vivos?

Un día el Maestro pregunto a sus discípulos lo siguiente: “¿Por qué las personal se gritan cuando están enojadas?” “Porque perdemos la calma”, dijo uno, “por eso gritamos.” “Pero ¿Por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? ¿Porque gritas a una persona cuando estás enojado?” Los discípulos dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al Maestro. Finalmente él explicó: “Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho y para cubrir esa distancia deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno al otro, a causa de esa gran distancia.”

Luego el Maestro agregó: “¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿Por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, solo susurran y se vuelven aun más cercanos en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, solo se miran y eso es todo. Así es: ¡cuan cerca están dos personas cuando se aman!” Finalmente dijo: “Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más. Puede llegar un día en que la distancia sea tanta, que no encontraran más el camino de regreso.”

Grite en un incendio, si ve que a alguien lo va a atropellar un auto, o morder un perro, si se gana la lotería o para decir Amen, Gloria a Dios, Aleluya. Recuerde el grito contamina.