Hola mis amigos hoy quiero compartir con ustedes una bebida que contiene grandes refuerzos de sanación llamada “CASPIROLETA” o “CASPIRULETA” no es una palabra o bebida inventada por el padre Hoyos, sino que es una bebida estimulante que existe en Colombia, Perú, Venezuela y en otros países latinoamericanos.
La caspiroleta es una bebida compuesta de leche caliente, huevos, canela, azúcar, panela (en Venezuela papelón) y se utiliza generalmente como complemento alimenticio para niños débiles o enfermos.
En algunos lugares se le conoce como la bebida “candil” pues
cuando una persona se encuentra débil, delicada, deprimida, sin fuerzas este “candil”
o “caspiroleta” viene a encender el sistema inmunológico y la persona comienza
a recuperarse milagrosamente.
Para nuestra FE popular la podemos comparar con la misma
fuerza del Espíritu Santo. Es la caspiroleta que al invocar el espíritu Santo;
nuestro organismo reacciona. La comparo al Espíritu Santo pues cuando nos
embriagamos de su fuerza hay una gran transformación en nuestras vidas y un
cambio definitivo en nuestra salud.El espíritu Santo fue enviado desde lo alto en este gran pentecostés para sacar de nuestras vidas todo miedo, temor y darnos fortaleza en la necesidad y enfermedad.
Lógico que una caspiroleta para que funcione tiene que ir acompañada de la invocación del Espíritu Santo, luego ofrecida con Fe, servida con mucha Oración “Todo cuanto pidáis en la Oración, creed que ya lo habéis recibido” (Marcos 11,24).
La caspiroleta es un antioxidante espiritual con poderes sanadores
que fortalecen el organismo desgastado.
La salud es una poderosa bendición que muchas personas hoy en día no aprecian ni cuidan. “El corazón constituye buen remedio; más el Espíritu triste seca los huesos” (proverbios 17,22).
“Si, pues coméis o bebéis,
o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31)La salud es una poderosa bendición que muchas personas hoy en día no aprecian ni cuidan. “El corazón constituye buen remedio; más el Espíritu triste seca los huesos” (proverbios 17,22).
Si quieres realmente estar sano y fuerte, fortalécete cada día con la caspiroleta del Espíritu Santo.