Por José
Eugenio Hoyos
En cada congreso Carismático, evento espiritual o jornadas de
sanación y liberación donde he sido invitado a predicar a nivel internacional
me doy cuenta que cada vez aumenta el número de personas en la Renovación Carismática
(RCC) y todo esto se debe a la participación y convocatoria en los seminarios
de Vida en el Espíritu Santo.
El servidor Carismático está llamado a ser un nuevo profeta
en este mundo y un protagonista en la Nueva Evangelización, es por esa razón que
cada Carismático sea asiduo y perseverante en la oración y en la asistencia a
las asambleas y grupos de oración.
Dios le dijo a Abraham: “Sal de tu tierra y de tu patria y de
la casa de tu padre hacia la tierra que yo te mostrare” (Génesis 12, 1).
Y este es un llamado para los millones de inmigrantes Católicos
que se encuentran en tierras extranjeras para que sean firmes en su fe y se
protejan con el poder y la coraza del Espíritu Santo.
Quien se atreve a seguir a Jesús y ves parte de la cultura de
Pentecostés no puede esperar un futuro y una suerte distinta a la de su Señor. Pues
en el camino está la cruz, la persecución, el conflicto, la critica, la
envidia, la división, la negación de si mismo y hasta la muerte
espiritual. Como premisas de la liberación
y de la exaltación que provienen del señorío de Jesús.
Esto solo es posible cuando el servidor asume el seguimiento
incondicionalmente (MT 10, 24). Quien sigue a Jesús e invoca al Espíritu Santo
no camina en tinieblas, sino que esta llamado a poseer la luz de la vida.. El discípulo
Carismático sigue la promesa de Pentecostés y tiene la promesa de estar como
servidor justamente allí donde esta su maestro (Juan 8, 12; 12, 44).