La Fe nos ayuda a convencernos cada vez más que el único que Sana y libera es Cristo Jesús; hay que creerle con Fe a Cristo y obtendremos maravillosos y sorprendentes respuestas en nuestras vidas. En la carta a los hebreos 11- 1-8 se nos dice: “La Fe es aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver”.
Esto mismo es lo que recordamos de nuestros antepasados. Por la fe creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene origen en lo que no aparece.
Por la Fe Abel, su sacrificio fue
mejor que el de su hermano Caín; por eso fue considerado justo, como Dios lo
dio a entender aprobando sus ofrendas y aun después de muerto, por su Fe sigue
aclamado.
Por su Fe también Henoc fue
trasladado al cielo en vez de morir, y los hombres no volvieron a verlo; porque
Dios se lo había llevado. Antes de que fuera arrebatado al cielo, se nos dice
que había agradado a Dios. Pero sin la Fe es imposible agradarle, pues nadie se
acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan.
Por la Fe, Noé escucho el anuncio de
acontecimientos que no se podían anticipar y construyo el arca en la que iba a
salvarse con su familia. La Fe de Noé condenaba a sus contemporáneos y por ella
fue reconocido justo, lo cual es el fruto de las Fe.
Por la Fe Abrahán llamado por Dios, obedeció
la orden de salir para un país que recibiría
en herencia y partió sin saber adónde iba. La Fe hizo que se quedara en la
tierra prometida, que todavía no era
suya.
La mayoría de la gente que está
siendo sanada por Cristo en las Misas de Sanación, en la imposición de manos,
en Vigilias, Horas Santas y retiros espirituales no han sido Sanados por la emoción
sicologica sino por la Fe y la perseverancia en la Oración.
Algo que nos llama la atención a través
de una predica, una palabra puede también ayudar a Sanar y a cicatrizar una
herida. Todo es posible para el que cree y tiene la fe. La Sanación y los
Milagros no suceden cuando lloras sino cuando Oras.