viernes, abril 16, 2010

Abracadabra patas de cabra

por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
16 de abril de 2010

Dios por supuesto es más que un mago, es el Rey de Reyes.

El poder de Dios sobre cada creyente que expresa su oración a través de la fe no son manifestaciones mágicas. El poder de Cristo sobre las enfermedades, angustias, depresiones, crisis, etc., es un poder real y divino.

Pero desafortunadamente cuando estamos en un problema económico, en una crisis matrimonial, atravesando un cáncer, una enfermedad terminal o en un grave peligro, invocamos el nombre de Dios después de haberlo tenido olvidado como si Dios fuera un mago y tuviera una varita mágica para resolver los problemas. Nuestro Dios por supuesto es más que un mago, es el verdadero Rey de Reyes y medico divino; él tiene un poder sin límites y de compasión infinita. Él usa palabras eternas para sanar.

Anteriormente la expresión “abracadabra” las utilizaban los médicos para dar alivio a los enfermos. La palabra pasó al mundo a través de la magia al de la medicina, a partir de la frase hebrea “abreg ad abra” que significa algo así como “que un rayo alcance a los muertos”. Otra teoría dice que la frase viene del árabe “arrah kedabra”, que se traduciría como “crearé algo mientras hablo”, lo cual se parecería más a la forma en que la utilizan los magos de hoy en día en sus actuaciones.

Pero muchos cristianos vivimos en un mundo de ilusiones espirituales, con los pies en el aire y en las cosas de Jesús no hemos aterrizado. Le pedimos a Dos una multitud de cosas pensado que con sólo decir “abracadabra” se nos va a solucionar todo. Pues no hay que trabajar duro en nuestras vidas: orando continuamente y doblando rodillas. Hay que poner nuestra firmeza en Dios, que es nuestra roca. Si tenemos miedo nos acompañarán los fracasos. Pues con Dios sea lo que sea saldremos victoriosos; la confianza no debe estar puesta en la barca de Jesús, sino en Cristo, que contigo va, Él se subió a la barca contigo y, aunque por el momento parece dormir, está bien atento a tus necesidades.

Muchas veces nos enojamos con Él, pero olvidamos pedirle con confianza; no con la varita mágica, ni con las palabra “sin salabin”, “ábrete sésamo” o “abra cadabra patas de cabra”, etc., sino con palabras en un corazón arrepentido: Creo Dios firmemente en ti, sálvame y sáname que ya no puedo más.

Rescátame que se me han agotado las fuerzas y los recursos humanos. Recién allí le empiezas a dar a Jesús el poder para que se ponga de pie en tu vida. Confía solo en su poder.

jueves, abril 15, 2010

Jesús mírame y te seguiré

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

En cada retiro, vigilia, encuentro o evento religioso en que hemos sido invitados, llegamos con una gran expectativa y ansias de que algo extraordinario suceda en nuestras vidas. Por lo general, ya no nos contentamos los cristianos con migajas de pan, sino que queremos un banquete espiritual completo, un pan gigante que nos llene completamente. Y en muchas ocasiones cuando estamos exigiendo demasiado vienen las desilusiones y nuestros bajones espirituales, nos retroceden como seguidores de la palabra de Jesús.

Es por eso que siempre debemos asistir a la invitación que nos da Cristo a estos eventos con corazón humilde, con actitud sencilla y dispuesta a que Jesús sea el que nos dirija con su mirada para así con los ojos del Nazareno y su luz divina seguirle a donde el quiera no a donde yo quiera. Sus caminos deben ser mis caminos.

Señor Rey del universo en estos momentos difíciles que esta viviendo nuestra comunidad tú conoces las necesidades de cada persona. Es por eso que en este tiempo apocalíptico esperamos que tu presencia llegue hacia nosotros. Por eso mira Señor nuestros corazones y nuestras vidas. Alguien esta pasando entre la multitud, alguien camina por ahí se oye gritar a la gente, porque se siente la presencia de un hombre grande y con poder en este lugar. La presencia del Señor esta aquí en Jesús que sana los enfermos, que da la vista a los ciegos, el que hace hablar a los mudos, liberta a los cautivos: es JESUS, JESUS MIRAME Y TE SEGUIRE… mírame como a Zaqueo (Lc 19, 1); “cuando levantaste los ojos le dijiste: Zaqueo baja enseguida que me voy a hospedar en tu casa. Miraste al paralítico y le dijiste: “tus pecados te son perdonados” (Mt 9, 8); y luego lo sanaste. Mirada de amor, de salud y de esperanza en el perdón.

Mírame Jesús como al leproso. En tu poder esta el sanarme en tu poder que nunca me separe. Transforma mi corazón (Mt. 8. 3). Quiero, se limpio. Mírame como a los apóstoles cuando los elegiste tus amigos a la orilla del lago y ellos te siguieron (Jn 1, 35-40). A mi también me h as elegido y te seguiré hasta la muerte. Mírame ahora, siempre contigo Señor Jesús. ¿A quien iremos? Tu solo tienes palabras de vida eterna.

Elegidos para proclamar un Cristo Vivo

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Con un mundo sin rumbo, sin norte y desfocado en que nos encontramos actualmente es necesario que nos preparemos y animemos a otros a anunciar el Evangelio. Nuestra sociedad actual necesita urgentemente laicos comprometidos en la predicación y en la participaron de ministerios que atraigan nuevos miembros y animen a los que ya están en nuestra Iglesia.

El mismo San Pablo entendió que el mensaje de Jesús no se podía quedar en una sola persona, una voz o una Iglesia tenían que convertir en el compromiso de todos porque la Iglesia somos todos y para todos. El mismo nos recuerda “¡Ay de mi si no evangelizo!” (1 Cor 9-16). San Pablo nos demuestra su enamoramiento de la palabra de Dios a través de su obra evangelizadora, la predicación de San Pablo dejaba huella y eco en los corazones de los creyentes.

Definitivamente la mejor forma de evangelizar consiste en dar testimonio de aquello en lo que creemos. Cada bautizado en la Iglesia Católica debe ser un predicador de calidad, que impresione a su hermanos y que los convenza de que están en la Iglesia verdadera; “La Católica”. “Yo cuando fui a predicar, no fui con el prestigio de palabra elegante, ni de sabiduría. Me presente débil, tímido, tembloroso y mi palabra y mi predicación no tuvieron anda de los persuasivos discursos de la sabiduría para que la fe de los oyentes no se funde en la sabiduría del hombre sino en el poder de Dios” (1 Cor 2, 1-6). El evangelizador de este nuevo mundo, debe ser un gran instrumento de Dios. No es una mera herramienta que no tiene filo y que se queda de adorno.

El evangelizador elegido por Dios debe proclamar un Cristo vivo con exigencia buena, alegre, bella, dulce, misericordiosa. En la misma línea de no podemos callar lo que hemos visto y oído ( Hc 4, 20). San Pablo quiere decir algo mas profundo: si no evangelizo. Yo pierdo mi oportunidad y también la pierde el otro, el que talvez sin saberlo, esta esperando nuestra intervención fundamental para creer y sumarse al plan salvifico y amoroso de Dios.

No hay que tener miedo a prestar el servicio como servidor de Cristo en los ministerios de predicación, sanación, liberación, intercesión, ministros extraordinarios de la Eucaristía, lectores etc. Hay que decirle si a Dios y dejar que el Espíritu Santo nos de la fortaleza y nos quite la flojera espiritual como San Pablo nacido al hombre nuevo, tenemos que reconocer las otras fronteras de nuestra sociedad, aquellas que nos reclamen ir mas allá y “navegar mar adentro”. La clave es oración, ayudo, compromiso, ganas de servir y dejar el miedo en le pasado. ¡a Él la gloria por los siglos de los siglos! Si se puede.

martes, abril 13, 2010

Sanación y milagros de Cristo en Montreal – Parte 1

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Cuando los organizadores del congreso anual de la Renovación Carismática Católica de Montreal, Canadá me invitaron para que fuera a predicar, me llene de mucha alegría y gozo pues era la primera vez que estaría en tan famosa ciudad canadiense. Donde solo tenia conocimiento de ser una gran ciudad cosmopolita sede de los juegos Olímpicos de 1976.


Y para mi gran sorpresa encontré una comunidad hispana bien comprometida con la fe y con la fuerza del Espíritu Santo. En este congreso titulado “ustedes son un pueblo escogido, una nación consagrada”, los diversos grupos de oración de Montreal se hicieron presente en gran numero en esta ocasión por muchos motivos: para acercarse mas a Dios, con su presencia al evento testificar que Cristo ha resucitado y que el tiempo de Pascua se siente, recibir sanación y de dar testimonio de los milagros recibidos, pero había también una gran expectativa de celebrar este fin de semana la Fiesta de la Divina Misericordia.




Para mi fue un gran privilegio compartir con estos hermanos de Canadá y en compañía del predicador laico juvenil el Hno. David Bisono; nos dimos cuenta que el ardor, el fuego y las sanaciones de Cristo Jesús se dan en todas partes donde invoquemos su nombre en la intensidad de la oración y de la alabanza.


En este evento encontramos una gran organización, gran compromiso de los servidores y una comunidad presente de un entusiasmo contagiante y un derramamiento de los dones del Espíritu Santo. Se vivía un nuevo Pentecostés. El llamado Divino exige que pasemos mucho tiempo en oración, que apoyemos estos eventos, congresos y retiros pues se convierten en verdaderos refuerzos espirituales cuando tenemos debilidades en el alma. Los discípulos señalaron esto cuando dijeron: “y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (Hechos 6:4).


Jesús dijo: “y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo; para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). San Pablo escribió que “el reino de dios no consiste en palabras, sino en poder” (1 Corintios 4-20).



Centenares de hermanos(as) que vinieron a este congreso derrotados se fueron a sus hogares victoriosos y dando testimonio al recibir sanación de sus dolencias y enfermedades. Porque el Señor estuvo sanando a los que quitaron los candados duros de corazones enfermos. Y seguimos recibiendo testimonios de sanación para la gloria de Dios.