jueves, agosto 08, 2013

Testimonio de Sanación de epilepsia en Virginia.

Padre José Eugenio Hoyos y hermanos del Ministerio de Sanación e intercesión de la Renovación Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia.

Mi nombre es José Mauricio Ortega, asistí hace casi un mes a la misa de Sanación con mi esposa, mi madre y mis tres hijos. Había asistido varias veces a las Misas de Sanación pidiendo mejorar y restablecimiento por mi segunda hija Cristina quien desde hace más de 14 años viene sufriendo ataques de epilepsia, en varias Misas tuvimos que sacarla de la Iglesia, pues de un momento a otro comenzaba a convulsionar.

Pero en la Iglesia del Santísimo Sacramento en Alexandria, Virginia, fue diferente, nuestra hija estuvo todo el tiempo calmada, en el momento de la imposición de manos, notamos que muchos niños con problemas similares eran llevados por sus padres para recibir sanación entre ellos pudimos ver, niños con autismo , con ceguera, con parálisis y en silla de rueda.

 Al frente nuestro; Padre Hoyos usted se acercó a un niño de aproximadamente 9 o 10 años que padecía de Autismo y pidió a las personas que se encontraban cerca que con nuestras manos en alto Oráramos por este niño, mi hija que estaba cerca empezó a Orar también y luego nos impresionamos porque mi hija se desvaneció, cayó al suelo y quedo dormida por un buen rato. Teníamos mucho miedo que fuera a convulsionar pero fue todo lo contrario desde ese día nuestra hija Cristina tiene otro aspecto, la hemos llevado al médico y nos ha dicho que sorpresivamente está viendo un cambio muy positivo en nuestra hija, su autoestima ha cambiado, antes convulsionaba 2 o 3 veces por semana y hace más de un mes y medio que no convulsiona, los ataques epilépticos han desparecido, el doctor le ha mermado la dosis del medicamento, nuestra hija es ya otra persona y sentimos la presencia de Dios en ella.

Le damos gracias a Dios por este milagro y que Dios bendiga ese gran Ministerio. ¡Amen!

miércoles, agosto 07, 2013

Sintiendo la Sanación poderosa de Cristo.


Por Rev. José Eugenio Hoyos.

La comunidad Católica Hispana y Carismática no puede nunca olvidar que en cada Sanación y en cada milagro el que actúa directamente es Cristo y no el hombre.
En cada evento, retiro, hora Santa o Eucaristía por los enfermos y Misas de Sanación hay que comenzar recordándoles a los asistentes que el que va a Sanar hoy no es el Padre Hoyos, el Padre Betancurt, el Padre Campos sino que quien va a Sanar es el mismo Cristo Jesús, presente en la Santa Eucaristía.
Hay muchas expresiones de Fe y manifestaciones del Espíritu Santo que solo se van a entender a través de la luz del Evangelio. Son muchas cosas que son misterios y su aplicación sobrepasa nuestro entendimiento.
Solo tenemos que aceptar la voluntad de Dios, no la nuestra ni mucho menos la del hombre.

San Pedro nos dice: “estén preparados a responder a todo lo que nos pida la razón de la esperanza que ustedes tienen, pero háganlo con humildad y respeto” (1 P. 3,15).
Lógico que es un ambiente de Fe y de viva Oración, Dios puede hacer crecer y aumentar la Sanación.

Dios utiliza lo que hay fuera de nosotros: médicos y medicinas. Todos hemos sido sanados gracias a ellos “el altísimo creó en la tierra las medicinas y el hombre prudente no las desecha”: Eclo 38,4.
Las cosas creadas como las medicinas, plantas etc. Están dotadas de virtudes medicinales que han recibido de Dios.

 Dios a través de la Oración con ayuda de la imposición de manos, de las Alabanzas sana directamente. Su poder Sanador no tiene fronteras, ni espacio, el poder de Cristo es el único poder Sanador, que cicatriza cualquier herida. Solo basta confiar en ÉL.

lunes, agosto 05, 2013

Sacerdotes Carismáticos armando líos y dándole vida a la Iglesia


Por José Eugenio Hoyos.

“Quiero que salgan a la calle a armar lio, quiero lio en las Diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle. Quiero que nos defendamos de todo lo que es mundanidad, comodidad, clericalismo, de lo que es estar encerrados en nosotros mismos. “La iglesia no es una ONG” nos afirmaba el Papa francisco en el pasado encuentro mundial de la juventud en Brasil.
Y al escuchar estas palabras inmediatamente nuestras mentes nos dirigían a recordar Sacerdotes comprometidos con el Evangelio, con los pobres, con los inmigrantes. Aquellos que han sido mal interpretados y no apoyados, por algunos sectores de la Iglesia; exactamente por lo mismo que está diciendo el Papa Francisco “Armar Líos” esto no quiere decir armar problemas, conflictos  o revoluciones; todo lo contrario es agilizar la palabra de Dios y movilizar a las grandes masas a acercarse más a Cristo y vivir la Fe con dinamismo y vida.

Del Sacerdote actual el pueblo espera que se dinámico, con homilías y predicas que hablen del Evangelio, de salvación y muestren en su propio actuar y vivir un Cristo vivo.
Que sean hombres de esperanza, de contagio espiritual, con autoestima positiva, sean profetas enamorados de Cristo, del Espíritu Santo, del Evangelio y preocupados por cada uno de sus ovejas del rebaño asignado (El papa quiere Sacerdotes con olor a Oveja).

El Papa también dijo que la fe en Jesucristo no es una broma, es algo muy serio:     ¡Que haya venido a hacerse uno de nosotros es un escándalo, la cruz es el único camino seguro, pero por favor no licuemos la Fe, por favor no licuen a Jesucristo!
El Sacerdote como todo Cristiano, llamado a ser otro Cristo, tiene un desafío por delante y es el ser un agente cualificado de unidad, de respeto y apoyo a todos los movimientos de la Iglesia.

Debe distinguirse como un instrumento de unidad al interior de sus propios colaboradores, evitando el clasismo, la separación elitista, la exaltación de unos en detrimento de otros y procurando en todo armonía.
Cada Parroquia es el reflejo del liderazgo del Sacerdote.