miércoles, octubre 03, 2007

La revolución del Padre Hoyos

El Mundo
3 de octubre de 2007

Asume como una frustración personal el fracaso de la reforma migratoria en EEUU.

Debemos confesar que nos dejó gratamente impresionados y sumidos en hondas reflexiones - como muy seguramente sucedió a muchos lectores, como se des-prende de los mensajes de solidaridad y felicitación que hemos recibido - el testimonio de vida, de servicio, de valor humano y de convicción profunda que nos dejó el sacerdote José Eugenio Hoyos, en su entrevista con nuestro colaborador en Washington Juan Pablo Barrientos, que publicamos en nuestra habitual sección de Domingo, el pasado 30 de septiembre.

El padre Hoyos es un personaje excepcional por muchos motivos. Nacido en Buga, se hizo sacerdote en Colombia, donde ejerció sus primeros tres años de apostolado. Luego “me mandaron obligado” a EEUU por seis meses, según cuenta, para atender las necesidades espirituales de medio millón de refugiados salvadoreños y de eso hace ya veinte años, durante los cuales se ha ganado el afecto de la población hispana que lo considera su “ángel”; se ha granjeado el respeto y la admiración de gobernantes, políticos, dirigentes empresariales y organismos de derechos humanos; y, como si fuera poco, no le va mal el remoquete de “cura revolucionario” que le acomodó el Washington Post, del que pareciera sentirse orgulloso, pues su sentido de la revolución es eminentemente cristiano e inspirado en el Evangelio y en las Encíclicas sociales de la Iglesia, que aplica a su particular misión en defensa de los inmigrantes, tema sobre el cual ha escrito dos libros, uno de ellos titulado: Ningún ser humano es ilegal ni el reino de Dios tiene fronteras.

Aunque parezca extremista como planteamiento filosófico, la verdad es que en la práctica pastoral y también política – en el mejor sentido del término – del padre Hoyos, sus tesis sobre la condición de los inmigrantes, su papel en la sociedad a la que llegan, especialmente como “mano de obra barata” para realizar oficios que los nativos desechan o se niegan a desempeñar, y los derechos que les asisten y que deben ser reconocidos y respetados, han sido valoradas en distintos foros y escenarios e inclusive por personas de la talla del presidente Bush, que lo tiene entre sus asesores en temas de educación y específicamente en las necesidades que en ese campo presenta la comunidad latina en los Estados Unidos. Por eso asume como una frustración personal el fracaso en el Congreso norteamericano de la reforma migratoria propuesta por el primer mandatario.

Este “activista de los derechos humanos”, como se define, habla fuerte contra el capitalismo salvaje, que explota al inmigrante y le cierra posibilidades de mejorar su educación y su entorno familiar, y lucha por todos los medios legítimos, a través de su fundación Mapavi, para mover la conciencia de los poderosos y la solidaridad de la sociedad y “si por ello me llaman revolucionario, no me importa”, dice, porque mi revolución tiene un norte, tiene unos ideales, no como la revolución de los terroristas de las Farc”.

Y ésta es la otra faceta interesante del padre Hoyos: su franqueza y su coraje a la hora de condenar a los secuestradores y asesinos de su hermano Jairo, uno de los ex diputados del Valle del Cauca. Y comienza con una verdad de a puño que sólo entendemos plenamente quienes hemos sufrido en carne propia el terrible flagelo del secuestro: “cuando secuestran a una persona, secuestran a una familia completa”. Y cuenta que él, aún viviendo en EEUU, también estuvo secuestrado cinco años porque se sentía con las manos atadas para hacer algo por la libertad de su hermano, a pesar de sus contactos e influencias políticas y diplomáticas. Temía represalias de los bandidos. Sin embargo, la gente de todas las condiciones sociales fue tan solidaria, que se animó a venir a Colombia para participar en aquella gran marcha por la paz y contra el secuestro.

Ahora que ha terminado ese calvario para su familia, el padre Hoyos no duda en señalar como únicos responsables del múltiple asesinato “a sangre fría” a las Farc: “la monstruosidad de estos seres ha llegado muy lejos, y ahora son tan descarados de poner condiciones y de dárselas de buenos samaritanos al querer negociar, en fin, es el colmo el cinismo de estos señores”. Y es incluso más radical que el más radical de los colombianos en relación con el intercambio humanitario, en el que no cree mientras las Farc insistan en el despeje de territorio y en recobrar para sus filas a los guerrilleros presos: “Se han burlado de todos por años y lo seguirán haciendo mientras les sigamos abriendo la cancha”, sentencia el padre Hoyos, quien promete que no descansará hasta conseguir llevar ante los tribunales internacionales a los responsables del secuestro y asesinato de los ex diputados. “Muchos dicen que es culpa del gobierno y de las Farc, lo que es totalmente falso. Es únicamente culpa de las Farc... no se puede comparar al gobierno con un grupo de terroristas, pues no están al mismo nivel de comportamiento”.

¡Plenamente de acuerdo! El gobierno es responsable de luchar contra el flagelo, con todos los medios a su alcance, inclusive el rescate armado, bien planeado y mejor ejecutado, pero no puede haber ambivalencias a la hora de señalar a los culpables de que hoy haya 5.426 personas secuestradas, de las cuales 1.140 en poder de las Farc, según el último informe de la Fundación País Libre. Espantoso drama humano de miles de familias que no tienen siquiera el discutible privilegio de que sus parientes figuren en la lista de “canjeables” por terroristas presos. Ojalá el mensaje del padre Hoyos, con su inmensa autoridad, cale muy hondo en la conciencia de tantos colombianos indiferentes al dolor del prójimo.

lunes, octubre 01, 2007

El Padre Hoyos, secuestrado por 5 años

Según el Padre José Eugenio Hoyos, cuando secuestran a alguien, secuestran a toda una familia y, es por eso que así se sintió él por cinco años.

por Juan Pablo Barrientos
Colaboración desde Washington, DC
jbarrientos@elmundo.com
El Mundo
30 de septiembre de 2007


En cualquier esquina de la ciudad de Washington y el Área Metropolitana, donde haya uno o más hispanos reunidos, es común que haya un tema un común: El Padre Hoyos. Había escuchado su nombre en el Metro, en una de mis clases en la universidad, en un canal de televisión, en varios artículos del periódico Washington Post y otros diarios hispanos, en la radio, mejor dicho, hasta en la sopa de letras que me tomo se formaba el nombre de este hombre, que es todo un personaje revolucionario en la ciudad de Washington DC y sus estados aledaños Virginia y Maryland.

En Washington, El Mundo conversó con este sacerdote, que ha hecho de su vida un ejemplo y cuya historia recuerda, las muchas más de secuestro que se viven en nuestro país.

¿Padre, por qué un trabajo tan dedicado y destacado en Estados Unidos y no en Colombia?

“Todo mundo cree que aquí no hay pobres, y quien creyera, hay gente que aguanta hambre, que se muere porque no tiene un seguro médico, que tiene necesidades espirituales. Cuando vine aquí me mandaron obligado y solo por seis meses, pues necesitaban sacerdotes que atendieran a los salvadoreños que estaban viniendo a Estados Unidos después de la dictadura. A más de 500.000 les dieron asilo político y no tenían quién atendiera sus necesidades espirituales. Con el tiempo me fui dando cuenta de la injusticia social y de la explotación al latino y empecé a formar mis fundaciones, para ayudar al latino no solo aquí sino en sus países se origen”.

¿Y cómo llegó a ser Asesor Presidencial para la Educación?

“El senador Davis del estado de Virginia me propuso y el presidente Bush me llamó y me pidió ayuda. Es un grupo de ciudadanos de todo el país que nos reunimos periódicamente con el presidente a discutir temas de educación. Yo me concentro más en la comunidad latina y sus necesidades, pues hay una necesidad increíble de formación al latino, ya que éste es explotado laboralmente y no es bien remunerado, está perdiendo su dignidad pues el sistema capitalista lo absorbe. No hay posibilidades educativas claras, especialmente para los jóvenes y, es ahí donde estoy trabajando”.

En el periódico Washington Post lo han tildado como un revolucionario, ¿a qué se debe este calificativo?

“Soy un activista de los derechos humanos y, desde que llegué a Estados Unidos he visto que no se respeta la dignidad humana y, que el latino es irrespetado, maltratado y oprimido. Uno de mis libros se titula: “ningún ser humano es ilegal ni el reino de Dios tiene fronteras” y, es esto precisamente lo que defiendo, la dignidad del inmigrante. Este año fue muy frustrante para mi, pues después de tantos años de lucha, la reforma migratoria se vino al piso, no es justo y, más llevando a consideración que este es un país de inmigrantes. No me importa que me llamen revolucionario, pues mi revolución tiene un norte, tiene unos ideales, no como la revolución de los terroristas de las Farc”.

Bueno, ya que tocó el tema me gustaría preguntarle sobre la muerte de su hermano, ¿cómo recibió la noticia?

“Yo te digo: cuando secuestran a una persona, secuestran a una familia completa. Yo estuve secuestrado por 5 años, mis manos estaban atadas y aunque tenía contactos aquí con senadores y representantes de la diplomacia mundial, preferí callarme, solo por temor a que le hicieran algo a mi hermano. Cuando escuché la noticia, mis esperanzas se vinieron al piso, pero me puse a orar. En cuestión de minutos mi parroquia se llenó y, más de 3000 personas asistieron a un servicio religioso que no estaba programado. Embajadores, senadores, alcaldes, en fin, tanta gente mostró su solidaridad. Al día siguiente viajé a Cali para participar en la marcha por la paz”.

¿Y para usted está todo claro, en cuestión de cómo asesinaron a su hermano y a los otros diputados?

“Claro, es que no se necesita ser un médico forense para saber que estos asesinos los mataron a sangre fría. Ellos tenían la responsabilidad de devolverlos sanos y salvos, pues si los tomaron vivos los tenían que devolver vivos, pero la monstruosidad de estos seres ha llegado muy lejos y, ahora son tan descarados de poner condiciones, de dárselas de buenos samaritanos al querer negociar, en fin, es el colmo el descaro y el cinismo de estos señores”.

¿Cuál cree que es la solución para la situación política del país?

“Para conseguir la paz hay que invertir socialmente. Cuando la guerrilla vea que los pobres tienen esperanzas, tienen un futuro, es cuando van a dejar de cometer atrocidades. El problema es que nos han visto la cara de idiotas y es por eso que tan pocos manipulan a 45 millones. No hay ninguna formula eficaz, pero la inversión social es parte de la solución”.

¿Cree que se va a dar el intercambio humanitario con la facilitación de Piedad Córdoba y Hugo Chávez?

“Cuando un grupo de personas comparte una misma ideología hay entendimiento, y cuando hay entendimiento hay resultados”.

¿Podría ahondar un poco más en lo anterior?

“Es que no se si somos ineptos o estamos perdiendo la guerra. Uribe ha estado detrás de las cabezas de la guerrilla por más de 5 años con todo un ejército. Soldados metidos en la selva, arriesgando sus vidas, equipos de alta tecnología, ayuda americana, mejor dicho, han invertido mucho para capturar a estos terroristas y no han podido. Dos semanas después de que Piedad Córdoba es nombrada como facilitadota, ella va a la selva se entrevista con Raúl Reyes y hasta se toman fotos y graban vídeos. Si el gobierno que tiene todos las herramientas tecnológicas y de armamento no pudieron, ¿por qué ella si? Eso no me cabe en la cabeza, y te confieso que me dio rabia cuando vi esas imágenes. O esa mujer es una santa o es una guerrillera en potencia. Ahora bien, Ingrid Betancur se mete a la selva y la secuestran y, esta señora igual de importante políticamente, se mete a la selva y no le pasa nada, antes bien se abraza y se saluda con el terrorista de Reyes. Aquí hay gato encerrado”.

¿No cree entonces en las buenas intenciones de las Farc para un acuerdo de paz?

Para nada, un acuerdo de paz es un cese de hostilidades completamente y una incorporación a la vida civil. Si quieren un intercambio es porque quieren tener a sus hombres en las filas para seguir asesinando, traficando y secuestrando, ¿es esto un acuerdo? Ahora bien, si el intercambio ayuda para que el sufrimiento de tantas familias se acabe, bienvenido sea, pero que no se le entregue el país a estos terroristas, como se hizo en el pasado. Estos hombres no tienen corazón y les duele que le digan terroristas, pero mientras sigan secuestrando serán terroristas. Es increíble, tienen mas secuestrados que Al-Qaeda. No solo son terroristas humanos, sino ecológicos, pues la cantidad de bosque que destruyen con sus campamentos, con sus bombardeos es increíble. Se han burlado de todos por años y lo seguirán haciendo mientras les sigamos abriendo cancha”.

¿Qué han pensado hacer después del asesinato de su hermano y de los otros diputados?

“Tendré una reunión próximamente con un comité de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard, pues esto tiene que ir a los tribunales internacionales. Alguien tiene que responder por lo que pasó. Esto no se puede quedar así. Muchos dicen que es culpa del gobierno y de las Farc, lo que es totalmente falso. Es únicamente culpa de las Farc, ellos los secuestraron y los asesinaron. No se puede comparar al gobierno con un grupo de terroristas, pues no están al mismo nivel de comportamiento”.



Una hoja de vida envidiable



Presidente y fundador de Mapavi, fundación sin ánimo de lucro que ayuda a los hispanos en Estados Unidos y que tiene varios programas en países Latinoamericanos; Asesor de Educación del Presidente Bush; Vicario Episcopal para los hispanos en la diócesis de Arlington; Director de la Renovación Carismática de su diócesis; autor de dos libros; recientemente nominado al Premio Príncipe de Asturias por Estados Unidos, junto a Ingrid Betancur; Presidente de Multipaz; Hijo predilecto de El Salvador; acreedor de cientos de distinciones y honores tanto en Estados Unidos como en el extranjero; en fin, el Padre Hoyos le pide a Dios que le de días de 36 horas para poder hacer todo lo que hace en solo 24. Oriundo de Buga, Valle y con 23 años de sacerdocio, 20 de ellos en Estados Unidos. Es conocido como el ángel de los hispanos en América.

Foto gentileza El Mundo: Uno de los libros del Padre Hoyos refleja una postura muy profunda sobre uno de los temas más álgido en Estados Unidos hoy, la migración. El título de este libro lo dice todo: “Ningún ser humano es ilegal, ni el reino de Dios tiene fronteras”.