viernes, julio 04, 2008

Colombianos en el área reaccionan a la liberación

Por Milagros Meléndez-Vela
El Tiempo Latino
4 de julio de 2008

El padre Eugenio Hoyos observaba el miércoles 2 en Arlington, las imágenes de la liberación de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes secuestrados por la guerrilla en Colombia. Pese a la alegría, no podía dejar de imaginar que entre los rescatados pudiera haber estado su hermano, el diputado Jairo Hoyos.

Apenas dos semanas antes, el padre Hoyos, director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington, viajó a Colombia para ser parte de los actos públicos que recordaron el primer año del asesinato de 11 diputados rehenes de las FARC, que habían sido secuestrados en 2002 y asesinados en 2007. Su hermano era uno de ellos.

“Mi familia vivió una mezcla de emociones. Hubiéramos querido haber visto a mi hermano bajar de ese helicóptero”, dijo el jueves 3 a El Tiempo Latino, agregando que la operación de rescate “abre un camino de paz en Colombia y mengua las fuerzas de la guerrilla”. “Ha sido un golpe duro en el corazón de las FARC”, opinó.

Los colombianos en Washington celebraron, algunos lloraron, y estuvieron prendidos de los medios de comunicación siguiendo paso a paso la histórica noticia.

“Ni bien lo supe, fui a casa y prendí el televisor. Estuve desde las 2 de la tarde hasta las 12 de la noche mirando las noticias... Lloré muchísimo. Yo ya había perdido las esperanzas de que algún día los rehenes fueran liberados”, dijo Carolina González, quien emigró de Colombia hace cuatro años y vive en el campus de la Universidad de Maryland, donde realiza su postgrado en economía.

Felipe Targa, nacido en Bogotá y empleado en el Banco Interamericano de Desarrollo aún el jueves 3 no salía de su asombro. “Para una generación que ha vivido en medio de la guerra era difícil pensar que las FARC tuvieran un debilitamiento en sus fuerzas, pero quedó demostrado que el servicio de inteligencia de Colombia fue muy superior”, dijo. “Ahora hay esperanza”, agregó.

Luis Carlos Duarte, residente en Burke, Virginia, mira las cosas de una manera más reflexiva. “Esta es una gran alegría después de tantos años de sufrimiento, que viene no de la última década sino de hace 50 años”, dijo.

“Durante muchos años se habló de la apatía de los gobiernos colombianos de no querer aceptar que se vivía una guerra en Colombia. El secuestro de Ingrid se convirtió en un despertar y en un reconocimiento de la problemática que tiene varios aspectos, no sólo el social sino también el de la corrupción”, expresó Duarte, cuyo tío, monseñor Isaías Duarte Cancino, arzobispo de Cali, fue asesinado en 2002. Su muerte aún no ha sido aclarada.

jueves, julio 03, 2008

Ingrid, bienvenida a la libertad

Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
4 de julio de 2008

Desde hace 2 semanas, cuando estuve rememorando en Cali, Colombia, el primer aniversario del asesinato o “ajusticiamiento” de mi hermano el diputado Jairo Hoyos y sus otros compañeros a manos de las FARC, ya presentíamos que algo iba a suceder en Colombia, en relación con los otros secuestrados en las selvas colombianas.

Y en estos momentos, Colombia y el mundo entero, junto con nuestras familias, nos llenamos de júbilo y de gran alegría por la eficaz e inteligente liberación de Ingrid Betancourt, de tres estadounidenses y 11 miembros de las Fuerzas Armada de Colombia. Finalmente han quedado libres.

Los rostros de los rescatados estaban llenas de gozo pues de nuevo regresaban a la vida. Qué horrible pesadilla...Y realmente estaban viviendo en un mundo de terror y horror, de zozobra y de espanto.

Los secuestrados se encontraban desde hacía 10, 7, 5 años, enterrados en la selva como animales acorralados. Ver de nuevo las imágenes de Ingrid y sus compañeros de desgracia, con sus ojos encendidos y sus palabras entrecortadas por la emoción, de saber que estaban libres, dando abrazos por doquier a familiares y amigos, era algo conmovedor; hasta el más fuerte lloraba de emoción.

Los que pudimos ver las imágenes por televisión nos dimos cuenta de que estábamos contemplando un evento histórico y desgarrador pues, según explicó el ministro de Defensa de Colombia, el doctor Juan Manuel Santos, ésta fue la OPERACIÓN JAQUE, pero también fue “El Mate” para quitarle fuerzas a las FARC.

Según mi familia en Colombia, todo el país se paralizó. Desde las 2 de la tarde ya nadie quiso trabajar más, sino seguir las noticias por radio y televisión.

Algo que me llamó la atención fueron las palabras de Ingrid pues se veía serena, feliz, emocionada, un poco cansada, pero firme en sus expresiones y comentarios, especialmente cuando pidió al gobierno que no desmaye, que siga trabajando para conseguir la pronta liberación de los otros secuestrados que continúan en cautiverio.

De alguna forma felicito al Presidente Uribe y lo animo para que continúe con el diálogo con los países amigos.

Ojalá Colombia no olvide que a través de la democracia los colombianos han elegido un presidente y no a las FARC.

Cientos de imágenes regresaron a mi memoria al ver la alegría y el éxito de esta misión de rescate. Es lógico que entiendo que el secuestro ha tocado personalmente a mi familia y mi vida. Por un momento quería ver bajar de ese avión de la libertad no sólo a Ingrid Betancourt y a los demás rescatados sino también a mi hermano y a los otros diputados, para igualmente darles un abrazo y un beso de bienvenida. Sentarme con él por muchas horas para que nos hubiese contado tantas historias y anécdotas que ahora desafortunadamente ya están enterradas en el cementerio del olvido.

Pero de nuevo hay que aplaudir el trabajo del gobierno de Uribe y, como dicen los colombianos, es “un berraco”, un valiente. Nos alegramos profundamente del éxito de la liberación y ojalá continuemos celebrando el rescate de los que esperan ser liberados pronto. Pues llegó la hora de que Colombia, antes de celebrar la independencia, empiece a gozar de la verdadera Paz. Bienvenida a casa, Ingrid y sus compañeros. ¡Que viva la Paz y la Libertad!

Foto: Ingrid Betancourt y su madre Yolanda Pulecio, El País

Voy a la Iglesia, no a la playa

Por el Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
3 de julio de 2008

Hemos comenzado con alegría el verano, un tiempo de vacaciones escolares donde los hijos pueden dormir hasta tarde, tienen la oportunidad de asistir a las clases bíblicas, a los campamentos de verano, de viajar y de visitar a sus familiares y amigos.

Igualmente también estas vacaciones se convierten en dolor de cabeza para los padres de familia donde algunos no saben que hacer con el tiempo libre de sus hijos. Desde ahora hay que tener mucho cuidado con el Internet, la televisión o las malas compañías. Hay que estar alertos; cada familia católica debe tomar consciencia, compromiso y prioridades bien importantes para disfrutar este verano.

Entonces si tomamos consciencia, nuestra prioridad en cada familia debe ser la oración, la lectura de las Sagradas Escrituras, la vida de los Santos, y el ver en familia videos que nos enseñen valores y no videos de violencia, de guerra y mucho menos con escenas pornográficas. Una consciencia despierta nos une a Dios y así, con sabiduría, no tenemos de prioritario lo que es secundario o dañino.

Basta examinar en este tiempo de esparcimiento y de descanso la propia vida para percibir que todos los males nacen de andar en la inconsciencia. Y por eso lo mejor que podemos elegir es un estilo de vida con estas prioridades:

  • lo espiritual antes que lo material
  • lo interior antes que lo exterior
  • el dar antes que el recibir
  • la familia y los amigos antes que el trabajo
  • las personas antes que las cosas.

Dándole prioridad e importancia a la vida espiritual, sería necesario que al asistir cada domingo a la Sagrada Eucaristía observáramos las siguientes normas y las pusiéramos en práctica al participar del encuentro personal en cada misa:

  • En mi lista de prioridades debo cumplir con Dios, asistiendo y participando con entusiasmo en la Eucaristía;

  • No olvidar que no voy para la playa, voy a un lugar santo;

  • Vestir correctamente, sin escotes, ni pantalones cortos, ni ropa transparente, ni sandalias;

  • Mi boca debe ir limpia, no debo entrar a la Iglesia masticando chicle o goma de mascar, pues debo recordar que pronto voy a recibir el cuerpo de Cristo;

  • Al asistir a la misa debo cuidar de mis hijos pequeños, que no juegen ni corran en a Iglesia. Si lloran y están adentro de la Iglesia, sacarlos por unos instantes o llevarlos al lugar de los niños donde podrán continuar escuchando la misa;

  • Para los jóvenes es importante que estén atentos. No deben hablar durante la ceremonia, ni mucho menos reírse o evitar comentarios sobre los demás;

  • Al recibir la Sagrada Comunión debemos evitar tener las manos en los bolsillos, nuestras manos deben ir reverentes o en posición de oración;

  • Antes de que el sacerdote termine de repartir la comunión, debemos quedarnos de rodillas hasta que el celebrante principal se siente. Entonces nos sentamos;

  • Debemos llegar a tiempo a la Iglesia para prepararnos espiritualmente. Cuando termine la misa, espera unos 5 a 10 minutos para tener unos momentos de oración ante el Santísimo;

  • No usar los teléfonos celulares durante la misa, no mandar mensajes de texto o jugar juegos en los celulares. Los celulares se deben de apagar antes de entrar a la Iglesia.
Finalmente, en cada verano déle prioridad a Dios. La playa puede esperar. No olvide que la semana tiene 7 días y el día 24 horas; dedíquele tiempo a Dios. Recuerde hay que corregir a los hijos cuando se portan mal en la Iglesia. La corrección debe ser prudente, acompañada de buenas palabras, que proceda no de la ira, sino del verdadero amor. Nuestro ejemplo personal es la verdadera enseñanza.

miércoles, julio 02, 2008

¿Cuánto Cuesta un Helado?

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

¡Qué calor! ¡Qué solazo! ¡Qué humedad! Son muchas de las expresiones que en este verano escuchamos por todos lados y en realidad el calor se debe a que estamos en el medio del verano. Está caliente, no por las consecuencias del calentamiento global, sino porque es parte del regalo de Dios sobre la tierra: "las estaciones del año" y por eso cada estación hay que disfrutarla. Dios en su infinita sabiduría nos dió la diversidad de los climas, las flores, los olores, las diferentes razas, los cambios climáticos, y como coronación del universo nos regaló el Arco Iris para recordarnos su inmenso amor.

Pero volviendo al tema del calor, todos queremos estar en lo fresco, debajo de los árboles, dentro de la casa con aire acondicionado o disfrutando de un rico helado de fresa, chocolate o vainilla. Cuando pasamos cerca de Baskin Robbins, Maggie Moo, Cold Stone, Häagan Dazs o Frozen Custard, la boca se nos hace agua y el solo pensar en el helado favorito ya sentimos una gran frescura.

En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso con agua en frente de él; "¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?" preguntó el niño. "1 dólar 50 centavos." Respondió la empleada. El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. "¿Cuánto cuesta un helado solo?" volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente. "1 dólar" dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. "Quiero el helado solo" dijo el niño. La mesera le trajo el helado y puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se marchó: cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto, ordenadamente junto al plato vacío, estaban cincuenta centavos...SU PROPINA. Por eso jamás juzgues a alguien antes del tiempo, y ahora puedes disfrutar tu helado...

lunes, junio 30, 2008

San Pedro y San Pablo: Super Carismáticos

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

El sábado pasado la Iglesia de San Felipe en Falls Church, Virginia se quedó increíblemente pequeña por la multitud que no esperábamos para participar de la gran Misa de Sanación. Lógico que para Dios todo es posible, si desde luego esperábamos un lleno total como está ocurriendo cada mes que estamos celebrando una Misa de Sanación. Pero esta vez fue desbordante, gente en el estacionamiento, los pasillos, y no sólo de la Iglesia, sino de la escuela completamente llenos.

Antes de la Misa uno de los servidores se me acercó y me dijo: “Padre, hoy de pronto muchos hermanos van a tener miedo de venir a la misa, pues los medios de comunicación están anunciando que habra tormentas eléctricas y que los aguaceros van a estar fuertes.” Y yo le contesté: “Dios proveerá y como esta Misa es del Cristo de Nazaret, es Él que dispone y hara que los vientos y las tempestades tomen el rumbo que Él les mande.” Y por obra y gracia del Espíritu Santo, así sucedió. Fue todo lo contrario. Sí hubo calor y humedad, y muchos truenos pero parecía que era la manifestación del cielo donde Jesús se complacía y de gozo se manifestaba por la presencia de miles y miles de personas sedientos de amor, de la compasión y de la sanación de Dios.

Pudimos experimentar grandes prodigios de fe y de oración en los testimonios conmovedores de la noche. Parecía que San Pedro y San Pablo hubiesen organizado una gran fiesta carismática para que no los olvidáramos; hubo lluvia y tormentas, pero no de agua, ni de rayos, sino de júbilo por la cantidad de sanaciones. Porque realmente seguimos mostrándole al mundo de hoy que el tiempo de los milagros no ha terminado. Jesús de Nazaret continua trabajando y San Pablo y San Pedro se hicieron presentes en la Iglesia del gran discípulo de Jesús, el Apóstol Felipe.

Gracias Señor Jesús por usarnos a nosotros los pecadores para confundir a los sabios y soberbios y que a través de nuestro ministerio de sanación, intercesión, alabanza y liberación, continuemos colaborando en tu gran obra de salvación, conversión y sanación. AMEN, AMEN, AMEN.